Para qué saltar

Desde aquí arriba se ve todo desde otro ángulo, desde otra perspectiva. Aquí da el viento y la brisa calma las ganas de volver a hacerlo. Para qué si, total, cuando llegue abajo el golpe me volverá a partir alguna extremidad y ya no me queda salud para hacerlo.

Desde abajo me avisaron lo bien que se está aquí arriba. Y ahora, que después de la gran escalada, conseguí ver el horizonte; para qué saltar. Dame una razón, dame una para hacerlo. Y si caigo mal, quién se quedará con mis partes. Quién.Tú te habrás ido a saltar a otra cima. A la montaña de enfrente, esa que es más bajita y el salto es un chiste.

Mi cima es mucho más que una simple cuesta desde donde saltar, tú lo sabes, lo supiste cuando la viste desde allí abajo. La más alta. Pero ahora no es tiempo de hablar de ti. De eso ya tendremos tiempo si decidimos hacerlo. Es la caída mas grande a la que nos hemos enfrentado y mucha gente no puede ni podrá entender que hacemos los dos aquí, al borde. A punto.

Pero yo voy a saltar. Por ti. Por mí. Por nosotros. Muchas veces los riesgos estúpidos son los que han hecho que la vida valga la pena. Y, como tú sabes, estúpido soy.  La vida sin adrenalina es como el sexo sin orgasmo. Ahora yo no tengo vuelta atrás. Ví muchas cimas desde las que no me tiré por falta de altura pero tu altitud supera los ochomiles y a mi eso…

Porque hacerlo no es solo la caída. Es cómo, cuándo y por quién. Por mí. Por ti. Por nosotros. Porque ese tiempo en el que estemos en el aire podremos ver como todo pasa. Como se quedan paisajes a nuestro paso, de los cuales nos acordaremos cuando ya no nos quede aire. Porque ese tiempo en el que estemos en el aire podremos sentir esa adrenalina, esa que mueve el mundo Ésa que pensamos sentir mientras subíamos nuestras cimas. Ésa por la que ahora estoy aquí. Por la que estoy dispuesto a romperme otra extremidad.

Aunque conmigo como tú bien sabes…

…te tocará mirarme desde abajo.

@stefanogarcia

Clara Elena Martínez