Un drama que alude a temas serios pero que no los aborda. No emociona ni atrapa sin embargo tampoco puedo decir que aburra. Una película made in Francia plagada de tópicos donde no faltan las drogas, los amores, los artistas y el afán de aventura.
![[Img #20824]](http://www.360gradospress.com/upload/img/periodico/img_20824.jpg)
Una pareja de treintañeros, Mousse (Isabelle Carré) y Louis (Melvil Poupaud), se atrinchera en un piso de París. Son guapos, ricos y están enamorados. Allí se drogan hasta las trancas. Pinchazo en el brazo, pinchazo en tobillo, pinchazo en el cuello. Les costará ver el inicio de la película si son un poco aprensivos y les costará llegar al final si buscan una historia que les atrape. De esa orgía de heroína sólo sale la chica y además lo hace embarazada. La sobredosis se lleva al chico.
Con su ‘bombo’ de varios meses se cobija en una fantástica casa de campo en el País Vasco francés: el refugio. Allí interrumpe su paz el hermano adoptivo del que fue su pareja, un chico apuesto y homosexual. Como no podía ser de otra manera los tópicos van cayendo a medida que van pasando los minutos. Filtrean hasta acabar en la cama. Ella sigue embarazadísima.
Al final se despiden pero es un hasta luego. Se vuelven a ver las caras en París, concretamente en el hospital donde da a luz a una niña. Él aparece y ella desaparece.
Dirigida en 2009 por François Ozon, Mi refugio (el título original es Le refuge) obtuvo el premio especial del jurado en el Festival de San Sebastián. La crítica se empeña en bautizar a Ozon como el ‘Almodóvar francés’ pero con todos mis respetos para el realizador galo… está a años luz del manchego.
Javier Montes
