Incal: en las bases de la ciencia-ficción

Hay figuras del cómic que son eternas y por ello parecen, casi, inmortales. Tal vez uno de ellos sea el ilustrador francés Jean Gireaud. Conocido como Moebius, a cualquier fan de las viñetas se le hace extraño pensar que el genio francés ya no está allí. Su contribución es enorme, al nivel casi del mismísimo Will Eisner. Dibujante prolífico y heterodxo, Moebius supo rodearse bien a lo largo de su carrera y, gracias a ello, muchas de sus obras han ganado fama eterna. Tal vez una de las menos conocidas y, al mismo tiempo, más influyentes sea El Incal.

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El Incal es una colaboración entre Giraud y el director de cine Alejandro Jodorowsky. A principios de la década de 1970, Moebius formaba parte del gran equipo de ilustradores reclutados por Jodorowsky en un fallido intento de adaptar para la gran pantalla el Dune de Frank Herbert. Aunque la producción nunca progresó, Giraud continuó colaborando con otros miembros del equipo en diferentes proyectos entre los que se encontraba un guión del propio Jodorowsky para una serie de cómics: El Incal.

 

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Publicada por primera vez a principios de los ochenta, El Incal arranca con el desdichado John Difool, detective privado, cayendo desde lo alto de un rascacielos. Pronto descubrimos que la accidentada entrada en escena de Difool se debe al poder un artefacto, el Incal, que mueve a varias facciones en una guerra secreta que involucra a todo el universo. A partir de aquí Drifool se verá arrastrado en este conflicto sin quererlo puesto que su responsabilidad en la lucha será cada vez mayor hasta llegar un punto en el que el destino de la humanidad recaerá sobre sus agotados hombros.

 

Con un ritmo trepidante que mantiene sin aliento tanto al lector como al protagonista, Jodorowsky y Giraud nos introducen en una space opera bastante peculiar en la que, en realidad se produce una burla poco disimulada del género. Una fantasía al estilo Flash Gordon en la que el protagonista no podía ser más diferente de este héroe fantástico. Porque Difool es un tipo feo, débil, egoísta y bastante excéntrico que rara vez toma la iniciativa y que, sin embargo, se verá empujado continuamente al epicentro de la acción.

 

Es cierto que a menudo el lector puede tener la impresión de encontrarse ante un continuo Deus ex Machina el que el protagonismo del protagonista, valga la redundancia, brilla por su ausencia. Pero también es verdad que Jodorowsky consigue llevar la mayoría de las situaciones por un camino tan absurdo que no dejan de ser extraordinariamente divertidas.

 

Además es imposible sustraerse de la enorme influencia que el trabajo de Giraud tuvo después para la imagineria visual futurista tal y como la conocemos hoy en día; desde Ridley Scott hasta Luc Besson se han embebido de su extraordinario trabajo gráfico. Aunque solo fuera por eso, porque apreciar a Moebius en todo su esplendor siempre es una delicia, ya valdría la pena echarle un vistazo a este título. A fin de cuentas El Incal es uno de esos clásicos que aparecen como imprescindibles en todas las antologías de ciencia-ficción.


@elplumilla

Laura Bellver

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