Borraron el camino de Cuesta Maneli
El domingo ardía una parte del cielo de Huelva y el mar asistía impotente al desastre ecológico de esta parte del sur de la península. A mí me gusta el mar, siempre me gustó dibujar la línea del horizonte y esperar a que algún barquito, a lo lejos, rompiese esa línea como hacen los niños cuando blanden un lápiz a modo de espada sobre el papel. Para mí, aquella playa inmensa de arenas finas y agua poderosa era un trozo de paraíso que inoculaba la mejor de las energías en mis venas. Todo aquello sigue, pero el fuego borró el camino.