360gradospress recorre la exposición del ninot de 2011, marcada por el sarcasmo vinculado a la crisis y a la política, los éxitos del deporte español, las prohibiciones y las redes sociales.
“Estoy en la puerta fumando, ahora vuelvo. Firmado: el ninot”. Un pedestal vacío sobre el que reposa la nota con el texto referido ejemplifica el tono del sarcasmo y la ironía de los ninots que alimentarán las fallas de 2011 y el fuego que los quemará el 19 de marzo. Sólo se salvará uno o, mejor dicho, dos, ya que se indulta uno por categoría, infantil y mayor. La decisión procede del voto del público que visite la muestra, abierta desde el pasado fin de semana hasta el próximo 15 de marzo, día marcado tradicionalmente para la plantà de los monumentos falleros.
Zapatero es el protagonista de esta edición. Caracterizado en numerosos ninots como pinocho, Mr. Bean, clown, marioneta, congelador e, incluso, de nonagenario que se presenta a la reelección con Rajoy como opositor bajo la premisa de hay que jubilarse a los 90. La actualidad, al igual que ocurre en Cádiz con sus chirigotas, marca buena parte de la sátira de estos muñecos de cartón piedra a los que les une la alegría colorista, el barroquismo de las formas y la suerte que les deparará el fuego el día de San José. También de la política, la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, se convierten en inquilinos del Hostal Gürtel, en figuras orientales y en otras representaciones relacionadas con la actualidad local.
Las redes sociales también acaparan cierto protagonismo en esta edición, lo que proyecta la generalización en su uso entre la sociedad y la asimilación por parte del imaginario colectivo de la sátira representada. Así, un ninot asociado a un juguete lleva la advertencia anunciado en Feisbouk, en vez del sempiterno anunciado en TV; y otra representación fallera identifica a una mujer con los ojos vidriosos frente a la pantalla de un ordenador del que cuelga el letrero Facebookadicción mientras la televisión está apagada.
Nuevos hábitos de recurso para la sorna sin que por ello desaparezcan las más tradicionales. Como la de la telebasura, tema habitual de la ironía fallera. En este capítulo, el visitante puede encontrar varias escenas, entre las que destaca el ninot de una señora enganchada al mando a distancia mirando hacia un televisor de la marca Chony, decorado con los rostros más ilustres de los programas de pseudofamoseo.
Bob esponja
La sección infantil apunta hacia Bob Esponja. Más de una docena de ninots utilizan de fuente inspiradora el personaje de moda, que roba la popularidad fallera a otros como Pocoyo, apenas retratado. Sin embargo, el visitante sí encuentra personajes infantiles de los de toda la vida, como Mafalda vestida de fallera y Garfield en múltiples escenas.
El beso
En el ámbito deportivo, el campeonato del mundo de la selección española de fútbol ocupa buena parte del protagonismo, pero desde el colorido rosa que significó el beso de Casillas a Sara Carbonero, rescatado en dos ninots, incluido uno de la sección especial (la de las fallas que más presupuesto invierten en sus monumentos), con presencia del pulpo Paul incluida en ambos. El morotista Jorge Lorenzo y los equipos locales de fútbol, especialmente el Levante UD, son los que acaparan el resto de la atención deportiva de la exposición del ninot.
Al terminar el recorrido, el visitante deposita el voto antes de abandonar un recinto efímero en forma de carpa, tan efímero como saber que el fuego devorará un año más el cartón piedra de los ninots.
V.P.