Elvis en Alcorcón

Hay pocas cosas en este mundo que alegren la existencia del jefe de Peláez, un hombre enfrentado con la realidad, harto de cuanto le rodea. Esta semana, sin embargo, ha encontrado algo que le llena de ilusión: Eurovegas. La posibilidad de hundirse en el pozo del juego, fumar en los casinos y casarse disfrazado de Elvis en los alrededores de Madrid le ha levantado el ánimo.

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Porque la semana no habíacomenzado muy bien para él, que ya no recordaba que era periodista y pensabaque lo que regentaba era una promotora inmobiliaria. No es así, es el directorde un triste periódico de provincias que, tal y como afirma Peláez, suredactor, necesita adentrarse de una vez por todas en el mundo digital. No seráfácil que convenza a su director a quien le gustan menos las nuevas tecnologíasque una copa servida con dosificador.

 

 


Jueves, 6 de septiembre

 

– Puta mala suerte…
– ¿Qué le pasa, jefe?
– ¿Ve esta noticia, Peláez? ¿La ve?
– Claro, jefe, la escribí yo.
– ¿Usted? ¿Escribe usted estas páginas?
– Es nuestro periódico, jefe.
– ¿Nuestro?
– Sí.

– ¿Periódico?
– Claro.
– ¿No éramos promotores inmobiliarios?
– No, jefe, somos periodistas.
– Uy, pues andaba yo despistado ahora…
– ¿Qué pasa con la noticia?
– Ah, eso, mire…”La mayoría de los divorcios se producen después de lasvacaciones”
– Cierto jefe, lo dice la estadística.
– ¿Esa de ahí de las gafas?
– No, jefe, la ciencia.
– Ah, pues eso, que vine de Lopagán la semana pasada y aún sigo casado, carajo.
– Será usted la excepción, jefe.
– ¿Es por eso? ¿Por ser un tipo excepcional, único, diferente, lejos de lamediocridad que me circunda?
– Sí, será por eso…
– Me quedo pancho, entonces. ¡Hala, a vender pisos!
– Brrrrrrr…

 


Viernes, 7 de septiembre

 

– El papel se muere, jefe.
– Mande una corona de flores y un telegrama a la viuda.
– Me refiero a nuestro negocio, al periódico, debemos concluir ya la transiciónal entorno digital.
– La transición al entorno digital… hable en cristiano, hijo.
– Terminar la maldita página web.
– ¡Ah, eso! Puffffff……..
– ¿Qué pasa, jefe?
– Es que me da mucha pereza la informática, Peláez, depender de

las máquinas es una mierda, como una copa servida condosificador.
– En eso tiene razón, jefe, pero o lo hacemos o nos hundimos.
– ¿Y no cree que estaremos a gustito en el fondo del mar, Peláez?
– ¡Jefe!
– Está bien, le garantizo que haremos la transacción.
– Transición.
– Lo que sea.
– Y necesitaremos alguien especializado en las redes.
– Un guardameta, ¿pa qué?
– En las redes sociales.
– ¿Un cotilla? Ya tenemos a Pachín, el de sucesos.
– Pachín se fue a la braña, jefe.
– Mierda… Bueno, ya pensaré, algo. Ahora déjeme, estoy viendo la final olímpicade basket ¡Vamos Pau!
– Es en diferido, jefe.
– ¿En Diferido? No, hijo, es en Londres, no tiene usted ni puñetera idea degeografía ¡Vamos España!

 

 

Lunes, 10 de septiembre

 

– ¿Y esa elegancia sin par, jefe?
– Vengo de bodorrio, Peláez.
– Se pasa la vida de bodas, jefe.
– Ya te digo, tengo agujetas de tanto pasodoble.
– ¿Pero cuántas lleva?
– Esta era la séptima.
– ¿Siete en un año?
– Siete este fin de semana.

– ¡Caramba!
– Me salen las burbujas de champán por las orejas.
– Ya me imagino…
– En la última ya no pude con la paletilla…
– ¿No? Qué pena tener que dejarla, jefe…
– ¿Dejarla? ¡Ja! Me la he traído en un táper, mire.
– Tiene buena pinta, eso con un vinito…
– También me traje un poco de tinto aquí….
– ¿En el bolsillo de la chaqueta, jefe?
– No hay problema, Peláez, los taiwaneses de Inditex cosen que es un primor. Nohay riesgo de fuga.
– Bueno, pues tomemos ese pinchito, entonces.
– Coja unos cubiertos en el cajón de mi mesa. Está junto a la petaca y su cartade despido.
– ¿Mi carta de despido?
– Hay que tenerla preparada, Peláez, pero no se preocupe, no le echaré hoy.
– Brindemos entonces, jefe.
– ¡Vivan los novios!
– ¡Vivan!

 

 

Martes, 11 de septiembre

 

– ¿Qué coño hace, Peláez?
– Miro el horizonte, jefe.
– ¿Y qué ve?
– Poca cosa, hay calima.
– ¿Ha traído calima? Pues écheme unas gotinas en el café, que así me alegro unpoco.
– Niebla, jefe, niebla.
– Ah, vale.
– Es una pena, puede verse varios kilómetros cuando está despejado.

– Entonces miraré otro día, porque tengo una buena peonza.
– Cuando el día está claro, limpio, nítido, soleado.
– No me vacile, sinonimista de mierda.
– Es que parece que no se entera de nada.
– Me entero de lo importante, Peláez, ful de jotas y cuatros.
– ¡Mierda!
– ¡Juas, juas juas!

 

 

Miércoles, 12 de septiembre

 

– ¿A qué se debe esa sonrisa de oreja a oreja, jefe?
– Se lo diré en una palabra: Eurovegas.
– ¿Se alegra por los empleos que va a generar?
– Me la refanfinflan los empleos, cenutrio.
– ¿Entonces? ¿Cómo puede gustarle ese modelo basado en el juego, en el vicio?
– ¿Gustarme? Uf… solo de pensarlo se me pone la piel de gallina…
– ¿Se puede saber qué gracia le ve?
– Podré jugar a lo que

quiera y casarme vestido de Elvis en Alcorcón, ¿no se dacuenta de lo grande que es eso?
– Lo siento, no comparto su visión…
– Me la pela, calamar.
– ¿Y sabe que se va a permitir fumar en el interior?
– No me diga.
– ¡Sí! En contra de la ley vigente…
– ¡Dios! Es mejor de lo que pensaba… No solo habrá ruleta rusa y tragaperrassino que además podré fumar mis puracos…
– Será un nido de delincuencia, jefe.
– ¿Y señoritas?
– ¡También!
– ¡¡¡Uoooooooooooohhhhhh! Amo a Madelman.
– Adelson.
– Lo que sea.
– Jefe, me decepciona usted.
– Impar y rojo.
– ¿Qué dice?
– Nada, estoy ensayando … ¡Escalera al as! ¡Tres limones en línea!¡Tira estosdados, rubia!

 

Los cables de las conversaciones que mantiene Peláez con su jefe (#Pelaezleaks) en la redacción de un periódico de provincias los puedes encontrar a diario en la página oficial en Facebook de 360gradospress.


La foto es de Marga Ferrer

Óscar Delgado

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