Durísimo relato sobre los abusos sexuales a menores. Sin caer en el morbo, sin necesidad de recrearse en el salvajismo de estos comportamientos, estamos ante una película intensa y desgarradora.
Lo que aparentemente era una vida feliz enfamilia escondía una pesadilla. Lo que parecía un padre perfecto escondíaun demonio. Lo que parecía una madre dedicada escondía un muro opaco. Lo queparecía una niña estudiosa y aplicada escondía un infierno. Lo que parecía unaamiga, sí era una amiga.
¿Cómo puede ser que la persona que másme ha querido sea la que me ha destrozado la vida? se llega a preguntar laprotagonista a mitad de relato, cuando el espectador ya tiene todas las cartassobre la mesa y traga saliva cada cierto tiempo. Montxo Armendariz relata en No tengas miedo (2011) el calvario queatraviesan los menores víctimas de abusos sexuales. Alejado deconvencionalismos y narrando el drama a cuenta gotas nos brinda la desgarradoravida de Silvia (Michelle Jenner)quien ya entrada en la veintena de años intenta como puede zafarse del dañoirreparable que le causaron sus padres, él (Lluís Homar) a base de abusos, ella (Belén Rueda) desde el olvido.
En su lucha contra la adversidad,contra sí misma, Silvia poco a poco va logrando controlar sus miedos aunque eldirector se encarga, sin caer en el amarillismo, de mantenernos en tensiónhasta el último minuto con un turbador, terrible y durísimo relato. La cinta esde esas que deja a uno marcado durante un tiempo, como una resaca amargadifícil de digerir, como una herida en la mano. Aunque el espectador se digaasí mismo que está viendo una película es inevitable pensar en las víctimas deun drama real. Sin lugar a dudas, estamos ante uno de esos largometrajesespañoles que dignifican nuestra industria y ensalzan la categoría de nuestrosactores y directores. Chapeau.
José Manuel García