La crudeza inmortalizada del ébola

Oficialmente, el brote se confirmó el 23 de marzo de 2014. Casi un año después se puede hablar de más de 10.000 fallecidos y de 24.000 infectados. Esta semana en 360 Grados Press ponemos el acento en una situación de emergencia gracias a una exposición que acerca lo que parece lejano y, en consecuencia, ajeno. En definitiva, fotoperiodismo en su pura esencia.

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James McGill Kiamue (23 años) estudiaba biología en la Universidad de Cuttington hasta que ésta fue cerrada por el brote de ébola. Entonces, pasó a trabajar como higienista y pulverizador. Por su parte, J. Sam T.G. Siakor (30 años), profesor y cantante de góspel, se dedica actualmente a supervisar el saneamiento del agua de Soimay. Otro caso sería el de Pares Momanyi (30 años) y de Mabel W. Musa (27 años), ambas enfermeras que ahora atienden a pacientes en la Unidad de Tratamiento de Ébola de Bong. Asimismo, se podría sumar la historia de George Beyan (34 años), un agricultor que, tras superar dicha enfermedad, ingresó de nuevo en la zona de alto riesgo aprovechando que era inmune para cuidar de su hijo de cinco años, el cual murió a los pocos días. O la de Albert Nimely (18 años), quien jugaba en la selección Sub-20 de Liberia pero en estos momentos dedica su tiempo a otro equipo, el local de enterramiento.

 

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Y los testimonios continúan. De hecho, estos son solo una muestra de los muchos que el fotoperiodista australiano Daniel Berehulak recogió con su cámara para The New York Times en una cobertura sobre el terreno que duró más de tres meses. Todos ellos fueron capturados en un estudio improvisado con una sábana blanca allí donde se podía. El resultado, una serie de retratos en blanco y negro acompañados de las declaraciones obtenidas en entrevistas realizadas de forma paralela. Justamente, esta aproximación al personal sanitario fue la que llamó la atención de la organización de PhotOn Festival. “Estábamos observando hace tiempo trabajos sobre el ébola, porque considerábamos que era un tema imprescindible para esta edición, y descubrimos el de Daniel. Todos pensamos que añadía un extra y que hacía una labor diferente a los demás“, afirma Tania Castro, la directora del mismo. A partir de ahí, la gestión fue tan sencilla como contactar con él. “Puede sorprender, pero los fotoperiodistas que más se mueven y más trabajo tienen son también los más generosos“, completa Tania.

 

La implicación como muestra de profesionalidad

En total, Daniel Berehulak envió 60 de sus imágenes a Valencia con el único requisito de que estas contasen en conjunto una narración, la del ébola. Y lo cierto es que para ello no ha hecho falta más que seguir la lógica con que fueron tomadas las fotografías. Porque el australiano no sólo se preocupaba por ‘cazar’ un momento con su objetivo, sino también se interesaba por la historia personal que escondía esa escena, por las circunstancias que habían llevado hasta ella y por el desarrollo de la misma, aunque él ya no se encontrase allí. “Por ejemplo, llama la atención un niño que es transportado por dos médicos cogido de brazos y de pies, el cual le valió el premio a mejor foto del año 2014 en los Istanbul Photo Awards. Las dos capturas anteriores que acompañan a esta te rompen el corazón, ya que muestran cómo su padre se encuentra desesperado justo enfrente del hospital, donde esperó durante horas a que su hijo fuese atendido sin poder hacer nada más por él. El planteamiento para muchos fotoperiodistas es que una imagen ganadora ha de valerse por sí misma. Esta lo hace y, además, de esta manera cuenta cómo llega a producirse, es decir, aporta contexto“, ilustra la directora de PhotOn.

 

Un making of digno de admiración

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Sin duda, retratar una devastación semejante no es tarea fácil a nivel personal. “He sido testigo de lo peor del virus: arrebatando la vida de muchos, sin importar su edad, dividiendo comunidades, destrozando hogares, disolviendo sueños y colapsando un todavía frágil sistema sanitario“, reconoció el propio fotoperiodista a los organizadores del festival. Las exigencias para moverse con la máxima seguridad posible por Liberia, Guinea y Sierra Leona durante 100 días tampoco ayudan en la tarea: Daniel tuvo que comprar un equipo de protección que constaba de 300 pares de guantes, 35 trajes PPE completos, botas de goma, máscaras quirúrgicas y precinto para aislar cualquier ranura, entre otros materiales, antes de llegar a la zona afectada. Sin embargo, todo el esfuerzo cobra sentido antes o después. “El fotoperiodismo es una herramienta social. Nosotros trabajamos por ser los ojos de la sociedad. Con esta exposición queremos hacer hincapié en la labor del fotoperiodista, que no consiste sólo en tomar una foto al día sobre un tema, y destacar que los conflictos no terminan cuando los medios de comunicación deciden que ya no son noticia. De hecho, hoy por hoy 100 personas se siguen infectando cada semana de ébola“, matiza Tania con conocimiento de causa, pues ella también es una profesional de este ámbito.

 

Y que cumpla muchos más

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Con todo, el PhotOn Festival ha logrado consolidarse en la agenda cultural valenciana, donde tiene guardado un hueco cada mes de mayo, y hacerse un nombre en el ámbito nacional. La clave reside en la desinteresada aportación de compañeros como Daniel, quienes acceden a compartir obra y conocimientos en exposiciones y charlas, y en el esfuerzo del equipo que desde hace un lustro se afana por acercar el fotoperiodismo a la sociedad. Así, no es de extrañar que las aspiraciones del proyecto no paren de crecer. En palabras de su directora: “Este año es nuestro quinto aniversario y estamos contentísimos. Queremos hacer una producción más personal, con cosas que no se han visto antes. También, traer a más profesionales extranjeros. Además, aunque hemos hablado siempre de los conflictos, esta vez nos gustaría centrarnos más en la infancia, por lo que el ciclo de cine que vamos a organizar en colaboración con DocsDF tratará sobre ello. Y nada más acabar el festival nos iremos a Rumania para participar en un workshop sobre festivales europeos y demostrar cómo se mueve este sector en España“.


La exposición Ébola de Daniel Berehulak comisariada por PhotOn Festival puede visitarse en la Sala Muralla del IVAM hasta el 24 de mayo.

@LaBellver

Marcos García Martí

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