Cuando Hannibal fue devorado

El psiquiatra forense está protagonizando una de las marchas más sonadas de la historia seriéfila. ¿Será un adiós definitivo o un hasta pronto?

Es perturbadora a más no poder y eso mismo ha seducido durante tres temporadas a una horda de seguidores que se ha llevado un buen disgusto recientemente. La serie de Bryan Fuller nunca se caracterizó por ser multitudinaria y, quizá, tampoco aspiraba a ello. Sin embargo, su audiencia ha probado ser fiel como la que más: una petición en Change.org que supera en este momento las 65.000 firmas y el efervescente hashtag #SaveHannibal son la mejor demostración. Todo este revuelo, por supuesto, se ha levantado con motivo de la cancelación anunciada por NBC, que viene acusando un bajo número de espectadores casi desde el principio de la emisión. Eso sí, la cadena va a respetar los episodios que restan para concluir la presente entrega.

Pero, a diferencia de otras producciones que también fueron eliminadas de la parrilla – siempre me pesa el nombre de Utopia cuando abordo esta cuestión –, en este caso no se da todo por perdido: el creador de Hannibal tenía previstas cinco temporadas, por lo que está negociando con otras plataformas como Netflix o Hulu – pues Amazon ya ha comunicado que descarta participar en esta puja alegando que prefiere apostar por “contenido original” y no por aquel “ya producido que ha estado en el mercado“ – para salvar al Dr. Lecter del abismo televisivo. De hecho, el propio Fuller ha dicho que no sabe “cuánto más oscuros pueden llegar a ser“, pero que, sin duda, la cuarta parte de la historia sería “fascinante“.

Así, con los dientes largos y la pasión a flor de piel, los llamados fannibals se han visto sumidos en un sinvivir para el que todavía no se ha escrito un final seguro. Todo invita a pensar que Hannibal será otra de esas ‘series resucitadas’ como Community o The Killing, aunque… ¡Quién sabe!

@LaBellver

David Casas