Teddy quiere volver a casa

Una compañía británica de ferrocarriles tiene una misión: juntar a los ositos de peluche viajeros y extraviados en los trenes con sus pequeños dueños. Para ello, ha lanzado una campaña a través de su página web donde se difunden fotografías de estos peludos compañeros de juegos.

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Una pequeña que no levanta tres palmos del suelo se agarra a la mano de su madre mientras las dos caminan a paso ligero. La otra mano también la tiene ocupada. Con ella sujeta su osito de peluche. La madre se acelera y la niña se concentra tanto en seguirla que el muñeco se escurre, aunque no llega a caer al suelo. El juguete cubre el último tramo a rastras, pero unido a la mano de su dueña.

 

Están en una estación de ferrocarril en el Reino Unido. Los tres consiguen acomodarse en los asientos de uno de los vagones cuando el silbato chilla anunciando la salida del tren. Durante el trayecto ellas charlan animadas bajo la mirada de felpa del osito que, con las prisas de bajar en la parada de destino, se queda allí. Sentado en su sitio y viendo cómo su dueña se aleja de él.

 

No sabemos si esta historia ocurrió exactamente así, pero desde luego, recoge la esencia de muchas situaciones que se dan a diario en las estaciones. La compañía británica de ferrocarril First Great Western (@FGW) tiene una misión: devolver los peluches extraviados a sus dueños. Y, además, tiene un reto: que vuelvan a casa por Navidad.   

 

La firma ferroviaria ha habilitado un apartado en su página web que se titula “Teddy Rescue” (“El rescate del osito de peluche”, en español), donde publica las fotografías de estos intrépidos viajeros, que se han extraviado y que, por tanto, han perdido a sus dueños.

 

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First Great Western se lo ha tomado muy en serio. Las imágenes, presentadas a modo de ficha policial, muestran al muñeco en cuestión con un cartel en el que se detalla dónde se encontró, su peso y su altura.

 

James Davis, portavoz de la compañía de trenes, quien no pierde de vista el importante papel que ha asumido la entidad de ferrocarriles, explica que “después de viajar en nuestra red ferroviaria y visitar agradables lugares, los ositos se han empezado a sentir solos y nos han pedido que les ayudemos”.

 

Cada vez que aparece uno de estos pequeños peludos es trasladado a la sala de objetos perdidos de la estación Bristol Temple Meads. Allí están esperando a que sus dueños los reconozcan gracias a las fotografías de la web.

 

Un mundo de ilusión

 

En caso de que algún niño distinga a su compañero de juegos, puede recuperarlo. Hay que enviar un email a teddyrescue@firstgroup.com y, claro está, demostrar que ese es su peluche describiendo algún rasgo característico para evitar que acabe en una familia equivocada.

 

“Me he perdido. He pasado por una pequeña aventura y he hecho buenos amigos por el camino, pero no sé cómo volver a casa. Echo de menos a mi familia”. Así recoge el mensaje del “osito anónimo” la web de First Great Western.

 

Que los peluches hablen en primera persona, además de ser tierno, conecta con otra función. La psicóloga Sheila Gómez (@psicoesfera) sostiene que “es importante que los adultos alimenten este mundo de ilusión que se irá interiorizando y haciendo más realista a medida que crezcan los niños”.

 

Gómez hace hincapié en que los niños y niñas “crean un vínculo afectivo especial con alguno de sus peluches, muñecas o incluso mantitas, siendo éstos su primera posesión real, que les aporta seguridad y confort cuando las cosas van mal”.

 

En opinión de la psicóloga, “éste les acompaña a la hora de dormir, de enfrentarse a situaciones nuevas, como viajar o visitar al médico, o incluso como herramienta de desarrollo para entender el mundo y a ellos mismos”. 

 

La iniciativa coincide con la nueva película del famoso oso inglés Paddington, pero “no hay ninguna asociación formal” entre una cosa y otra, según el portavoz.

 

A los peluches aventureros, tal y como explican desde la compañía de trenes, “se les da de comer” y además “están bien cuidados”. Ahora sólo falta que sus dueños vayan a recogerlos para llegar a tiempo a la cena de Nochebuena.


@Lorena_Padilla

David Barreiro

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