El trono de Dior

Un rey destronado. Una figura prohibida. Un demonio con alas. Un ángel soberbio en la pasarela. Un capricho del destino. Un mensaje en una botella que baila en las olas. Truenos y lluvia. Tras ella, en la cortina del arrepentimiento, se observa el amanecer que renace. Estruendos como relámpagos. Incertidumbre bajo la capa de la ignorancia. Espejos rotos por un exceso de vanidad. Coronas descoronadas, olvidadas y perdidas por palabras. Marchó el rey, el que rabió, el que no supo reinar, el que se escondió en su reflejo, el que se perdió en el laberinto de Alicia, el que era intolerante con la vida. Adiós al divo, al extravagante diseñador, al rey de reyes, al as del póquer de la casa Dior. Adiós a John Galliano. Nueva era, nueva corona, nuevo reto, nuevo rostro, aunque ya conocido. Eso sí, con un nuevo trono que se dibuja en la joven figura de Raf Simons. ¿Dará la talla el belga en el elegante reino de Dior? Esta semana en 360 Grados Press desvelamos quién es realmente Raf Simons.

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Hace tan sólo unos días que los medios de comunicación, en todos sus soportes especializados, nos anunciaban que cambiaría el rumbo de la casa Dior. Nos despertábamos con la imprevista noticia donde el protagonista indiscutible era Raf Simons, quien tomaba el relevo del derrotado John Galliano como director artístico de Dior. Al frente de la prestigiosa firma, el belga asumirá las colecciones femeninas de alta costura, “prêt-à-porter” y accesorios.

Estudió diseño industrial, pero al cabo de unos años de estudio independiente, se convirtió en diseñador de ropa masculina en 1995. Inicialmente, trabajó con Walter Van Beirendonck en París, donde fue expuesto a la labor de Martin Margiela y Jean-Paul Gaultier. Sus colecciones, destinadas al público masculino, están fuertemente influenciadas por la cultura y la esencia de la eterna juventud. Simons combina el corte clásico de la sastrería masculina con el estilo baggy y callejero. Su estilo ha sido ampliamente reconocido por los críticos, periodistas de moda y otros diseñadores. Se le considera uno de los más importantes innovadores en la moda masculina contemporánea. Otra de sus facetas es que pone siempre en cuestión la identidad masculina y juega con la noción del “cuarto sexo”, potenciando un efecto en sus líneas de androginia muy ligada al maestro Yves Saint Laurent. En sus diseños se adivinan trazos arquitectónicos, líneas depuradas y colores habituales en la decoración. Su estilo es urbano y cosmopolita y se fundamenta por los continuos guiños a la sastrería masculina.

En sus primeros años, su pasarela se mostraba siempre de modos poco convencionales: los modelos, que a menudo no solían ser profesionales, iban corriendo por la calle o caminando en un parque, en un puente, o en torno a un estudio de fotografía. Una faceta muy innovadora, transgresora y sencilla que el gran público no llegaba a entender.

Raf Simons trabajó para la prestigiosa firma Jil Sander, de este modo, los medios de comunicación y muy especialmente The New York Times afirmó (sic.): “Un diseñador belga llamado Raf Simons está haciendo furor en el mundo de la moda. Es su tercera colección para Jil Sander. Desde que se convirtió en su director creativo hace 18 meses, su trabajo es perfecto”. La periodista añadió: “Hay algunos diseñadores que han demostrado que no necesitan de una muleta, de un club o de un libro original sobre ropa de diseño, entre ellos el Sr AlaïaKarl Lagerfeld y Raf Simons”.

Galliano convertía sus desfiles en auténticos espectáculos teatrales y en verdaderos shows que comenzaban a importunar a la gran masa. Sin embrago, Simons combina su amor por el arte con juegos de colores geométricos y efectos ópticos, todo ello con líneas rectas y claras y cortes llevables.

Al conocer la flamante noticia, Raf Simons afirmó que se sentía fantásticamente por teléfono desde Amberes al diario The New York Times. Trabajar para la casa Dior es un reto, una provocación y una lucha para el modista. Para Simons, al igual que para todos los periodistas, editorialistas y diseñadores la marca francesa es sinónimo de elegancia absoluta. Una identidad corporativa que deberá de continuar el belga en cada uno de sus desfiles.

Se espera que con el nombramiento de Simons como diseñador jefe, para la moda femenina, llegue finalmente la calma a la casa. Desde la expulsión de Galliano, hace un año, Bill Gaytten se ha encargado de coordinar temporalmente el taller, mientras en el mercado de la moda se sucedían los nombres para reemplazar a Galliano. Muchos han sido los posibles nombres, pero sólo uno ha conseguido el trono de Dior.

Raf Simons puede realizar una destacada labor al frente de la casa Dior, ya que, lo ha demostrado durante su paso por Jil Sander. Destacan sus camisas, trajes y abrigos dirigidos a hombres con gusto por la moda y sus cortes correctos, pero nunca burgueses. En el caso de Dior, es muy probable que Simons conecte con la imagen que caracterizó hace años Hedi Slimane cuando era responsable de la moda para hombre en la casa: diseños nítidos con un ligero toque que se sale de la norma, un lenguaje preciso en las formas y modernidad sin concesiones.

Aunque se habló con insistencia de Ricardo Tisci, Albert Elbaz y también de Marc Jacobs el elegido es Raf Simons. El belga no figuraba en las primeras quinielas para relevar a Galliano, e incluso la editora de The Internacional Herald Tribune, Suzy Menkes, le citó como posible sustituto de Stefano Pilati si éste volaba de Yves Saint Laurent para aterrizar en Dior. Con este nombramiento se pone fin a la lista de posibles candidatos que ha ido en aumento desde que se despidió a John Galliano por lanzar en dos ocasiones insultos antisemitas en un café de París, lo que perjudicó no sólo la imagen del extravagante diseñador, sino también la de la casa Dior. Recuerdo, que al hacer entrevistas a estudiantes de moda para un reportaje radiofónico, todos coincidían que querían ser Galliano. En la actualidad, el ejemplo a seguir es el de la lucha, la de la corrección, la de la originalidad y la de elegancia de Raf Simons.

De hecho, el pasado mes de septiembre la justicia francesa  condenó al ex de la casa Dior a pagar 6.000 euros de multa, 2.000 por la primera y 4.000 por la segunda, cantidades que el diseñador no tiene que abonar si no reincide en los próximos cinco años.

Ambos altercados provocaron un escándalo mediático que traspasó los umbrales del mundo de la moda y Dior anunció su despido. Días después John Galliano pidió disculpas y dijo que no recordaba con exactitud sus palabras porque había bebido y tomado pastillas. Después ingresó en una clínica de desintoxicación y curiosamente la última vez que le hemos visto ha sido en Madrid, visitando El Rastro.

Conceptual, inconformista de las leyes de la sastrería, el del “cuarto sexo”, el dios de la tendencia juvenil, el de las líneas rectas  y el rival del artificio. Raf Simons a sus 44 primaveras será el séptimo rey en ocupar el trono en los 65 años de hegemonía Dior. Pronto, periodistas especializados, diseñadores y el gran público juzgará si el espejo del rey se ha roto en mil pedazos por una sobredosis de autoestima desmedida.

@InmaAB1

Lorena Padilla

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