La adolescencia en los tiempos del smartphone

Cuando Internet y el boom de las redes sociales llamaron a la puerta de nuestros hogares, recibieron una cálida acogida. En especial, entre aquellos que más intensamente sienten la necesidad de establecer nuevos vínculos y son más vulnerables ante la presión del consumismo y las nuevas tendencias. Los adolescentes aún están en mitad de su desarrollo emocional e intelectual. Las peculiaridades de esta etapa de la vida junto con la penetración de las nuevas tecnologías hacen necesarias, no el miedo, pero sí las precauciones. Hay que ayudar a los jóvenes a desenvolverse en lo que más que redes se ha convertido a veces en marañas de tendencias que nos son extrañas a los adultos, llena de valiosas posibilidades, donde reinan influencers en plena pubertad y que entrañan algunos riesgos que los padres deben conocer.

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David Andrés es el delegado de la ONG Cooperación Internacional en Castilla y León y coordina el programa New Technologies’ Code, una iniciativa para promover la actitud reflexiva sobre el uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) especialmente dirigida hacia los adolescentes y sus padres. Desde la asociación, se promueve la involucración de los adolescentes en labores sociales en forma de voluntariado. Detectaron que cada vez había menos participación en sus propuestas y que los adolescentes cada vez pasaban más tiempo frente a las pantallas. “Hace cinco años, estudiamos qué hacían los jóvenes en internet y encontramos un abuso cada vez mayor de las TIC y especialmente en las redes sociales. Nuestro objetivo es crear una mentalidad solidaria entre los adolescentes. Si están absortos en su teléfono móvil, será más difícil que tengan esa iniciativa solidaria y piensen en los demás”, explica el coordinador.

 

Su objetivo ahora es conseguir un uso más ético y responsable de las nuevas tecnologías por parte de los jóvenes. Su método consiste, sobre todo, en llegar a los adolescentes a través de los padres, ya que creen que establecer en los hogares determinados códigos de buena conducta es la piedra angular para que los jóvenes hagan un uso más responsable de las TIC, “especialmente cuando la edad de penetración del móvil en España está entre los nueve o los diez años, ocho incluso. A esa edad es muy difícil que un niño tenga la madurez suficiente como para hacer un buen uso del teléfono móvil, explica David Andrés.

 

Dependencia y adicción

Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el 64,3% de la población de 16 a 74 años utiliza Internet a diario. Si este porcentaje puede parecer elevado, las cifras correspondientes a los hábitos tecnológicos de los menores atestiguan una irrupción mayor de las TIC. El uso del ordenador entre los menores es ya prácticamente universal, de un 95,1% el año pasado. El 93,6% utiliza Internet. Hasta aquí todo podía ser previsible, pero el INE añade que el uso de Internet es mayoritario en edades anteriores a los diez años y que la disposición del teléfono móvil se empieza incrementar significativamente a partir de los diez años. A los once, casi la mitad de los preadolescentes tiene teléfono móvil y un 94,5% es usuario de Internet. El 90,9% de los quinceañeros tiene móvil. El año pasado, la disposición del móvil subió en 3,5 puntos, todo un repunte si se tiene en cuenta que el año anterior solo había aumentado 0,4 puntos. 

 

Pero para David Andrés el problema no es exactamente esta penetración de Internet y la posible dependencia.  “Yo creo que depender de cosas no es algo malo, dependemos del coche, dependemos de la casa, ahora del teléfono móvil. Lo malo es la falta de madurez en el uso, que el móvil te domine a ti en vez de tú a él”, opina.

 

Pero, ¿existe de verdad esta dominación? Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada cuatro personas sufre trastornos de conducta vinculados con las nuevas tecnologías. Esto quiere decir que un cuarto de la población deja que su afición a las TIC interfiera en su vida cotidiana y se convierta en una necesidad. De hecho, ya se empieza a hablar de la nomofobia, definida como el miedo irracional a salir a la calle sin el teléfono móvil, sin batería o sin acceso a internet. Este miedo se traduce en una sensación de aislamiento, de incomunicación o de ansiedad.  

 

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La adicción es, para David Andrés, un riesgo fundamental a tener en cuenta. “Uno de cada tres jóvenes es adicto al teléfono móvil, no es una dependencia de carácter general, hablamos de una tecnoadicción, que si no se controla ni se establecen unos mecanismos de conducta, que siempre serán conflictivos, puede llegar a más. Hay psicólogos especialistas que pueden tratar estos problemas”.

 

Acoso, sexting y fama

Otro problema es el ciberbullying, “de una gravedad que llama a la concienciación social, a actuar”, afirma el coordinador del proyecto. Los adolescentes cada vez se incorporan antes a las redes sociales, y hay perfiles de incluso menores de once años. “Antes, las redes sociales no eran accesibles a esas edades, ¿por qué ahora sí? La mayor franja de edad del ciberbullyng es de doce a trece años”, señala Andrés.

 

En relación al ciber acoso, en los últimos días se ha hecho viral una nueva y extravagante tendencia que arrasa entre los adolescentes, aunque aún no ha llegado a los españoles. Bajo el lema #Roastme (#Insúltame), los jóvenes publican fotografías pidiendo que extraños les insulten. Este fenómeno incluso tiene cuenta de twitter. Todo esto obedece a un objetivo: demostrar su seguridad en sí mismos y dar ejemplo sobre cómo no dejar que las críticas destructivas y con ánimo de herir afecten a su autoestima.

