El título original es ‘In the Land of Milk and Money’ pero algún genio decidió rebautizarla como ‘No es país para viejas’ y venderla como la película que los hermanos Coen no se atrevieron a hacer para aprovechar así el tirón del oscarizado Javier Bardem.
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La comedia está dirigida por Susan Emshwiller y narra, con un estiloun tanto peculiar, la historia de una poderosa corporación láctea que decideinvertir mucho dinero en una raza de ‘súper-vacas’ a partir de la manipulacióngenética. Logran incrementar la producción de leche en sus reses y sacan almercado el producto sin comprobar previamente los efectos que puede tener suconsumo para los seres humanos. El caso es que provocan una reacción fatal enlas madres. Sudan leche -están leyendo bien- y les da por querer asesinar atoda costa a sus hijos. Sí, sí, no es una errata de quien les escribe. Es así,sudan leche y se convierten en potenciales asesinas. ¡Imagínense el escándalo!
Un ejército de pacotilla tiene queencerrar a todas las madres en una especie de campos de concentración ocárceles de plastilina mientras el genio de la ciencia -el que provocó el mal-trata de conseguir el milagro que reconduzca la situación. Entre tanto, eldueño del laboratorio, el malo de la película, no quiere ni por asomo que secorrija el problema porque dejaría de ganar dinero y la chica periodista… Nosigo porque al final les destripo el bodrio. En algún momento, ‘No es país paraviejas’ o ‘In the Land of Milk and Money’ -como prefieran- logra arrancar alespectador una carcajada pero en general la película es un verdadero tostón sinsentido alguno. Absurda y cachonda al mismo tiempo. No sé qué decirles. Siapuestan por verla no piensen en ningún parecido con ‘No es país para viejos’,¡no tienen nada que ver! Si deciden no verla tampoco se pierden gran cosa perosí les digo que yo no me arrepiento del rato que pasé y, lo confieso, pormomentos me reí, aunque sea un bodrio.
Pau Ferrer
