Las formas de diálogo entre los grupos de música y el público han cambiado y la explicación no es otra que Internet. Esta semana en 360 Grados Press invitamos a que os asoméis literalmente a este nuevo escenario a partir de un singular canal con barandilla incluida.
Un grupo de seis amigos pensaron que deberían aprovechar más y mejor su pequeña terraza en Dublín, así que un día salieron a ella, empezaron a bailar Im coming out de Diana Ross y acordaron grabar un breve vídeo desde allí mismo como costumbre. No contentos con tener solo imágenes de ellos o de las vistas urbanas, empezaron a invitar a algún que otro conocido que cantaba o tocaba instrumentos, compartieron el resultado en la Red y… “De repente, empezaron a contactar con nosotros grupos que querían venir a tocar en nuestro balcón, así que pensé que si esto apuntaba maneras de convertirse en una web de música, pues teníamos que dejar que así fuese“, declara Stephen ORegan, uno de esos jóvenes implicados en los inicios de este proyecto. Ahora, lo que podría haberse quedado en una anécdota recibe el nombre de Balcony TV y es una plataforma con presencia en más de cuarenta ciudades de todo el mundo.
¿Qué tiene esta iniciativa que a tantos enamora?
Seis años después de dicho episodio se puede afirmar con rotundidad que Balcony TV ha dado en el clavo para aquellas bandas de reciente cuño que buscan ganarse un hueco en el mercado. “Les reporta algo que actualmente tanto los festivales como las salas les demandan, que es probar que tienen un buen directo. Protagonizar un episodio de Balcony TV es un recurso más para venderse, incluso sin tener un manager. Además, nosotros grabamos en plano secuencia, por lo que no hay ni trampa ni cartón“, explica Ruben Ginestós, el productor de la réplica barcelonesa. “Lo que ofrecemos a los artistas es que bajo el nombre de Balcony TV tengan la oportunidad de que sus vídeos sean visualizados a nivel nacional e internacional gracias al alance del programa, cuya página web cuenta con más de 55 millones de visitas“, completa Cristina Contell, la presentadora y productora de su equivalente en Valencia. De esta forma, Balcony TV actúa también como puente cultural entre países que encuentran en la música un punto en común.
Cuando no enrolarse es prácticamente imposible
Tanto Ruben como Cristina supieron de la existencia de Balcony TV mediante sendos amigos. Él, hace dos años y seis meses; ella, desde principios de 2015. Contactar con la sede central en Nueva York y enviar dos episodios piloto fueron los requisitos a cumplir por los correspondientes involucrados. A partir de ahí, parece que el proceso fue tan sencillo como dejarse llevar, o casi. “Nuestra emisión ha sido ininterrumpida semanalmente desde 2013. Ya nos conoce mucha gente en la escena de Barcelona y, también, en la internacional. De hecho, tenemos una lista de espera de 250 bandas que quieren participar, lo cual es un halago. Además, muchos otros grupos potentes que vienen a la ciudad se ofrecen para tocar con nosotros“, argumenta Ruben. “En nuestro caso, emitimos un nuevo show online cada quince días. A fecha de hoy llevamos doce y la respuesta del público y de los artistas ha sido increíble desde el principio. He de confesar que estos últimos son los mayores prescriptores del programa y que cada vez nos llegan más mails, así que creo que estamos haciendo las cosas bien“, declara Cristina al respecto.
Una pasión por la música inconmensurable
El matiz de “o casi” escrito líneas arriba no es casual. Porque los equipos que ponen en marcha Balcony TV en una ciudad en Barcelona y en Valencia formados por diez y por cinco personas, respectivamente se encargan de todo altruistamente: desde elegir y gestionar la ubicación de la grabación hasta publicar el videoclip resultante, pasando por seleccionar a las bandas, proporcionarles el material necesario instrumentos, luces, cámaras
, hacer fotografías y editar el bruto de la sesión. “Esto lo iniciamos por algo más que amor al arte, pues nos salía a pagar por el alquiler de todo lo necesario“, bromea Ruben. Con el paso del tiempo, en Barcelona han logrado un patrocinio, de manera que ya no pierden dinero con el proyecto, aunque tampoco lo ganan, pues se mantienen fieles a la filosofía fundacional. Por otra parte, para facilitar las tareas, todos los organizadores establecen convenios con determinados lugares que sean “iconográficamente” relevantes y que no supongan molestia alguna en los vecindarios. Es el caso del Ayre Hotel Rosellón, con la Sagrada Familia de fondo; del Sweet Hotel Continental, en pleno centro de la capital del Turia; o de la Casa Museo de Vicente Blasco Ibáñez, con vistas a la valenciana playa de La Patacona. Sin embargo, ambos entrevistados afirman que su intención en este sentido es continuar innovando para sorprender.
Sobre el mañana no hay nada escrito, pero
Entre los objetivos de los diferentes Balcony TV también se encuentran, obviamente, seguir ayudando a dar una oportunidad a promesas de la música sean del género que sean y crecer de la mano de quienes consiguen despegar, que son ya unos cuantos; como el cuarteto catalán Mourn, que con una media de apenas 18 años han saltado del balcón hasta los Estados Unidos para trabajar con un sello discográfico neoyorquino. El potencial de los medios sociales para la industria musical, por tanto, se consolida gracias a plataformas semejantes y a la inquietud de todos los agentes involucrados en el sector. “Un artista busca que su obra llegue al mayor número de personas posible. Luego habrá a quien le guste y a quien no, claro. Pero basándonos en eso, es fundamental tener presencia online, siempre y cuando la información que le llegue al público no se tergiverse para crear polémica en contra del artista“, matiza Cristina. “El público está en Internet, donde se pueden establecer canales directos de comunicación con los fans. Por ello, incluso quienes no tenían ni idea de estas cosas o no son nativos digitales están aprendiendo“, concluye Ruben.
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