Por Javier Montes, periodista
En la carátula, una esvástica tachada. En lasinopsis, una película dirigida por Joachim Ronning y Espen Sandberg(directores de Bandidas,protagonizada por Penélope Cruz Salma Hayek) que narra con gran realismo laocupación nazi de Noruega de 1940 a 1945 recordándonos la lucha que Manuslideró contra el nuevo orden europeo impuesto por el Tercer Reich. Sobre elpapel, la película más cara del cine noruego, una superproducción con unpresupuesto superior a los ocho millones de dólares. Si hubiera salido deHollywood nos sonaría de algo pero MaxManus (2008), al menos en España, es una gran desconocida.
Los ingredientes son buenos, la receta prometepero el regusto final no es el esperado. ¿Por qué? Quizá porque la cintarecurre a tópicos innecesarios: frases recurrentes, escenas empalagosas oprotagonistas con demasiados minutos que muy bien podrían haberse ahorrado,como algunas escenas de sangre. Al parecer, en la realización trabajaron dosmil personas y otras 1.800 participaron como extras. Todo un despliegue queexplica, en parte, el brutal desembolso económico.
La película empieza muy bien pero se vaestropeando con el paso de los minutos. Rodada en escenarios originales dondetuvieron lugar los hechos, hay anécdotas curiosas, como que los noruegos vieronondear las esvásticas nazis en el Palacio Real o el Parlamento setenta añosdespués de padecer la invasión. La cinta está basada en el libro que escribióel propio Max Manus después de la guerra. Pero
¿quién fue ese tal Manus? Ahíestá la trama. Manus fue uno de los más famosos saboteadores de la SegundaGuerra Mundial, distinguido con la máxima condecoración militar noruega, laCruz de Guerra con espadas y la Cruz Militar británica. Experto en hundirbarcos, llegó a ser uno de los hombres más buscados por la Gestapo. Joven,valiente, listo
Manus (Aksel Hennie) salva el pellejo mientras va viendo cómotodos sus compañeros de lucha caen en el frente o son torturados. Entre tantoaparece en escena una chica, esa de la que el héroe siempre se enamora. Como esuna historia real hay que tragársela porque además acabó siendo su futuraesposa pero, por suerte, la boda fue posterior a la contienda y con más de cienminutos de trama ya había suficiente.
Sinceramente, cuando uno espera algo más de unapelícula es que le falta algo. Yo eché en falta acción y me habría cargadomuchos diálogos y personajes. En resumen, llevo dos meses sin disfrutar a topede una película.