El arte del caminante incansable

El Museo Thyssen-Bornemisza acoge hasta el próximo 18 de mayo una exposición dedicada a uno de esos artistas incomprendidos en vida que la historia acaba señalando como fundamental en el desarrollo de la pintura moderna. Cincuenta obras, algunas de ellas inéditas, por las que pasear y admirar la evolución de la obra artística de Paul Cézanne, el caminante incansable.

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PaulCézanne (1839-1906)buscaba la inspiración entre los paisajes de su tierra natal, Aix-en-Provence, y por ello cada mañanacaminaba de forma incansable por los rincones de esta zona rural del sur de Francia, cercana a Marsella. Los camposde los alrededores de Aix y la montañade Sainte-Victoire, que a veces escalaba con la mochila a la espalda, sondos de los grandes protagonistas de su obra. Una obra cuya peculiaridad tardóen encontrar eco entre la generación impresionista con la que tocó compartir espacio.Y tiempo.


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Su dibujo y su concepción artística,considerada por los críticos de la época como infantil y primitiva, caló confuerza en la generación posterior, que adoró a un artista que sólo conoció unaexposición en vida, cerca ya de los sesenta años, y que muchos consideran el precursordel cubismo, en una relación que esmás que evidente en el último tramo de la exposición que acoge el Museo Thyssen Bornemisza.  


El titulo de la misma, site/non-site,se hace eco de la novedosa interpretación de la obra de Cézanne realizada por parte del artista Robert Smithson, que en 1969 afirmó que la pintura del francéshabía sido tergiversada por los cubistas y propuso estudiar la dialéctica quese establece en las pinturas de Cézanneentre sus obras al aire libre y sus cuadros de estudio. Ese y no otro es elpunto que da sentido a las 50 obras que el Thyssenha reunido para la ocasión, algunas de ellas inéditas hasta la fecha. Unacaracterística que se aprecia de forma más o menos clara en gran parte de laexposición.


Cézanne pintaba sus paisajes vivos al airelibre como si se tratase de naturaleza muerta. No hay vida. No hay sereshumanos en ellos. Sólo vegetación. Y arquitectura. En cambio, en sus pinturasde estudio, en sus bodegones, es imposible no apreciar los ecos de sus paisajesen las formas que adquieren los objetos y los manteles que los sustentan.


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Mención aparte merece la primerasección de la exposición, compuesta únicamente por un cuadro. Retratode un campesino es uno de los últimos lienzos en los que trabajó Paul Cézanne antes de su muerte y en élse hace evidente otra de las características de la obra del pintor francés. Elcampesino no tiene rostro. Como si la obra se hubiese quedado a medio terminar.Más de un 80% de la obra de Cézannese quedó sin terminar. Y sin firmar. En site/non-site, por ejemplo, apenasun 10% de los cuadros tienen la firma de su autor. Nadie sabe a ciencia ciertatodavía si los dejó sin acabar para hacerlo algún día o si simplemente estehecho constituye la propia firma de un genio.


Cézanne site/non-site. Hasta el 18 demayo de 2014 en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid. Precio de la entrada 11euros. 

@acordellat

Laura Bellver

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