 

Las redes sociales propician el anonimato. Entre ellas destaca la popular Ask.fm, que permite hacer preguntas anónimas o desde una cuenta y que está copada en su mayoría por adolescentes. Ask.fm ha protagonizado polémicas por cómo sus características favorecen el ciberbullying e incluso se ha visto envuelta en suicidios de menores por culpa de acoso. 

 

El mal uso de las redes no se queda ahí. El envío de imágenes de contenido sexual o sexting también constituye un riesgo para los menores. “Cuando no hay una madurez suficiente, se comparten fotografías inapropiadas que pueden hacer mucho daño al menor que las ha enviado tanto en un futuro próximo como lejano. Es importante crear una conciencia en los jóvenes de que las imágenes que envíen pueden acarrearles problemas. Que ellos sean conscientes de que cuando compartes o envías una imagen pierdes el control sobre ella”, explica David Andrés.

 

Las fotos provocativas son sinónimo de likes, de peligroso éxito en las redes sociales. La necesidad de aprobación y popularidad de algunos adolescentes les lleva a compartir imágenes de las que pueden arrepentirse. Y es que entre los adolescentes se ha formado una pequeña élite de la red, conocidos en las redes como “popus“, que han conseguido granjearse verdadera fama a través de Instagram, Snapchat o la antes mencionada Ask.fm. Algunos perfiles alcanzan la friolera cantidad de 156k seguidores (por respeto, no los enlazaremos). Son jóvenes a los que el resto para por la calle para tomarse fotos con ellos, que protagonizan videoclips de música trap y reggaeton y que algunas tiendas y discotecas utilizan como reclamo. Algunos tienen incluso cuentas de clubs de fans hechas por sus seguidores. En ask.fm, publican detalles sobre su vida privada a la vista de todo el público y aguantan constantes comentarios sobre su aspecto o comportamiento. Son personajes públicos cuya privacidad está, en muchas ocasiones, sobreexpuesta de forma peligrosa, y que constituyen modelos a seguir a veces de cuestionable ejemplaridad.

 

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Sin embargo, las mismas plataformas que propician esto constituyen también una vía mediante la cual los adolescentes pueden expresarse, aprender, relacionarse, apoyarse los uno a los otros y mostrar su afecto en un momento en el que las amistades y los amores juegan un papel tan importante en la vida. En el vasto mundo de las redes hay tantas buenas oportunidades como peligros. La forma en la que interactúen los jóvenes en este contexto dependerá en muy buena parte de su educación.

 

Recomendaciones

Desde New Technologies’ Code ofrecen a los padres consejo para promover en sus hijos un uso responsable de las tecnologías, a las que no se debe demonizar pues también ofrecen buenas posibilidades de acceso a información y socialización. “La clave en la educación de las TIC no es hablar sobre los peligros, sino explicar los beneficios de la tecnologías. La tecnología, para evitar los problemas de convivencia intrafamiliar y social, deben ser utilizadas desde hábitos buenos en el hogar”, señalan desde la organización.

 

En primer lugar, los menores deben acceder a las nuevas tecnologías cuando ya dispongan de cierta madurez, no antes de los once años. “Hay que dar el móvil a los niños en su debido momento y no cuando la sociedad nos lo imponga. En España, la introducción del teléfono móvil es un año anterior a la del resto de Europa. Es  el regalo estrella de las comuniones. Un punto fundamental es dárselo a los hijos cuando los padres piensen que tiene la suficiente madurez”, explica David Andrés.

 

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Una vez se facilita a los niños un smartphone, debe haber unos pasos introductorios previos al uso libre de las redes sociales. Desde la asociación aconsejan poner ciertos límites en el horario de uso o en las aplicaciones que se pueden instalar.  Además, recomiendan servirse de alguna de las muchas herramientas de control parental disponibles.

 

Cuando los jóvenes presentan la suficiente madurez, sí que se debe confiar en ellos para que hagan un libre uso de los dispositivos. “Es verdad que jamás vas a tener la seguridad de que los niños escapen de cualquier peligro, pero es una forma de aprender”, explica David Andrés. El control excesivo, mediante por ejemplo apps que localizan a los adolescentes con el GPS del móvil, no es aconsejable.

 

En cuarto lugar, uno de los pilares básicos de la educación sobre las nuevas tecnologías debe ser la comunicación y la confianza. “Recomendamos mucho a los padres que hablen con sus hijos sobre las TIC ¿qué vídeos buenos han visto en Youtube? ¿qué amigos o conocidos nuevos tienen en su red social? ¿Qué apps nuevas han descubierto?. Esto es algo que a los hijos les lleva más de 2 horas diarias y por tanto de esto hay mucho que hablar; sino, se pierde la ocasión de educar y es una pena”, señala el coordinador de la iniciativa. Es una oportunidad para que los padres aprendan de los hijos sobre TIC y superen la brecha digital.

 

Una buena idea es el uso del parking de móviles en cada casa, “siendo un lugar donde TODOS los miembros de la familia dejan el móvil cuando no lo están utilizando. Además, es absolutamente fundamental que se deje el móvil durante las comidas, que es cuando se habla de los temas importantes que han sucedido ese día en la escuela, en el trabajo, etc” señala Andrés.

 

El responsable del proyecto parafrasea a Javier Huete, Fiscal de Sala Coordinador de Menores, “si no hacemos esto “ni estamos, ni hablamos, ni conversamos”. Sólo estamos juntos pero separados por millones de kilómetros tecnológicos“.


@clarenamartinez

Javier Montes

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