La otra cara del Mediterráneo

Todo empieza en septiembre del año pasado con una foto y una reflexión. La imagen del cadáver del niño de tres años, Aylan Kurdi, en una playa de Turquía y la pregunta silenciosa de Óscar Camps, un profesional de salvamento marítimo con más de 25 años de experiencia, ¿qué puedo hacer?

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Correos electrónicos a ministerios, embajadas y diferentes instituciones ofreciendo su ayuda y la del equipo que compone su empresa de salvamento en playas de varias comunidades autónomas. Pasan dos semanas y no obtiene ninguna respuesta. Nada. Agua. Eso sí, Óscar Camps tiene una idea, quince mil euros en el banco y el respaldo de sus compañeros. El 16 de septiembre de 2015, acompañado por Gerard, pisa la isla de Lesbos por primera vez. Esa noche no duerme. Han hecho el primer rescate, el primero de muchos. Cartera mojada, teléfono mojado… La magnitud de la tragedia es mucho mayor de lo que pensaban.

 

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Así relata Laura Lanuza el origen de Proactiva Open Arms, una organización sin ánimo de lucro creada para realizar tareas de salvamento y socorrismo en la llegada de refugiados a las costas griegas. “Había voluntarios anónimos en tierra ofreciendo ayuda a quienes llegaban pero nadie socorriendo en el mar”, explica en un tono que mezcla la indignación y el drama.

 

Ni Óscar ni Gerard imaginaban lo que se iban a encontrar en Lesbos. Su idea era realizar un trabajo de campo para delimitar la costa y elaborar un plan de actuación. Lo mismo que hacen en España, pero no tuvieron tiempo. Miles de personas intentando llegar a Europa como sea y muchos quedándose en el camino, en el agua. La distancia entre Turquía y Lesbos es de 10 kilómetros. “Mortíferos”, apuntilla Laura.

 

En los últimos cuatro meses de 2015 miles de refugiados perdieron la vida en esa ruta. “Las mafias colocan a cincuenta o sesenta personas en unas barcas donde como máximo podrían ir veinte. El timón lo lleva uno de los refugiados al que le toca por azar. La única indicación que recibe es dirígete hacia la luz”.

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Mientras los socorristas trabajaban sin descanso en Lesbos, en España se constituyó oficialmente Proactiva Open Arms, crearon una página web y empezaron a contar todo lo que vivían a través de Facebook y Twitter. “Necesitábamos donativos para poder seguir allí”, explica Laura.

 

Pronto lograron 15.000 euros para poder estar un mes más y llevar dos motos de agua. “Esa motos llegaron dos días antes del gran naufragio del 28 de octubre. Sin ellas en lugar de morir cien personas habrían fallecido más de trescientas”.

 

Óscar Camps asegura que vio más muertos en una sola tarde que en toda su carrera profesional. Junto a él han pasado por Lesbos casi un centenar de socorristas españoles. “Van en periodos de quince días porque el impacto físico y emocional es muy grande. Trabajan a cualquier hora y  siempre están dispuestos para entrar al mar”, explica Laura, encargada de la comunicación en Proactiva Open Arms. “Nuestra estructura es muy sencilla. Presidente, secretario, administrador, un coordinador en Lesbos y yo”.

 

No paran. Además de seguir buscando ayudas económicas han viajado a Bruselas para denunciar lo que han vivido, han desarrollado una serie de talleres escolares para concienciar a los jóvenes de la situación que se está viviendo en Europa y recientemente han fletado un barco donado por el empresario español de origen italiano Livio Lo Monaco. “Es un velero de treinta metros de eslora que hemos remodelado y dotado de la tecnología adecuada para trabajar con otros equipos y la guarda costera italiana”. En apenas dos semanas de trabajo en el Mediterráneo central ha realizado varias operaciones de rescate.

 

 

Además, Proactiva Open Arms sigue en Lesbos. “Ahora llega muchísima menos gente pero los guardacostas griegos nos han pedido que nos quedemos”, cuenta Laura que añade: “hemos adquirido el compromiso de salvar vidas y de contarlo y eso no tiene freno ni precio. Eso sí, nosotros no queremos estar haciendo lo que estamos haciendo. De esto deberían ocuparse las instituciones públicas a las que pagamos con nuestros impuestos. Así de claro”.

 

De las ayudas públicas siguen sin noticias a pesar de que gracias a las redes sociales su misión cada vez es más conocida. De hecho lograron llevarle uno de sus chalecos salvavidas al papa Francisco, otra imagen que dio la vuelta al mundo pero muy distinta a la de Aylan Kurdi, la que Proactiva Open Arms lucha por evitar que vuelva a repetirse.

 

 

 

El día en que se realizó esta entrevista fueron rescatadas cuatro mil personas en aguas del Mediterráneo. Ese mismo día los gobiernos de la Unión Europea volvieron a demostrar su inacción deliberada con este asunto.


@JavierMontesCas

 

Isabel Rivera

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