Una radio pensada para volver

La Asociación de la Prensa de Cádiz organiza un taller radiofónico en el centro de menores infractores de Puerto Real

CARLOS JUAN, Cádiz. La ley orgánica 5/2000 de 12 de enero establece la responsabilidad penal en España de los menores de edad. Esta ley se ha redactado “asentando firmemente el principio de que la responsabilidad penal de los menores presenta frente a la de los adultos un carácter primordial de intervención educativa que trasciende a todos los aspectos de su regulación jurídica y que determina considerables diferencias entre el sentido y el procedimiento de las sanciones en uno y otro sector”.

Entre las posibilidades recogidas en la ley figura opcionalmente el internamiento entre un amplio catálogo de medidas aplicables al menor “desde la perspectiva sancionadora educativa”. Dicho internamiento se puede realizar en régimen cerrado, semiabierto o abierto.

En el centro de menores infractores ‘Bahía de Cádiz’ situado en Puerto Real hay entre 60 y 70 menores internados por resolución judicial en régimen semiabierto. Acudiendo de nuevo al enunciado literal de la ley los jueces que han juzgado a estos menores han encontrado una naturaleza peculiarmente grave de los hechos cometidos, caracterizados en los casos más destacados por la violencia, la intimidación o el peligro para las personas.

Por ello a través de un proyecto educativo se les reorienta “en aquellas disposiciones o deficiencias que han caracterizado su comportamiento antisocial”. Es fácil imaginar qué hechos concretos se ajustan a la descripción anterior, robos, asaltos violentos, agresiones de todo tipo…

Recientemente se ha incorporado al proyecto educativo del centro ‘Bahía de Cádiz’ una experiencia innovadora, al menos en la comunidad autónoma de Andalucía. Se trata de un taller de radio incorporado a la iniciativa “Periodismo de cerca” puesta en marcha por la Asociación de la Prensa de Cádiz.

El taller, con un enfoque teórico y práctico se ha desarrollado en parte en las instalaciones del centro y también en algunas de las emisoras de las cadenas de radio con centros de producción en los alrededores de Puerto Real. Para ello los alumnos seleccionados para participar en esta experiencia han tenido que solicitar al juez encargado de la vigilancia de su situación legal los correspondientes permisos de salida del centro.
El periodista de Canal Sur, la radio autonómica de Andalucía, José Lorenzo Benítez y el educador social Natxo Santiesteban han puesto en pie esta experiencia educativa. Y, según aseguran ambos, con prometedores resultados.

Programas magazine
El taller se orientó a la realización de programas magazine “que sean la semilla de una futura radio de circuito interno”. Ambos trabajarán ante la institución y la empresa pública de la que dependen profesionalmente para que pronto llegue el equipamiento necesario para que la radio funcione con regularidad. “En este tipo de intervenciones lo importante para que haya resultados es la continuidad del proyecto, que no sea sólo una idea aislada en el tiempo” subraya José Lorenzo Benítez.

“Una de las cosas importantes de este taller de radio” añade Natxo Santiesteban, “es que los chicos sean conscientes de lo importante que es decir bien las cosas. Que es importante tanto lo que se dice y cómo se dice”. “Que aprendan a expresarse, a hablar, a comunicar para los demás sus sentimientos, pienso que la radio puede ser una buena herramienta para ellos. Además es algo diferente, les atrae”, reflexiona José Lorenzo, un profesional de la comunicación excelente conocedor de las situaciones difíciles con las que viven a diario los ‘chicos de la calle’, conocidos en esta zona de España como ‘canis’ o, también, ‘angangos’. También de las injusticias sociales que hay enmascaradas, en ocasiones, tras su historial de delitos.

Comienza el taller de radio. Los chicos seleccionados aprenden la diferencia entre un jingle, una sintonía, una ráfaga musical… El equipamiento es sencillo, de siempre la radio ha sido más barata que la televisión y con la evolución de la tecnología más todavía: un ordenador, unos altavoces y un cañón en el que se proyecta un documental sobre radios comunitarias en las favelas de algunas ciudades de Brasil. Un vistazo al mundo, que como no puede ser menos, engancha. Pronto se hace el “equipo de producción”, surgen los técnicos, los locutores, los productores y el trabajo se reparte.

La luz roja se enciende y el micrófono se abre… pero ya dentro de un estudio perfectamente equipado. Los menores ahora pasan a ser entrevistados. Nada de nombres, de apellidos, de historia personal, la ley obliga a educadores y medios de comunicación a preservar y proteger su intimidad puesto que son menores. Por eso su rostro no se ve con claridad en las fotografías que acompañan a este artículo.
Uno aprovecha la ocasión para arrancarse por bulerías. Otros expresan su satisfacción por aprender sobre radio. También estudian al hombre orquesta que realiza y dirige su propio programa, como mueve el ratón, carga los elementos sonoros en el ordenador, sube y baja regletas en la mesa, abre y cierra micrófonos. Incluso los responsables de la experiencia se sorprenden “a ti no te pagan ¿no? porque con lo que disfrutas haciendo tu trabajo…” Objetivo más que cumplido, la radio, por un día, se ha hecho visible en los estudios de Canal Sur, Onda Cero y Cadena Ser.

Ahora queda la lucha en los despachos para garantizar la continuidad de un proyecto que, con hechuras semejantes, aunque también con diferencias evidentes lanzó a la fama internacional a los internos del Hospital Borda de Buenos Aires: Radio La Colifata, los seguidores de Manu Chao recordarán con seguridad el documental que sobre esta radio hizo Carlos Larrondo hace un par de años.

Óscar Delgado

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