Esperando el gol de la igualdad

El terreno de juego podría servir como reflejo de la sociedad. Porque la teoría dice que hombres y mujeres deberían ser iguales, pero la práctica demuestra que aún se está lejos de esa situación. Es más, el camino presenta obstáculos que suenan inconcebibles a estas alturas del partido. En 360 Grados Press nos hemos aproximado a dicha injusticia tomando como muestra al fútbol femenino profesional.

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El Rayo Vallecano les debía cerca de medio millón de euros. Tras meses de impagos, las jugadoras decidieron personarse como acreedoras. Tener que demostrar que eran futbolistas era la primera condición, así que acudieron a un comité de arbitraje de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Y lo que podría haberse resuelto ‘fácilmente’ en otro contexto, en la modalidad femenina se convirtió en un litigio de envergadura. La razón no fue otra que la falta de reconocimiento de una Liga Profesional que existe en la propia legislación vigente. “El polémico artículo 24 del Real Decreto 1835/1991 – “no podrá existir más que una Liga Profesional por cada modalidad deportiva y sexo en el ámbito estatal” – tiene lecturas contradictorias. Además, tampoco hay un convenio colectivo. Hablamos de un deporte lastrado por una normativa discriminatoria“, expone María José López, abogada experta en derecho deportivo. De hecho, ella fue quien representó a las afectadas en este caso, el cual sentó precedente: finalmente, no solo se logró demostrar su relación laboral con el club, sino que recibieron la correspondiente compensación económica por parte del Fondo de Garantía Salarial (Fogasa). 

 

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Este tipo de situaciones no son inusuales, ni mucho menos: aunque no tendría por qué ser así, según especifica María José, es habitual que las futbolistas de la Superliga carezcan de contrato o, incluso, que tengan uno en el que conste una actividad distinta a la deportiva. En consecuencia, ello implica que muy pocas lleguen a ganarse la vida de esta forma o, directamente, que ni se lo planteen; a diferencia de sus compañeros masculinos. “Muchas tienen otros trabajos fuera del fútbol. Hay quienes lo compaginan todo con sus estudios. Y las que menos están empleadas por sus clubes, lo cual depende del potencial de los mismos“, ejemplifica Fe Robles Fernández, la presidenta de la Asociación Española de Jugadoras de Fútbol (AEJF), una entidad que nació hace tres años con la aspiración de convertirse en un sindicato formal y que, de momento, actúa como defensora de los intereses de estas mujeres, así como les ofrece asesoramiento y formación.

 

Hoja de ruta hacia el objetivo

El punto de inflexión lo podría marcar, por tanto, un cambio en la Ley del Deporte. “El primer paso sería incluir un capítulo específico sobre las deportistas profesionales. Se necesita una transición con medidas específicas“, afirma María José. Por su parte, los organismos oficiales también deberían implicarse más en la causa, un punto en el que coinciden todas las entrevistadas. En palabras de la presidenta de la AEJF: “La RFEF ha empezado tímidamente a cambiar las cosas con becas, pero aún no se están dejando ver y, obviamente, esto se queda muy corto. Además, el Gobierno nos deja fuera de sus muchas medidas al obligar a que cualquier proyecto a realizar pase a través de las federaciones. Dado el conflicto existente entre los dos, tenemos la puerta cerrada tanto a nivel individual como de asociación“. Lalu Rodríguez Albarrán, la directora de futfem.com, también se posiciona en esta línea. “La única medida posible es que la RFEF incrementara económicamente la partida para el fútbol femenino y no como subvenciones a jugadoras, sino como ayudas a los clubes para tener mejores estructuras. Pero tenemos que recordar que también hay equipos de fútbol masculinos con graves problemas económicos o equipos de baloncesto desapareciendo. Esto no es un mal exclusivo del deporte femenino“, matiza.

 

Todo empieza por uno mismo

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Efectivamente, la desigualdad de cualquier disciplina en comparación con el llamado ‘deporte rey’ en España es manifiesta. Sin embargo, el fútbol femenino acusa una injusticia que va más allá, pues hombres y mujeres que presentan un mismo nivel deportivo no gozan de derechos equitativos. Este sinsentido, además, es compartido en las competiciones internacionales, como prueba la reciente verificación de sexo propuesta en el Mundial de Canadá 2015, algo impensable en la categoría masculina. A la espera de una respuesta contundente y conjunta, la solución parece depender de las perjudicadas, partiendo de un ejercicio de autocrítica que invitase al compromiso y a la acción. “Falta una interiorización del concepto de profesional, empezando por las propias jugadoras, que muchas veces dicen que agradecen poder jugar. Hay que romper esa barrera del profesionalismo. Muchos me dicen que quiero empezar la casa por el tejado, pero en este caso no es así: se necesitan referentes para poder alimentar esa inquietud. Es importantísimo que las chicas vean a las jugadoras profesionales y se pregunten ‘por qué no’. Estamos huérfanas de puntos de referencia, pues las mejores acaban en el extranjero“, argumenta la abogada experta en derecho deportivo consultada para el artículo.

 

Mejor si es acompañadas

En cualquier caso, no se puede obviar que la plena transformación hacia la igualdad es inalcanzable desde el interior sin apoyo externo. En este sentido, los avances están siendo paulatinos, pero en positivo. “La sociedad es lo que más ha progresado. No sólo hay un menor rechazo de las familias y el entorno de las niñas que querían realizar este deporte, sino que ahora les apoyan y les animan. Y las mujeres en general están demostrando que el fútbol también es su deporte como practicantes y como espectadoras“, declara Fe. Otra de ‘las patas’ en este proceso serían los medios de comunicación. A pesar de tener un alcance relativamente modesto y un público muy específico, casos como el de futfem.com – que inició su andadura en 2003 y se ha consolidado a base de información de calidad desde entonces – contribuyen a dar voz a las jugadoras. No obstante, la labor sería más efectiva en caso de extenderse. “Los medios grandes, que tienen otro target de audiencia, pueden ayudar incluyendo poco a poco noticias para que las personas se vayan haciendo al deporte femenino. Nadie se acerca a algo especializado sin que otro les haya conducido a ello. Una vez que se dirigen a páginas como la nuestra es porque ya se trata de una materia que respetan y de la que quieren saber más“, concluye Lalu.


@LaBellver

Marcos García

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