Uno de los temas de los que más se está hablando últimamente es la nueva escalada de precios de la vivienda, sobre todo, en las grandes ciudades. No solo se está produciendo en la venta, sino también en el alquiler, por lo que mucha gente se está quedando al margen. No obstante, existen otras alternativas para lograr un acceso digno a la vivienda, un tema que hemos querido abordar esta semana en 360 Grados Press.
El precio de la vivienda sube un 2,2% en España durante el primer trimestre del año, mientras que el del alquiler lo hace un 8,8%, según el portal de venta y arrendamiento de pisos, Idealista. Se trata de una tendencia imparable en prácticamente todas las comunidades autónomas, sobre todo, en ciudades como Madrid, Barcelona, València y las Islas Baleares. Una situación que desespera a muchísima gente, ya que el acceso a la vivienda se está convirtiendo en un problema, incluso en el extrarradio, a donde pretenden vivir aquellas personas que no pueden pagarse un piso algo más céntrico.
Ante esta situación, mucha gente sin escrúpulos se aprovecha de la desesperada situación de muchas personas. Es el caso de Marcos y Beatriz, una pareja que vive en Madrid y que fueron timados por una organización que se encargaba de engañar a la gente haciéndoles creer que podían pagar un piso muy barato por la zona de La Latina.
“Encontramos en un portal de pisos uno a muy buen precio. La verdad que nos extrañó, pero estábamos desesperados, y se sumaba que la vivienda tenía muy buena pinta explica Beatriz-. Contactamos con un chico que decía estar viviendo en Noruega y que quería alquilar urgentemente su piso por necesidad. Y nos pidió que le hiciéramos transferencia de dos mensualidades por Airbnb“. Aunque les extrañó que se realizara a través de esta plataforma de alquiler de apartamentos.
“Nos hablaban de que un agente de Airbnb se pondría en contacto con nosotros y nos mostraría el piso. Por eso, un principio, desconfiamos, pero el chico parecía majo, hablamos mucho con él por WhatsApp hasta que le hicimos la transferencia y desapareció. Ni rastro. Denunciamos, tratamos de recuperar nuestro dinero a toda costa, pero nada”, se lamenta Marcos.
Si, a la escalada de precios, se suma este tipo de tretas, da la sensación de que el acceso a la vivienda está más que complicado. En ciudades como València, donde el alquiler, por ejemplo, siempre había contenido sus precios, ahora ha duplicado. Por ejemplo, los estudiantes universitarios pagan ahora el doble por una habitación de lo que se hacía hace una década y en zonas donde hay turismo, como la de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, las viviendas han pasado de arrendarse por 700 de media euros a 1.600.
A esto se suman los datos de desempleo, que han empeorado los primeros meses de este año. Según la EPA, el desempleo se ha situado en el 16,74% en el primer trimestre de este año con una fuerte subida del paro. Mientras, la tasa de jóvenes que no trabajan disminuyó hasta situarse en el 36,6%, un porcentaje que sigue siendo elevado. Solo hay que recordar que para poder comprar un piso se necesita, al menos, el 20% del total de su precio.
Algunas alternativas
Debido a esta tesitura, en los últimos años han surgido alternativas para poder acceder forma digna a una casa, un derecho fundamental recogido en la Constitución Española y en el que el Tribunal Europeo de Justicia ha incidido en varias ocasiones. Así pues, existen otras fórmulas de acceso a una vivienda, como el cohousing, del que ya hablamos en su día. Desde la Cátedra Unesco de Vivienda de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona proponen otras tendencias que cada vez resuenan con mayor fuerza.
Esta Cátedra ha estudiado otros mecanismos que han adoptado otros países europeos en los que el acceso a la vivienda no se reduce a la compra o al alquiler. De esta manera, se favorece la vivienda en propiedad, de forma progresiva, asequible y sostenible, sin incurrir en sobreendeudamiento. Una de ellas, que explica el catedrático en Derecho Civil y director de la Cátedra, Sergio Nasarre, es la tenencia intermedia; es decir, se halla entre la compra y el arrendamiento. Concretamente, esta es de dos tipos: temporal (compra de vivienda durante un tiempo determinado) y compartida (compra de porcentajes de una vivienda en función de la disponibilidad económica, siendo considerado propietario desde el inicio).
