Ramiro y la Roja, bodas de plata a la vista

No le gusta que le llamen el peluquero de la Selección pero desde que en 1991 se cruzaron sus caminos la vida de Ramiro Fernández cambió para siempre. Atrás queda una concentración de España en el hotel de la Reconquista de Oviedo, a escasos metros de su salón de peluquería. Un jovencísimo Luis Enrique, actual entrenador del Barcelona, llevó a sus amigos del Real Madrid a cortarse el pelo a Ramiro; al día siguiente fue Abelardo quien llevó de la mano a sus compañeros del Barça y tal algarabía se montó en la concentración que el propio Javier Clemente quiso conocer en persona al famoso peluquero para agradecerle el trato con los chavales y, de paso, que le hiciera un par de retoques. En 2016 se cumplirán 25 años de aquella anécdota que supuso el primer paso de un largo camino.

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Desde entonces Ramiro ha acompañado para atender a la Selección Española en cinco Mundiales y cuatro Eurocopas. Por sus manos han pasado varias generaciones de futbolistas desde Andoni Zubizarreta hasta Fernando Hierro, desde Raúl González a Íker Casillas y David Villa. Al propio Vicente del Bosque se le ha escuchado decir en más de una ocasión que él selecciona a los futbolistas y los futbolistas seleccionan a Ramiro.

 

Tan discreto como elegante, de su boca no ha salido ni una sola confidencia, ni una anécdota de más de esos momentos de intimidad y recogimiento que son las concentraciones de futbolistas. El sillón del peluquero siempre invita a abrir el corazón pero la discreción de Ramiro es una de sus señas de identidad. Siempre ha hablado con las manos y sus tijeras, esas que pueden presumir de haber atendido a unos campeones del mundo o a los vigentes campeones de Europa. Quizá de ahí venga esa estrecha amistad que guarda con muchos de ellos y tal vez por eso, en este cuarto siglo de historia, conserve como un tesoro las más de doscientas camisetas que le han ido regalando. La última, la de David Silva en el reciente partido que enfrentó a España y Eslovaquia en el Nuevo Carlos Tartiere de Oviedo y que supuso la clasificación matemática de la Roja para la próxima Eurocopa de 2016 en Francia.

 

Quién se lo iba a decir al menor de siete hermanos de una modesta familia de mineros de Moreda de Aller que entre sus pequeños tesoros iba a estar el kit con el que atendió en Sudáfrica a quienes lograron la gesta de ganar un Mundial. En otra caja similar también conserva los instrumentos que empleó para cortarle el pelo a Severo Ochoa, galardonado en 1959 con el premio Nobel de Medicina. Quién se lo iba a decir a un chavalín de 15 años que aterrizó en el puerto de El Musel, en Gijón, para ayudar a su hermano mayor a “arrancar” las barbas de los marineros que hacían escala en Asturias. Allí, en una pequeña barbería se inició en el oficio antes de dar el salto a Oviedo, ciudad que le acogió con los brazos abiertos en 1966.

 

Su carrera profesional es un símil a la de un futbolista que alcanza las más altas cotas. Esfuerzo, trabajo, dedicación y constancia son los valores que le ayudaron a llegar a donde ha llegado, los mismos que sigue transmitiendo a su equipo y los mismos que sigue aplicándose así mismo cada mañana.

 

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Huérfano de padre desde muy niño, Ramiro supo siempre lo que vale un peine. De barbero a psicoesteta, como a él mismo le gusta definirse. Sin desatender jamás la profesión que con tanto mimo sigue tratando de prestigiar, tuvo tiempo para hacer sus pinitos en el mundo de la política -fue concejal en la primera corporación municipal de Oviedo de la democracia moderna- y recuerda con cariño su etapa de futbolista en el colegio y las andanzas de la mili en Ferral del Bernesga.

 

En 2016 hará medio siglo desde que se estableció en Oviedo y 25 años desde que comenzó a atender a los jugadores de la Selección Española. Innovador, inquieto y trabajador infatigable, Ramiro Fernández y su equipo preparan una exposición para mostrar la completa colección de artículos de barbería que ha ido recopilando con el paso del tiempo; piezas únicas, como uno de los primeros secadores de pelo que se emplearon en España. No faltará una selección de las camisetas que le han regalado sus amigos futbolistas. Será un año especial para Ramiro que, sin decirlo, irradia esa ilusión de un niño que desea redondearlo festejando con ellos otro título de campeón de Europa. En su mano estará un poco de ese sueño, la destreza con el pie es cosa de los chavales. En verano podremos disfrutar de la muestra y ya veremos si de otro título de campeón.Ramiro


@JavierMontesCas

Marcos García Martí

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