La rebeldía de Gauguin llena de color y ensoñaciones el Museo Thyssen

El Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid está de aniversario. 20 años no se cumplen todos los días, así que la dirección del centro ha decidido auto-regalarse para la ocasión una mágica exposición de Gauguin. El pintor postimpresionista francés y sus seguidores nos trasladan al paraíso a través de un centenar de obras que reflejan la relación entre el hombre y la naturaleza. 360 Grados Press no podía perdérsela.

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No debió ser fácil ser Paul Gauguin enla Europa de las últimas décadas del siglo XIX. Con el realismo y elimpresionismo marcando tendencia en el mundo de la pintura, los artistas comoGauguin eran poco menos que arrinconados por la sociedad. Sólo su rebeldíacontra lo establecido y su osadía le permitieron iniciar un viaje en busca deotras civilizaciones menos desarrolladas que estuviesen alejadas de los corsésoccidentales en las que poder renovar el lenguaje artístico imperante. ‘Gauguin y el viaje a lo exótico’ es lahistoria, en pinturas,  de ese trayectoen busca de la libertad.


Sin abandonar los rasgos propios delimpresionismo (uso de colores vivos, pinceladas distinguibles, temas de la vidareal), Gauguin se sumergió en el primitivismo de las sociedades de Martinica yTahití para hacer frente y poner coto a las limitaciones de éste. “Yo no quieropintar realidades sino ensoñaciones”, afirmaba el artista francés, que defendiócon su pintura un arte más emotivo y expresivo en el que las sensacionesespontáneas y subjetivas (las primeras impresiones), eran mucho más importantesque el objeto a pintar.


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La exposición, que sirve de homenajeal 20 aniversario del Museo Thyssen-Bornemisza, propone un recorrido por uncentenar de obras (33 de ellas de Gauguin) que tienen al artista francés comohilo conductor de un viaje en dos sentidos. Por un lado hacia el pasado enbusca de lo primitivo, lo utópico y lo elemental. Por otro hacia el futuro,como el impulso revolucionario que necesitaba la vanguardia artística paraacometer su renovación. 


Sin Gauguin, Cézanne o Van Gogh esimposible entender la evolución de la historia del arte. Ellos fueron el puenteentre el impresionismo imperante y las corrientes artísticas que vendríandespués. Prueba de ello son las obras de Kandinski, Kirchner, Matisse o Noldeque pueblan la exposición. Antes de madurar su estilo tuvieron en Gauguin unespejo en el que fijarse. Un pintor que les marcó el camino hacia lo exóticocomo estrategia de indagación y experimentación artística.


Casi sin darnos cuenta, extasiadospor el color, llegamos al punto y final de la exposición. Por el camino noshemos encontrado con algunas de las obras cumbre del autor. Su Mata Mua. Sus Idas y venidas, Martinica. Su MujerTahitiana. A la salida del recinto, la cola para acceder pareceinterminable. Son muchos los que aún tendrán la suerte de empaparse de color,vida, sueños y utopías de la mano de Paul Gauguin.

@acordellat

Estefanía G. Asensi

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