De hecho, estas dos fórmulas aparecen ya en el Código Civil catalán y en la Ley 19/2015 de 29 de julio de Propiedad Temporal y Compartida, pero en Reino Unido y otros países europeos se lleva realizando desde hace años. De hecho, el catedrático indica que la Cátedra UNESCO de la que es director impulsó y contribuyó en gran medida a la que la propiedad compartida y la temporal se aprobasen en la Ley 19/2015. “La temporal ha sido recientemente validada por el Tribunal Constitucional como una forma sostenible de universalizar el acceso a las viviendas”, añade.
Nasarre recomienda estas fórmulas para acceder a una vivienda y comenta: “Ya hay una entidad de crédito que vuelve a ofrecer hipotecas al 100% del valor del inmueble. Esto no es nada recomendable, en tanto que fue así como comenzó la burbuja inmobiliaria. Las familias necesitan estabilidad y dignidad para poder desarrollar sus derechos fundamentales plenamente en su vivienda (así lo declara también la ONU) y, de las tenencias que comenta únicamente las propiedades compartida y temporal cumplen con estos requisitos, primero porque son propiedad (y por lo tanto son estables), segundo porque evitan el sobreendeudamiento (son formas de propiedad sostenibles) y tercero porque no dependes de nadie ni debes compartir con nadie (como sucede con la multipropiedad, el usufructo o el cohousing)”.
“Otra vía que hemos investigado continúa Nasarre- en diversos proyectos pero, especialmente, través de una tesis doctoral, recientemente finalizada con éxito, es la rehabilitación por renta, presente en la LAU desde 2013 y que es una excelente manera que aproximar intereses entre propietarios que tengan viviendas en muy mal estado con personas que no tienen recursos económicos para acceder a ellas, de manera que pueden hacerlo rehabilitándolas”.
En su opinión, cree que el mercado inmobiliario continuará al alza, “mientras el mercado laboral no mejore y dignifique (en sueldos y estabilidad) y no se generalicen las hipotecas al 100% que, como hemos dicho, no es nada deseable. Esto volverá a generar una nueva burbuja. La alternativa son las tenencias intermedias (propiedad compartida y temporal) que facilitan ser propietario de manera más asequible y son muy buenas alternativas al alquiler (depender de un casero, revisión de la renta cada tres años, etc.).
De la concesión de uso al camping
Otra alternativa es la cooperativa con cesión de uso. Desde Living Cohousing explican que son “un modelo en el que los socios de la cooperativa que van a promover un proyecto en este caso sus viviendas adquieren un derecho de uso de su inmueble y de las zonas comunes e infraestructuras del edificio, con la forma jurídica del usufructo vitalicia, que es un derecho trasmisible a sus herederos. La propiedad del edificio en su totalidad es la cooperativa”. Este modelo, presente en Dinamarca o Canadá, posee menos gastos y ayuda a evitar la especulación, ya que no hay promotores ni intermediarios de por medio y se gestiona de forma democrática y buscando la máxima eficiencia.
Y, aunque no está regulado legalmente, mucha gente opta por vivir en un camping, no tanto en tienda de campaña, sino en roulotte o en una casa prefabricada. Es el caso de Mercedes (nombre ficticio), que reside desde años en un camping ubicado cerca de València. “Pago por el alquiler del espacio, que está fenomenal de precio, y tengo muchos gastos incluidos”, comenta y reconoce que es consciente que, por ley, está prohibido vivir de forma permanente en un camping.
El permiso para residir en estos lugares oscila entre los 11 y los seis meses, en función de la Comunidad Autónoma y la gente no puede empadronarse en un camping. “Lo que hago yo y mucha gente que vive aquí porque no puede ni pagar un alquiler es empadronarse en casa de algún familiar o amigo. Cuando llega el mes en el que tengo que abandonar el camping, pongo la casa a nombre de alguien de confianza; es la única manera”, señala.
Las siguientes alternativas ya tienen una visión más futurista, como la creación de casas con impresión 3D, de manera que su construcción resultaría fácil y sostenible económicamente.
En definitiva, y tal como subraya Sergio Nasarre, hay que optar por “otras formas de tenencia alternativas, (ej. las cooperativas o el cohousing difícilmente lo son), como la propiedad compartida y temporal. Además, debería reformarse la LAU y dar la opción a que puedan pactarse (nunca imponer) arrendamientos indefinidos (ej. incentivándolos) y que se pudiera pactar (nunca imponer) sistemas de renta referenciada a precios de mercado. Con ello se dignifica y generaliza el alquiler“.
Patricia Moratalla