Se dice que es el deporte que más ha crecido en menos tiempo, pues nació en Holanda hace apenas seis años, en 2009. Aunque su trayectoria es aún discreta en España, el número de adeptos no deja de crecer. ¿Qué tendrá esta peculiar unión entre el fútbol y el golf?
Su vida profesional siempre estuvo ligada al fútbol, de manera que ambos sintieron “un vacío” cuando llegó el momento de la jubilación. Probaron suerte en otro deporte, el golf, pero no avanzaban en la práctica al ritmo que querían. Fue entonces cuando les hablaron de un híbrido entre dichas modalidades: una búsqueda en Internet fue suficiente para decidir que podría funcionar en España. “El footgolf atrae a muchos jugadores que, como nosotros, quieren mantener el contacto con el balón, pero ya no pueden rendir al mismo nivel“, comenta Emilio Leri, uno de los protagonistas de esta historia. “Te permite mantener la técnica, pero no exige tanta fuerza como el fútbol, que a su vez es más de contacto“, completa Eduardo Granell, su compañero en esta ocurrencia. Así, ahora son los presidentes de la Asociación Footgolf España (AFGE) y la Asociación Valenciana de Footgolf (AVFG), respectivamente.
Pero la representación del footgolf en nuestro país no queda ahí: algo similar pasó por la cabeza en Mariela Fernández, una argentina que se mudó a este lado del Atlántico hace quince años. “En mi país es una modalidad deportiva que sí se ha desarrollado, así que pensé en importarla aquí. En Andalucía ya había un campo de golf que ofrecía la posibilidad de practicarlo, pero de manera privada. Nosotros le hemos dado el marco de entidad deportiva para que sea una actividad accesible a todo el mundo y se cree afición“, explica ella misma. Para ello, puso en marcha la Asociación de Footgolf Internacional de España (AFIES), la dirige actualmente. De este modo, aunque “el boca a boca” es lo que mejor funciona para contagiar el gusto por dicho deporte según esta entrevistada, entidades como las anteriores están haciendo una gran labor de divulgación asesorando a los campos de golf interesados y apoyando a los grupos locales de aficionados que van naciendo progresivamente.
Requisitos y normas en el terreno de juego
Las tres voces que intervienen en estas líneas coinciden al apuntar que no se necesita una formación física específica, ni una rutina de entrenamiento, ni material costoso: una camiseta con cuello, unas zapatillas multitaco, unas bermudas, unos calcetines hasta la rodilla y un balón estándar número 5 son los elementos básicos para pisar el campo. A partir de ahí, no hay más que seguir el reglamento propio del golf para completar con la menor cantidad de golpes posible un recorrido de 18 hoyos. Eso sí, en este caso estos han sido adaptados en tamaño y no se entiende el uso de palos, sino de las propias piernas. “Es un deporte muy divertido en el que compites contigo mismo en un escenario idílico, rodeado habitualmente de un entorno natural y de mucha tranquilidad. Puedes disfrutar al máximo de tu reto personal, que es más psicológico que físico, porque no dependes tanto de un rival, sino que has de lidiar con tu pericia, tu concentración y tus nervios“, matiza Eduardo.
Un contrincante eventual: los campos de golf
Aunque resulte paradójico, las propias instalaciones que acogen la práctica de esta modalidad deportiva son las primeras en plantear reticencias al respecto. No obstante, estas suelen esfumarse al entrar en detalles. En palabras de Mariela: “Los campos de golf han de entender que no somos una invasión, ni mucho menos. De hecho, no jugamos en el green, sino en espacios que no se rentabilizan de otra forma y que no estorban el juego de los golfistas. El footgolf contribuye, por tanto, al mantenimiento de sus instalaciones y propicia que muchas personas que no las habían pisado nunca las conozcan e, incluso, pasen a interesarse por el golf“. Con todo, la asociación que ella preside ya cuenta, por ejemplo, con varios campos asociados, con los cuales se cierran continuamente fechas para celebrar jornadas de puertas abiertas o torneos de carácter nacional e internacional. Sería el caso, entre otros, de la Liga española que se inició por primera vez el pasado mes de abril y concluirá el próximo diciembre, en la que han participado unas 90 personas.
La consolidación es la meta
Como no podía ser de otra manera, todos los implicados en el footgolf persiguen el afianzarlo. E interés no falta: en Cataluña se está desarrollando, incluso, una variedad llamada futbolgolf, la cual no depende de los campos de golf, sino que se practica en terrenos habilitados ex profeso. Asimismo, las iniciativas por parte de AFGE, AVFG, AFIES y entidades similares no dejan de sucederse con vistas a llamar la atención del público más cercano y, a la par, ir estableciendo vínculos con el extranjero, que sigue como referente. “En Italia, por ejemplo, más de la mitad de los campos de golf ya han sido adaptados, mientras que en España todavía no es considerado un deporte como tal, sino que se encuentra en los albores de lo que ya es en otros países de Europa. Esperamos que en un futuro no muy lejano el footgolf alcance aquí esa categoría con todas las de la ley. De hecho, ya hay quienes reivindican que podría ser considerado como olímpico“, concluye Emilio. En definitiva, el tiempo dirá si se mete dicho gol o se gana dicho hoyo, según se quiera enfocar.