Elric de Meliboné: la otra literatura fantástica

Cuando se trata de literatura fantástica, hace años que las historias parecen cortadas por el mismo patrón El que el Señor de los Anillos fijó allá por los cincuenta. Incluso la nada edulcorada Canción de Hielo y Fuego de George R.R. Martin hunde sus raíces en el mismo subsuelo anglosajón y medievalizante con el que el profesor Tolkien abonó sus relatos. Sin embargo esta fantasía mainstream tiene también un reverso del que el máximo exponente, junto a Conan el Bárbaro, es precisamente el protagonista de esta semana.

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Elric, el emperador albino de Meliboné, fue creado por el también inglés Michael Moorcock en los años setenta, precisamente, como una reacción a la alta fantasía de Tolkien. Heredero del pulp de los años 30 y deudor de las salvajes historias de Robert E. Howard –quien, además de a Conan, parió a otras bestias guerreras como el rey Kull, el picto Bran Mak Morn o la indomable Red Sonya–, el personaje es en realidad una vuelta de tuerca al género que supone convertir en protagonista a un antihéroe trágico doblemente maldito: por su condición de albino físicamente débil, por un lado, y por ser el medio escogido por el destino para destruir Melniboné, su patria y reino que ha gobernado el mundo entero durante 10.000 años.

 

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Pese a que el núcleo principal de sus aventuras está recogido en seis novelas publicadas en 1977, Elric de Meliboné fue un personaje que encajó bien entre el gran público y que pronto empezó a prodigarse en innumerables relatos y novelas. No solo de su propio autor. Porque el éxito que en los setenta tuvo la reinvención de Conan llevada a cabo por Roy Thomas y Barry Windsor-Smith puso de moda el género de Espada y Brujería y supuso una constante búsqueda de nuevos personajes carismáticos que plasmar en viñetas.

 

Elric dio de este modo el salto al tebeo y lo hizo, en primer lugar, como comparsa del bárbaro en dos historias cortas desarrolladas por los mismos autores de Conan: ¡Una espada llamada Stormbringer! y La Emperatriz Verde de Melniboné. Roy Thomas también fue encargado de guionizar la primera novela gráfica protagonizada por el emperador albino –Elric: The Dreaming City– y su primera miniserie –Elric de Melniboné–, ambas con dibujo de P. Craig Russell.

 

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Pero la última de las adaptaciones al cómic de las aventuras de Elric de Meliboné no se ha producido en EEUU sino en Francia. Desde allí nos llega una maravillosa revisión en viñetas de la primera novela de Moorcock sobre el personaje. Con guion de Julien Blondel y dibujos de Didi Poli, la obra han logrado lo impensable: reinventar el personaje para el cómic y dotarlo de una imagen nueva, fresca y con una increíble fuerza visual.

 

Con la impecable factura técnica a la que nos tienen acostumbrados la industria del país vecino, los dos primeros tomos de este nuevo Elric –El torno de rubí y Tormentosa– ya están en la calle. En España se han publicado por Yermo Ediciones, respetando escrupulosamente la calidad del original. La nueva adaptación cuenta además con un punto importante a favor: el propio Michael Moorcock, el creador del personaje reconoce que, de las innumerables adaptaciones que se han hecho, su favorita es esta.


@elplumilla

Javier Montes

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