Aquí hay gatos encerrados… pero por su bien

Esta semana en 360 Grados Press hemos dado con un original local donde refrescar el gaznate e interactuar con mininos van de la mano. Lejos de ser una mera alternativa de ocio, este lugar es un ejemplo de cómo el amor hacia los animales puede inspirar una acertada fórmula de gestión.

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¡Hola! Hemos oído hablar de uncafé con gatos por la zona. ¿Es aquí?“, se escucha de fondo al otro ladodel teléfono. “Sí. Esperad y os pongo laspulseras. ¡Bienvenidos!“, responde EvaAznar, más conocida como Álex,quien poco después retoma el hilo de la entrevista que mantenía con motivo deestas líneas antes de la llegada de dichos clientes. “Pues diría que somos como un ‘club del gato’: ofrecemos actividadesterapéuticas, didácticas, sociales y lúdicas sobre este animal, así comotambién disponemos de un servicio de cafetería para que la gente pueda conocera una colonia controlada que tenemos en adopción. Porque, quién sabe, alguienpuede enamorarse de uno de ellos y decidir quedárselo“, explica. Y, enlíneas generales, esta sería la definición de La Gatoteca, el primer espacio de talescaracterísticas en toda España.

 

Pero, además, podría decirse que esta idea fue el proyecto final de losestudios en diseño de interiores de la propia Álex, quien al concluirlosdecidió aventurarse en una inversión por hacerlo realidad. Así, este particularenclave abrió sus puertas el pasado 15 de octubre de 2013 en el barriomadrileño de Lavapiés – Calle Argumosa número 28 – como sede física de la ONG Abriga, la asociación sin ánimo delucro que lo administra. “Queríamosdesvincularnos de la idea comercial de hostelería con gatos, por eso lo hemos creadotodo a la par. Nuestra intención es que los socios que forman la entidad puedandisfrutar de donde va su dinero“, apunta la fundadora. Por ello, sufuncionamiento se ha basado hasta la fecha en el trabajo de un grupo devoluntarios. “No obstante, queremos crearempleo. De hecho, acabamos de contratar a la primera persona“, matiza.

 

Una evolución enpro de los gatos

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Justamente, este punto es el que marca la diferencia con iniciativassimilares. Porque el concepto cat cafées nuevo en España, pero no en algunos otros países. De hecho, su origen datade 1998 en Taiwán (China), donde gozó de una buena acogida, la cual propició suimportación a la ciudad japonesa de Osaka en 2004. El salto a Europa no llegóhasta 2012, entrando primero por Viena para, después, extenderse a París y aMúnich. Ahora, este tipo de espacio aterriza en Madrid de la mano de La Gatoteca, que ha añadido un plus alinvento: una función social. Porque aquí no sólo se trata de tomartranquilamente una bebida mientras se disfruta de la compañía de los gatos,sino de crear una cultura acerca de ellos y de facilitar la adopción deaquellos que están abandonados en la calle o que se encuentran bajo la tutelade protectoras.

 

Las normas de lacasa

De esta forma, desde la ONG Abrigamantienen un contacto continuo con instituciones de acogida a lo largo y a loancho de la geografía española, pues éstas proporcionan los gatos quepermanecen en La Gatoteca. El únicorequisito es que sean adultos y presenten un carácter sociable. Por su parte, aunquela licencia obtenida les permite tener un animal por cada metro cuadrado, esteespacio ha auto establecido un máximo de veinte, los cuales deben pasar por unreconocimiento veterinario y un [Img #19878]
periodo de adaptación – de entre siete a diezdías, según el caso – antes de ser introducidos en la zona común, de manera queno padezcan estrés alguno por el cambio de ambiente y se pueda probar suidoneidad para la convivencia con sus congéneres.

 

Respecto a los usuarios, la dinámica se ha establecido con vistas adistinguirse de las cafeterías al uso. En palabras de Álex: “Funcionamos al revés de lo habitual. Aquícobramos por el tiempo que se está con los gatos, por lo que los interesadosreciben una pulsera con la hora de entrada marcada. Tenemos bebidas sin alcohol.La primera consumición es gratuita y por las demás pedimos la voluntad“. Enconcreto, una hora cuesta seis euros, mientras que 30 minutos son cuatro. Asimismo,existe la posibilidad de adquirir bonos o de optar por el horario matutino deprecio reducido. “No queremos privar deestar con gatos a quien por razones varias no puede“, afirma la gerente. Encaso de querer proceder a la adopción, el proceso pasa por hacerse socio de laONG y realizar un curso básico impartido allí mismo.

La receta felinadel éxito

En definitiva, La Gatoteca hadado con una forma de autosuficiencia económica que bien podría aplicarse aotras entidades dedicadas a la custodia de animales. Es lo que Álex denomina “donaciones activas“, refiriéndose conello a las cuotas de los miembros, a los beneficios de la cafetería y a laalternativa de apadrinamiento que ofrecen. “Aquítodo el dinero siempre va íntegro a la asociación“, especifica ella misma.Pero el triunfo del proyecto de la ONGAbriga no sólo se debe a ello, sino también a una labor complementaria. “Queremos servir como punto de información,así que organizamos charlas sobre temáticas variadas relacionadas con losgatos, contamos con una red de profesionales a los que consultar y ofrecemosmuchas actividades tanto para socios como para dueños de gatos en general.Porque todo lo imaginable puede tener un componente felino“, manifiesta suprecursora. Así, en este local de Lavapiés se está demostrando que las sesionesde yoga, las clases de bricolaje o, incluso, una fiesta de pijamas pueden tenera estos animales como protagonistas. Con todo, cada vez más personas se animana descubrir por qué ‘aquí hay gatos encerrados’.

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José Manuel García-Otero

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