“La mayor parte de la gente es decente, sino no habría conseguido cruzar África”

Podría decirse que Miquel Silvestre (Denia 1968) nació bajo el signo de una estrella errante. El mismo astro que un día hizo a este registrador de la propiedad abandonarlo todo y lanzarse a recorrer el mundo sobre dos ruedas. Silvestre presenta para 360gradospress su nuevo libro “Un millón de piedras”(Ed. Barataria), una odisea por África plagada de personajes y paisajes únicos, asombrosos y duros.

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Dicen de tu libro que es el que le hubiera gustado escribir a HumphreyBogart sobre África…

En realidad el libro es uncompendio de las situaciones y de los personajes que me voy encontrando. Losdescribo sin ningún prejuicio, simplemente voy allí a ver lo que me encuentro,y lo cuento con un tono bastante duro y bastante real. No pretende embellecer.Por eso Gonzalo Ugido, un periodista de RNE, dijo que es un libro que habríaescrito un tipo duro…aunque yo no soy un tipo duro.

 

¿Cuántos países has recorrido durante este viaje?

Kenia, Tanzania, Zambia,Zimbabwe, Botswana, Namibia, Sudáfrica, Lesotho, Gambia, Mozambique, Marruecos,el Sáhara Occidental, Mauritania, Senegal y Malí.

 

Huesos rotos, soledad, 15.000 Km….¿Qué conclusión sacas de toda estaexperiencia?

El mundo es un gran lugar,pero no sólo por este viaje, sino por todos los que he hecho. Yo viajo solo ylo que he encontrado –a pesar de los muchos problemas que he tenido-, es unmontón de gente que me ha ayudado desinteresadamente. Si he conseguido cruzarÁfrica o llegar a Kazajistán es que puedo llegar a cualquier sitio, por muchoque en los telediarios se insista en que el mundo es muy peligroso, lo ciertoes que la mayor parte de la gente es decente.

 

¿Cuándo empezó esta fiebre por viajar?

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La fiebre por viajar no surgióasí como así. Mi objetivo era escribir un libro. Hace 3 años no me encontrababien con mi vida. Ya había escrito novelas, pero me encontré con que no teníala estabilidad emocional para poder escribir. Entonces decidí dejar el trabajo,abandonarlo todo para volver a encontrarme. Dejé el trabajo durante dos años yme he dedicado a viajar por el mundo, por más de 60 países. Sin embargo, loprimero que hice fue irme con la moto a Italia. Fui a la Toscana, y aquél fueel inicio. Me dí cuenta de que las cosas que me sucedían eran más interesantesque lo que pudiera imaginar, que la realidad siempre era más interesante quecualquier argumento creado. Es el libro el que me ha ido llevando a los sitios.Ir a África fue casualidad.

 

¿De dónde salió tu “Princesa”? La moto en la que cruzaste África…

Fui a África a hacer unreportaje sobre una ONG que trabajaba en Kenia. Contacté con un alemán para queme vendiera una moto y fue allí donde encontré a mi BMW R806S del año 92.  Estaba nueva, y ella es la “princesa” dellibro. No tenía papeles ni nada, ni la podía registrar a mi nombre, pero conella conseguí cruzar 14 países.

 

¿Por qué una persona con un trabajo estable decidió un día dejarlo todoy recorrer el mundo en moto?

Precisamente porque eraestable (risas). Tengo el privilegio enorme de haber sacado una oposición muydura. Podía haber sido un señor de traje y corbata durante toda mi vida, pero amí eso no me gusta. La oposición fue un medio de conseguir estabilidad, y derepente se estaba convirtiendo en un fin, algo que me aterraba. Como yo sabíaque podía volver cuando quisiera –mi gran ventaja-, decidí irme. La cuestión alfinal no es tener un trabajo más o menos estable con más o menos dinero. Loimportante es si tienes un hueco al que regresar, y yo lo tengo y lo aproveché.

 

¿Te consideras una romántico sobre ruedas?

Completamente, si no fuera unromántico no haría lo que hago. Creo que hay que ponerle emoción y sentimientoa todo lo que se hace. No podría concebir a un robot haciendo lo que yo hago.He estado casi dos años solo en la moto recorriendo países conflictivos y congente sin comodidades y no puedes hacer todo esto si no te aporta algo emocionalmente.A mí me ha cambiado por completo la vida.

 

Ya te habrán dicho que eres muy valiente…

Reconozco que he tenidomuchísima suerte en mi vida, y creo que es porque he ido con el pecho abierto.Cuando llego a los sitios la gente sabe reconocer a quién tienen enfrente. Mehan atendido, me han socorrido cuando he tenido accidentes, me hanalimentado…porque han visto en mis ojos la clase de persona que soy. Yo sólo hetenido amigos, y en ese sentido soy muy romántico al pensar que sólo con la bondadme puedo manejar por el mundo. Yo al menos puedo decir que conmigo hafuncionado.

 

¿En qué sentido te ha cambiado la vida?

