Un paseo entre libros

Madrid celebra desde el pasado viernes la 71ª edición de la Feria del Libro, un evento ineludible para los amantes de uno de los grandes placeres de la vida, la lectura. La crisis que azota al sector del libro impreso no parecía notarse en el Parque del Retiro, colapsado por miles de visitantes que decidieron aprovechar el buen tiempo del fin de semana para darse un paseo entre libros.

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No atraviesa su mejor momento el mercado del libro enEspaña. A la aparición del ebook se ha sumado la piratería asociada a éste. Y atodo ello, como no podía ser de otra forma, se ha añadido la caída de lasventas, que según la fuente que se consulte puede variar desde un 3% queseñalan los editores hasta el 17% del que habla la agencia Nielsen. Malostiempos para el libro. Una industria tan versátil y variable como importantepara el conjunto de la economía española.


A eventos como la Feria del Libro se encomiendaneditores, libreros y distribuidores para conseguir reactivar el sector. Quienacude a la Feria acaba comprando. Lo puede asegurar un servidor, que acudiópara obtener la preciada firma de EnricGonzález y Luis García Montero yregresó a casa con las Historias de Nueva York del primeroy la última obra del segundo, Una forma de resistencia. Y así, conla pequeña aportación de cada uno, los organizadores esperan igualar al menosla facturación del año pasado, cercana a los ocho millones de euros.


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Por falta de expectación no será. El buen tiempo delfin de semana en Madrid propició la llegada masiva de visitantes. Tanto elsábado como el domingo el paseo central del Parque del Retiro estuvo plagado degente rodeando las más de 350 casetas de la Feria, en busca de un librodeterminado (o del siempre válido poder del azar en la elección de nuestranueva apuesta de lectura) y de la firma de alguno de los muchos escritores quese muestran más accesibles y cercanos que nunca para sus lectores.


En pleno siglo XXI, con la tecnología como punta delanza de nuestra sociedad, se echó de menos, no obstante, algún stand dedicadoal libro electrónico. Incluso para uno, adicto al aroma a papel y tradicionalhasta la médula en la lectura, se hace incomprensible la ausencia de un soportepor el que, aunque a muchos nos pese, parece pasar el futuro de la industria.Cuanto antes lo acepten y lo naturalicen en el sector, menos trágico nosparecerá el cambio a quienes amamos al papel por encima de todas las cosas.


El por momentos asfixiante calor invitaba al visitantede vez en cuando a cambiar de escenario y pasear por las zonas con más sombradel Retiro. Al cobijo de los árboles, y pese al abarrotamiento general, unosiempre puede encontrar un momento de calma para recrearse en un escenario tanidílico con el incomparable placer de pasar las páginas de un libro. Pasearentre ellos reactiva la pasión por la lectura.

Laura Bellver

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