Un cartel que rezaba Chicas Nuevas 24 Horas inspiró el título de este proyecto audiovisual que pretende llamar la atención sobre una de las violaciones de derechos humanos más frecuentes en la actualidad. En 360 Grados Press nos sumamos a visibilizar esta descarnada injusticia.
Con apenas quince años, Yandy es una víctima de trata. Cuando es preguntada ante la cámara sobre qué es lo que más le gustaría en ese justo instante responde: “Volver a casa con mi mamá“. Mabel Lozano reconoce que no pudo evitar ponerse a llorar a lágrima viva al escucharla. “Esto me pilla con una edad y con un poso, pero abordo casos de mujeres con la misma edad que mi hija que me duelen especialmente. Hablamos de la gran desgracia humana que es la esclavitud, la cual sigue frente a nosotros“, afirma. Y esta no es más que una muestra de la cruda realidad que ha reflejado en su último documental, con el que ha vuelto a aproximarse a esa temática tan recurrente en su carrera de cineasta por la que, también, se ha comprometido como activista. “Mi punto de partida fue en 2005, hace exactamente diez años. Conocí a Irina, una chica rusa que había sido vendida a un club por su propio novio. No daba crédito a esa historia que me estaba contando una persona como yo, con sus aspiraciones de formar una familia o de tener un trabajo. Ese fue el detonante que me empujó a escribir y a dirigir Voces contra la trata de mujeres en 2007, mi primer largometraje“, recuerda.
Un duro making of para un duro asunto
Ahora, después de poner el acento en la corresponsabilidad del cliente o el foco en las víctimas como tales con diferentes trabajos audiovisuales, ha llegado el momento de tomar la perspectiva del negocio que se esconde tras esta explotación, el cual genera 32.000 millones de dólares al año, siendo la tercera actividad económica más potente del mundo. Sin duda, una contundente cifra, aunque parece que no lo suficiente como para sacudir las conciencias. En palabras de Mabel: “Todo el mundo puede informarse sobre esto con los datos que aparecen en Google al realizar una simple búsqueda, pero en verdad no sabemos nada. Por eso he querido ir unos pasos por delante y hacer que la gente se pregunte ¿realmente esto está ocurriendo en mi ciudad?“. Así, en resumidas cuentas podría decirse que ha sido necesario viajar por cinco países Argentina, Colombia, Paraguay y Perú como puntos de captación, así como España en categoría de lugar de tránsito y de destino en Europa y rodar durante cuatro años. Sin embargo, eso sería quedarse cortos. “A veces he querido tirar la toalla, porque es muy frustrante no conseguir la financiación que necesitas o los testimonios que te marcas, pero tenía claro que quería contar esta historia para romper con el tópico de ellas viven porque pago. Porque quienes viven mejor son la gente que saca tajada con la explotación“, explica la directora.
Complicidad en los formatos y entre el público
El resultado es Chicas Nuevas 24 Horas, una obra multidisciplinar que, más allá del documental, se ha apoyado desde el principio en las redes sociales para despertar el interés de la sociedad, se ha complementado con una novela de la periodista Charo Izquierdo y comprende una exposición fotográfica que va a rodar por toda España. De hecho, Mabel atiende la llamada para escribir este artículo saliendo de la madrileña Casa América, donde se ha encontrado a un grupo de estudiantes que ha partido a las cinco de la mañana desde Huesca para conocer de primera mano esas instantáneas sobre la trata. “Si soy franquísima, he de decir que no había querido pensar qué es lo que iba a ocurrir con este proyecto, porque a veces sucede que el esfuerzo no es proporcional al éxito. Pero en este caso me he encontrado con que la gente ha querido acercarse a él. Por ejemplo, organizamos una proyección recientemente en Matadero Madrid y hubo colas de personas sin entrada, sabiendo de antemano que iban a ser vapuleadas y sacadas de su círculo de confort al ver algo incómodo con lo que están conviviendo“, ilustra su creadora.
Marcando una diferencia dentro y fuera de la pantalla
Seguramente, uno de los primeros factores que golpearía a dichos asistentes sería el original planteamiento del guión, el cual parte de una clase magistral de marketing que enseña cuán lucrativo puede ser dedicarse a la trata. Ello, por supuesto, en clave de ficción. No obstante, lo que realmente hace que los espectadores se remuevan en sus butaca es la parte real de la cuestión contada por cuatro voces verídicas: la de Yandy, que protagoniza las primeras líneas de este texto, junto a Sofía, Ana Ramona y Estela. Estas mujeres han sido “valientes no, sino lo siguiente” y tan generosas como para dar la cara a pesar de los estigmas y asumir los correspondientes riesgos para que otras jóvenes no sufran la misma experiencia. “Que conociesen mi trabajo desde hace años ha sido un requisito imprescindible, porque acceder a ellas desde cero es imposible. Así han podido comprobar que hay una aproximación desde el rigor y el respeto, sin pornografía del sufrimiento“, matiza Mabel. Con todo, Chicas Nuevas 24 Horas aspira a consolidar esa senda de cambio iniciada hace algún tiempo hacía la erradicación total de este extendido abuso. “Se empieza a entender que hablamos de un delito que ocurre aquí, que no es extracomunitario ni fronterizo, sino que está en nuestras calles y en nuestras plazas. Los medios de comunicación también lo han comenzado a abordar desde la violación de los derechos humanos y no solo desde la explotación sexual, que da mucho morbo. En otras palabras: cada vez lo tratamos más y mejor desde la desnudez de los derechos humanos, no solo desde la desnudez de los cuerpos“, concluye la directora.
Los siguientes pasos de Chicas Nuevas 24 Horas: El documental va a ser presentado próximamente en el Festival Internacional de Río de Janeiro así como en el Festival Internacional de Santa Cruz de Bolivia. También va a ser estrenado en Paraguay con una copia doblada al guaraní, siendo la primera película española traducida a dicha lengua nativa. El objetivo es llegar a población susceptible de caer en las redes de la trata. Acto seguido, regresará a España para participar en la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci). La agenda del proyecto se sigue completando con vistas a recorrer otras partes de España y varios países de Europa durante 2016.