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Para empezar yo era unmisántropo y ahora no lo soy. Mis primeros libros tenían un tono muy ácido,como si estuviera enfadado con el mundo. Cuando ahora miro hacia atrás me digo:”no tenía ni puta idea de lo que está sucediendo”. Es fácil ser misántropoaquí. De hecho, es una actitud lujosa. Me recuerda a un relato de Bukowski quehabla de un existencialista misántropo al que un día visita el cobrador delgas. Entonces, al no tener dinero para pagarle toda esa reflexión existencial,toda esa misantropía de salón se desvanece porque tiene una necesidad real.Cuando ves a la gente que apenas sobrevive con lo justo pero a pesar de eso nopierden la inocencia ni la sonrisa, pues te das cuenta de la balsa de aceite enla que vivimos.

 

¿Has encontrado gente feliz en África? ¿Cómo es la felicidad allí?

Ellos tienen tiempo, y te lodicen: “no tengo dinero pero tengo tiempo”. Y tener tiempo es un ingredientebásico de la felicidad.¿Pero quién es absolutamente feliz? Nadie lo es. Lafelicidad son momentos, y el africano tiene muchos momentos. Tiene todo eltiempo del mundo. He encontrado gente con vidas muy sencillas que es feliz. Esgente que ríe mucho, es impresionante.

 

¿Ha habido algún momento en que dijeras “qué demonios hago aquí”?

Cada día (risas). El viaje enmoto empieza muy bien pero se puede convertir en una pesadilla si llueve, sihace viento, si te para muchas veces la policía…etc. La verdad es que ha habidomuchos momentos en los que he pensado “qué coño estoy haciendo aquí”. Quizás elmás grave de todos fue cuando tuve el accidente en Sudáfrica y me quedé tiradoen la carretera durante un buen rato hasta que por fin paró alguien en miayuda. Pero fue muy mal rato porque Sudáfrica tiene unos niveles dedelincuencia muy altos y no tuve miedo porque me robaran, sino sencillamenteporque apareciera alguien y directamente me matara.

 

También te quedaste sin gasolina en Mauritania…

Tal vez ése fue el momento enel que más miedo he pasado, ya que era justo la zona donde Al Qaeda secuestró alos cooperantes españoles. Verás, el tipo que me vendió el seguro en lafrontera me dijo tras saber que era español: “ah, Moratinos, qué buenministro”. Nadie conoce a los ministros españoles, y menos en Mauritania, peroallí todo el mundo sabía quíen era, y lo sabían porque todo el mundo estaba altanto de que se estaba negociando con los secuestradores. Cuando me quedé allí tiradosentí que mi cabeza tenía precio, realmente tuve miedo porque las pasé “putas”.Sentí mucha hostilidad a mi alrededor.

 

Hablamos de África y nos viene a la mente el Masai Mara, elSerengueti…¿pueden ser más peligrosas las personas que ciertos animales?

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Todos los años muere muchagente por ataques de animales, y el más peligroso de todos es, curiosamente, elhipopótamo También son peligrosos los búfalos y los elefantes, y hay que decirque hay muchísimos elefantes. Y en el caso de las personas, pues como losanimales. Si se sienten agredidas pueden reaccionar con peligrosidad. Pero mehe dado cuenta de que en realidad la mayor parte de la gente es decente, ysalvo que no los pongas contra la espalda y la pared, no te van a hacer daño.Además, la gente que se te acerca suele ser curiosa, los malos no se acercan ano ser que les dejes tiempo, están demasiado ocupados haciendo maldades.

 

 ¿Cómo se combate la soledad cuando uno la ha elegido voluntariamente?

Cuando uno viaja por esospaíses está muy pocas veces solo. Basta con que pares en algún sitio para quealguien se acerque. De hecho el libro está trufado de personajes que se han idoacercando a mí. Cuando más solo he estado ha sido cuando he viajado por Europay América. Ahí no te hace caso nadie. En Asia y África la gente siente muchacuriosidad. Un motorista es como un marciano en una nave espacial, y claro, lagente se acerca a ver y a examinar mis cosas. Cuando estoy solo me entretengoescribiendo o clasificando las fotos. En esos momentos pienso que lo que hagotiene algún sentido. Ser consciente de que estoy escribiendo un libro me ayudaa sortear los problemas, porque cada problema servirá para el propósito delviaje. 

 

¿Planificas mucho los viajes o te dejas llevar?

No planifico nada. No tengotiempo para pensar en esas cosas, ya solucionaré los problemas conforme vengan.Y el caso es que he tenido obstáculos serios por esa falta de planificación,sobretodo con el tema de los visados. Pero también tiene sus puntos buenos. Graciasa que iba improvisando conseguí cruzar lo que nadie ha cruzado, que es elParque Nacional de la Costa de los Esqueletos en Namibia. Si hubiera sabido queno se podía cruzar en moto no habría ido, pero me planté allí y lo conseguí. Aveces la ignorancia puede proteger.

 

 ¿Qué nuevos proyectos tienes?

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Estoy preparando una guía paraviajar por Europa en plan “low cost” y sin gastar las vacaciones. En junio meplanteo hacer una ruta Nueva York-Finisterre yendo hacia el Oeste. Desde elinicio del Nuevo Mundo hasta el final del Viejo haciendo hincapié en la figurade los exploradores españoles del área Asia-Pacífico. Siempre intento seguirlas huellas de exploradores anteriores a mí.

 

¿Nunca te han dicho que de tu vida se puede hacer una buena película?

No lo sé, espero que la hagaun actor más guapo que yo (risas).

 

¿Alguna preferencia?

 Achero Mañas me gusta, tienetalento.

Óscar Bornay

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