360gradospress descubre un arenal único en el mundo. El agua entra en la playa asturiana de Gulpiyuri por debajo de la montaña provocando que el mar se sienta, se escuche pero no se vea. Es mágico. Es un rincón sin igual, un oasis en medio del campo, una hermosa bañera natural de agua salada.
Hace 25 años, en1986, el diseñador gráfico catalán Arcadi Moradell creó la marca y esloganpromocional Asturias, paraíso natural, un distintivo que con el paso deltiempo ha sido reconocido internacionalmente. Al éxito cosechado no eshabitual encontrar resultados de estas dimensiones con un simple lematurístico- se une la veracidad del mensaje. El Principado de Asturias es unparaíso natural. Basta recorrer la orografía del Cabo de Peñas al Puerto de SanIsidro, de Ribadeo a Bustio para corroborarlo. Por tierra, mar y aire, Asturiasno deja de sorprender tanto a sus paisanos como a los visitantes. La bellezadel paisaje es sublime y la tierra guarda rincones tan especiales como el quevisitó esta semana 360gradospress.com: la playa de Gulpiyuri.
No podía tener otronombre este peculiar arenal enclavado en la parroquia de Naves, en el concejode Llanes, en la zona oriental de la región. Gulpiyuri suena a pillo, atravieso y encaja a la perfección con lo que es este pequeño escondite mágico. Laplaya está tierra adentro, en una hondonada circular donde el mar no se dejaver. El agua se filtra a través de las rocas formando una poza cristalina quecrece y mengua al ritmo de la pleamar y la bajamar. El Cantábrico ruge detrásde la montaña, dentro, en la playa, la calma es total.
Declarada MonumentoNatural, se trata de una depresión interior, a unos cien metros de la línea decosta y unida subterráneamente a ella. La playa, de apenas cuarenta metros delongitud, es de arena fina. Para acceder a ella hay que hacerlo a pie. Alllegar, el visitante se encuentra con un cartel que reza: “La formación de la playa es debida a la inundación por el mar de unadolina kársticas. El roquero calizo de la rasa llanisca presenta una intensakarstificación que hace que sean numerosas las simas y cavidades subterráneas.Las dolinas son depresiones originadas por el hundimiento del techo de dichascavidades. La playa de Gulpiyuri no es otra cosa que una dolina desarrolladasobre una sima marina, el mar penetra por las galerías subterráneas y ha creadouna pequeña playa arenosa, utilizable en la bajamar y que asemeja una piscinade aguas marinas durante la pleamar”.
Esta dolina es de untamaño similar al de un coso taurino y recuerda a un anfiteatro. Rodeada deprados, pastizales, zarzas y helechos, la playa de Gulpiyuri se inunda cada vezque sube la marea convirtiéndose en una fabulosa bañera de agua salada. No estáen la orilla del mar, es un prodigio, es un pequeño oasis en el campo, es unadeliciosa curiosidad. Como dicen los vecinos de Naves, el pueblo más cercano:”Ye verdad, ye muy rara pero ye tan rara como guapina, ¿eh rapaz? ¿gustote”.Vaya si gusta. Admirar esta belleza natural a primera hora de la mañana es unviaje que no tiene precio y que corrobora lo que plasmó Arcadi Moradell hace 25años: Asturias es un paraíso natural.
Ruth Bardisa