Ibiza: hora cero

Mayo presagia el inicio de la temporada veraniega en la isla con los preparativos de sus rincones más emblemáticos

ÓSCAR DELGADO, Ibiza. Un cartel escrito con la misma pintura con la que una cuadrilla de quince operarios trabaja en un chiringuito de Es Cavallet nos prohíbe el paso. “No pasar”, “recién pintado”, “cerrado por reformas”, “apertura el 15 de mayo”, “opening party 31th may” son las leyendas que pueden leerse en los mismos sitios que dentro de unas semanas estarán desbordados. Los empresarios y restauradores de Ibiza saben que el de mayo no es el puente de su agosto pero sí que significa el trampolín hacia la temporada alta. La isla sufre estos días una transformación camaleónica que desembocará en el mes de junio con la llegada de los turistas, la fiesta y la relajación.

El aparcamiento de la playa de es Cavallet, la competencia de la de ses Salines, está lleno. El buen tiempo se ha adelantado a los empresarios. El principal chiringuito de esta playa naturista de Ibiza se encuentra de reformas y así estará hasta el 15 de mayo, fecha que dará el pistoletazo de salida a la apertura de los negocios que el resto del año permanecen cerrados. No muy lejos de allí, en la playa vecina de ses Salines, los chiringuitos ya han abierto, aunque acometen arreglos de última hora entre bambalinas, acogiendo la llegada temprana de turismo familiar, un perfil antónimo al que esta playa recibe en verano: gente VIP, cuerpos escultóricos, futbolistas, jóvenes y ‘clubbers’. Hace dos temporadas que entró en funcionamiento un aparcamiento controlado para evitar el caos producido por la afluencia masiva de turismos al lugar. Esta semana mantenía la valla de su entrada levantada, demasiado pronto para filtrar vehículos.

Ibiza y la crisis
En la arena, las tumbonas comienzan a tomar posiciones, aunque a medio gas. Ningún chiringuito de ses Salines coloca más de una decena de ellas, las mantiene amontonadas a un lado mientras el calendario no aproxime las fechas veraniegas. “Vamos a ver este año qué tal, con esto de la crisis, nunca se sabe. Aunque confiamos en que Ibiza sobreviva a la crisis porque siempre viene gente”, aclara Marc, uno de los empresarios de la zona mientras supervisa trabajos de última hora en los servicios de su establecimiento.

Playa d’en Bossa. Space
Como en San Antonio, la zona de Playa d’en Bossa es uno de los reductos elegidos por la colonia inglesa que llega de vacaciones a la isla. Boleras, hamburguerías franquicia, disco bares de estética anglosajona, letreros en inglés y edificios de apartamentos se ubican en esta ‘zona guiri’ que también ha colocado el cartel de obras. “Esperamos que entre el 15 de mayo y el 1 de junio puedan abrir”, explica uno de los albañiles que trabaja en un complejo de habitaciones con spa con una montaña de escombro y dos contenedores en la puerta.

Un poco más adelante, en dirección al aeropuerto pero en paralelo a la línea de costa, encontramos otro de los emblemas de la temporada veraniego-discotequera en Ibiza: Space. Su ‘opening party’ es el 31 de mayo, por lo que una legión de trabajadores se afanaba esta semana en acelerar “el ritmo de trabajo para llegar a tiempo”. No muy lejos de allí, el Bora Bora Beach, uno de los locales a los que más le ha afectado la nueva normativa de horarios aplicada en la isla para evitar las fiestas alter-hours, huele a pintura, como los puestos de alquiler de tumbonas y otras atracciones que se ofertan en la misma playa. Con todo, uno de los síntomas que más alertan a los habitantes de este rincón de Ibiza de que la temporada se acerca es el ruido de los aviones que sobrevuelan la zona, cuya frecuencia conforme el mes de junio se aproxima se va reduciendo hasta equipararse con los de mayor tráfico aéreo de España. Precisamente, el aeropuerto de Ibiza también está de obras de cara a mejorar la atención y el recibimiento a los turistas.

Dalt Vila
La capital de la isla se pone ‘coqueta’. Lo que durante el otoño y el invierno son puertas cerradas a cal y canto, la llegada del invierno destapa los negocios que permanecen latentes tras ellas. Andamios, tablones, escaparates a medio destintar, pintura, silicona, escaleras, escayola, rótulos de locales embalados… son testigos de la actividad que vive estos días la zona más masificada del verano: el puerto de Ibiza y sus calles aledañas, como la popularmente conocida como la de la Virgen, aunque su denominación oficial sea la de la Mare de Déu. Zona de bares de ambiente y de tiendas de marca, sus propietarios aceleran las reformas y la limpieza para llegar a punto al mes de junio, aunque hay algunos que se han adelantado y ya tienen abiertas sus puertas.

Óscar Delgado

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