Por David Barreiro, escritor y periodista
Riña de gatos
Eduardo Mendoza
Planeta
Noviembre 2010
427 pág.
A la hora de valorar un libro, este humilde crítico siempre partede, como los jurados de gimnasia, la máxima nota, de la excelencia, para desdeahí ir descontando una décima de aquí otra de allá donde considera que el autorha errado.
Riña de gatos, última novela del admirado Eduardo Mendoza, narra un momento yun lugar de indudable atractivo histórico los meses previos al estallido de laGuerra Civil en Madrid. En unas primeras páginas cautivadoras, el lectorsiente que va a ser, como el protagonista, espectador de privilegio de losacontecimientos que cambiaron la vida de este país. Sin embargo, a pesar de eseesperanzador inicio, poco a poco el libro va enflaqueciendo, perdiendo peso,vigor y fuerza en cada página hasta quedarse en una obra menor dentro de laextensa y variada bibliografía del autor barcelonés.
Mendoza escoge como hilo conductor de la trama a un inglés quellega a la capital española en ese momento de calma que precede a la tempestad,una tempestad que arreciaría durante cuarenta largos años. Esta técnica,conocida en el panorama anglosajón como fishout of water pez fuera del agua le permite ofrecer una mirada distanciadae irónica de los diversos personajes, reales y ficticios, que poblaban Madridaquella primavera del treinta y seis. Es, sin embargo, ese punto de vista desdela lejanía lo que le otorga excesiva frialdad, lo que impide que la novelalevante el vuelo y no se advierta vida en Madrid, sino que la ciudad parezca unsimple decorado de cartón piedra y los personajes, lejos de parecer reales, semuestren como simples marionetas en manos del escritor.
Es ahí, unido a la falta de verosimilitud en algunos diálogos yciertos desajustes en la trama, donde Riñade gatos pierde fuelle, donde se deja esas décimas que le impiden ser unagran novela y le hacen quedarse en una lectura amena, entretenida yolvidable.
Javier Montes