El lado malo de la fama

El paparazzi Alfonso Vega explica en 360gradospress cómo trabajan los cazarrecompensas de fotografías

ÓSCAR DELGADO, Madrid. Alfonso Vega mamó desde pequeño el mundo del paparazzismo. Su tío trabajaba en Mallorca sacando fotos a los famosos que veraneaban en la isla y muy pronto, durante sus vacaciones, comenzó a ayudarle. Después, no tardó mucho en introducirse de lleno en la caza de fotografías y en la relación espinosa con los personajes populares objeto de sus trabajos. Ha pasado por varias agencias y hoy repasa para 360gradospress.com anécdotas de su día a día como paparazzi.

¿Cuántos años llevas trabajando como paparazzi y en qué lugares has desempeñado tu trabajo?
Llevo 13 años y me he movido por muchos sitios. Mallorca, Ibiza, Alemania, Venezuela, Miami, Nueva York, Italia, Francia…

¿Entiendes por qué estáis tan mal considerados?
En parte sí y en parte no. Si todo el mundo conociera la realidad de las cosas, entendería también en muchos momentos nuestro trabajo. Lo que pasa es que la gente lo único que ve es lo que le cuentan en la tele, que es el lado opuesto, los que forman parte de nuestros objetivos que, lógicamente, no nos van a dar la razón a nosotros. Pero tenemos también nuestro lado de razón, el que no se ve nunca.

¿Y qué es lo que no se ve nunca?
Pues hay mucha gente a la que le interesa que salgan sus fotos y los mismos en otros momentos más comprometidos ya no quieren. Es evidente que es el precio de la fama y no a todo el mundo le gusta. Tiene su lado bueno y su lado malo, éste es el lado malo.

¿Me miras a mí o estás mirando de reojo por si ves a algún famoso?
Siempre estoy mirando de reojo.

¿Cuáles son las normas básicas de actuación de un paparazzi?
Las normas básicas yo creo que las pone cada uno. Igual que en cualquier otra profesión los hay buenos y los hay malos. Cada uno pone sus normas, pero para mí la mejor es la discreción y el respeto al máximo.

¿Os respetáis entre vosotros u os regís por la ley del más fuerte?
No. Esto es pan para hoy y hambre para mañana. Hay un día que tienes la sartén cogida por el mango y otro día es la competencia. Hoy eres tú y mañana es el compañero.

¿Cómo es una jornada laboral en la vida de un paparazzi?
Sin horarios, hay que acostumbrarse.

¿Los famosos os conocen?
Normalmente no, pero hay muchos que sí.

¿Llegáis a pactar fotos con ellos?
Fotos en principio no, llegamos a pactar acuerdos, en el sentido de que si puedo sacar esto luego te dejo en paz. Es alcanzar un punto en el que se diga: “hasta aquí”.

¿Cuánto dinero han llegado a pagarte por un solo trabajo?
Eso fue hace muchos años, cuatro millones de las antiguas pesetas. Fue el top-less de Eva Sanum.

En general, ¿cuál es la fotografía mejor pagada y cuánto se pagó por ella?
La fotografía mejor pagada: un millón de euros por una del top-less de Lady Di

¿Los paparazzi también notan la crisis?
Muchísimo. El descenso de la publicidad en las revistas ha provocado un recorte impresionante en los presupuestos. Entonces ahora la competencia es mucho más dura y más nerviosa.

¿Qué situación recuerdas como unas de las más agobiantes o peligrosas?
Hay muchas situaciones comprometidas, pero de las más las provocadas por la Casa Real. En Mallorca, sacar al príncipe o a las infantas te la juegas porque, en según qué sitios, los escoltas no sabe con quién se van a encontrar; no saben si eres un terrorista o un fotógrafo, y muestran mucho nerviosismo.

¿Te han roto muchos equipos fotográficos?
No.

¿Qué foto te gustaría poder sacar este año como exclusiva?
Hasta hace nada la más buscada era la de Eva González y Cayetano Ribera, ahora mismo sería la infanta Elena con su novio.

¿Cuál recuerdas por haber tenido y no haber sacado?
Muchas porque para que no te vean, por esa discreción de la que he hablado antes, dejas de hacer fotos porque no sabes lo que puede venir después y a lo mejor después ya no hay nada y pierdes todo. Nunca sabes si vas a acertar o no.

PICHI

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