Adaptarse al cambio o anclarse a la cama

El otoño es época de cambios, sobre todo, para nuestra salud. Resfriados, gripes y depresiones nos acechan con la caída de la hoja y es importante conocer sus causas y síntomas para poder prevenirlas correctamente. Esta semana 360 Grados Press visita la consulta del médico de cabecera para conocer las enfermedades otoñales.

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Vuelta al cole, vuelta a la rutina, a practicar deportes, a recuperar los hábitos alimenticios saludables que dejamos abandonados en el camino del verano. Regresos más o menos agradables que vienen acompañados de otros algo más peligrosos como son las enfermedades propias del otoño. Esas que te dejan KO en la cama durante días, sin apenas fuerzas para levantarte, con dietas a base de caldos y arroz y el deseo de que inventen una píldora para una recuperación inmediata en segundos.

 

Los cambios – por no renunciar al término – de temperatura y de humedad provocan molestias tan comunes y reconocibles como la inflamación de nariz, el resfriado o la rinitis alérgica o no alérgica. El Dr. Jaime Marco, jefe del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Clínico Universitario de Valencia, explica que, cuando se obstruye la nariz, se pasa a respirar por la boca, sobre todo mientras dormimos, y el aire que recorre la faringe y la laringe, con poca humedad, reseca la mucosa.

 

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Al mismo tiempo, produce inflamación y/o facilita la agresión de gérmenes que atraviesan la capa superficial de dicha mucosa y, de esta forma, aparecen las infecciones fundamentalmente víricas. Con esta alteración nasal y de faringe también puede taponarse la trompa de Eustaquio y darse lugar a una otitis.

 

Las enfermedades víricas, a pesar de que nos acechan durante todo el año, tienen especial proliferación durante esta estación de cambio, sobre todo por su facilidad para transmitirse de unos a otros. Esta situación de infecciones cruzadas puede verse cada día en las primeras semanas de guardería de los más pequeños, durante las cuales otitis, faringitis y amigdalitis se comparten como si de plastilina se tratase. “Creo que la mascarilla para boca y nariz debería establecerse como norma para ayudar a evitar el contagio continuado, como sí sucede entre los orientales”, opina el Dr. Marco.

 

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“El dicho popular de que una gripe o un resfriado, con tratamiento, se cura en una semana y, sin él, en siete días es muy cierto”, asegura. Es importante acudir al médico de cabecera para la pertinente receta de medicamentos que alivien y pongan por finalizado el “sufrimiento”. Aunque también lo es echar mano de los clásicos remedios naturales de la abuela como las infusiones, que aportan líquido y despejan la obstrucción, mejoran la ventilación nasal y, con ello, la situación de la vía aérea superior (nariz, faringe y laringe) a través de los vapores que emana y que inhalamos al beberlas.

 

Pronto las campañas antigripales de octubre también nos informarán de lo fundamental de vacunarse, sobre todo, a partir de los 60 años o cuando existe una patología susceptible de empeorar con los resfriados o la gripe como problemas cardiacos o pulmonares, principales causantes de mortalidad en el mundo, según la OMS.

 

Vida sana para romper con la depresión

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Con la llegada del otoño, la disminución de las temperaturas y de la cantidad de horas de luz puede aparecer, a su vez, la astenia, síndrome transitorio caracterizado por cambio de ánimos – seguimos con permutas – , alteración de biorritmos, tristeza, apatía, decaimiento y dificultad para conciliar el sueño. Además, al encontrarse el organismo más débil e indefenso en esta situación, nuestro cuerpo se convierte automáticamente en bocado fácil para gripes y resfriados.

 

Es esencial para evitar o combatir esta falta de adaptación al cambio estacional que mantengamos una dieta sana y equilibrada, sin sustancias excitantes como la cafeína o el alcohol, y que las comidas se repartan a lo largo del día a través de una rutina horaria. Al mismo tiempo, debemos practicar deporte – entre 40 minutos y una hora – para desconectar y relajar la mente, gracias a la segregación de endorfinas, y dormir las horas necesarias. Y, sobre todo, es necesario huir de la apatía aprovechando las horas de luz para pasear, tomar el sol y realizar actividades motivadoras.


@Casas_Castro

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