Al ritmo de las segundas lenguas

Lejos de la clásica y obsoleta frase “la letra con sangre entra”, innovadores y creativos sistemas educativos surgen para facilitar el aprendizaje de los niños en casa y en la escuela. Esta semana 360 Grados Press saca a la palestra uno con el que la música y las lenguas extranjeras van cogidas de la mano.

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La música nos acompaña a lo largo de toda nuestra vida: en casa, en el colegio, en el transporte público, en los bares, en las discotecas, en la calle. Va unida a sensaciones, experiencias, momentos y sentimientos muy concretos, nos hace reír, gritar, imaginar, soñar, llorar y relajarnos. El tono, el ritmo y la melodía realizan en nosotros, además, un trabajo psicológico estupendo ya desde nuestra primera infancia (incluso durante nuestra gestación), porque permiten un “desarrollo cerebral y sináptico excepcional” en una etapa de completo aprendizaje en la que somos puras esponjas que todo lo absorben y, utilizados de una manera adecuada, “pueden contribuir activamente en el progreso armónico” de los más pequeños, como indica Raquel Pascual, musicoterapeuta.

 

Acciones como crear música, jugar con el sonido, tocar instrumentos, escuchar canciones, cantar o bailar en casa promueven una educación familiar “consciente y saludable“, según Pascual, siempre y cuando se tenga en cuenta que los niños a estas edades tempranas requieren volúmenes bajos para preservar su salud auditiva, que las grabaciones sean de calidad para que los pequeños fomenten un pensamiento crítico y que se respeten los silencios (que forman parte del ámbito musical) cuando sean necesarios para que puedan “expresarse, descansar y soñar“.

 

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La música es esencial también en los centros de enseñanza en la etapa educativa de los 0 a los 5 años de manera diaria y los maestros lo saben muy bien. Por ello la utilizan para “calmar, motivar, ordenar, ayudar a memorizar números y colores y divertir” a los menores, como subraya la musicoterapeuta. Y también, por qué no, para que aprendan idiomas en la edad en la que les es más fácil lograrlo de forma natural y fluida.

 

Dos amigas españolas, una (Almudena Viéitez) música y educadora bilingüe de Infantil y la otra (Claudia Ladaria) experta en comunicación y marketing, con la crisis echándose encima y mil ideas en mente, entendieron que en el binomio música y aprendizaje de idiomas podían tener la clave para hacer negocio fuera de sus fronteras. Así nació hace poco más de dos años Bilingual Beats (@bilingual_beats), un programa para niños de hasta 5 años en el que se enseña de manera combinada estas dos disciplinas de enseñanza a través de una metodología basada en el enfoque educativo CLIL (Content and Language Integrated Learning).

 

Y para asentar este reto emprendedor escogieron Londres, ya que, además de que la conocían al dedillo, es una ciudad que ofrece muchas facilidades para crear start-up desde cero y en la que tanto el interés de los padres y madres como el de las guarderías que contratan sus servicios es enorme y muy abierto a propuestas innovadoras.

 

Canciones originales, percusión y mucha diversión

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Bilingual Beats, que ya cuenta con varios educadores y músicos contratados, ha desarrollado un sistema propio en el que, a través de juegos, canciones y actividades de movimiento e instrumentales, proporcionan “el estímulo adecuado para que los niños desarrollen habilidades musicales y lingüísticas básicas“, según explica Ladaria, cofundadora y ‘business mind’ de la empresa.

 

Sus sesiones se dirigen tanto a guarderías como a clases familiares con los propios padres y madres como colaboradores activos. Tienen una duración de 30 minutos y en ellas el profesor y el músico cantan unas 7 u 8 canciones, que incluyen la de bienvenida y la de despedida, que fijan su imagen de marca, y una serie de actividades físicas y musicales que amenizan el contacto con los niños y su aprendizaje natural.

 

La mayoría de las canciones son originales y han sido compuestas a partir de una gran variedad de estilos con los que “brindar una amplia gama de estímulos musicales a los peques“, como explica Ladaria, desde ritmos latinos como la bossa nova o caribeños como el reggae hasta rock and roll o música circense, con la tesitura adecuada a sus voces para que los niños puedan cantar sobre la melodía.

 

Cuentan con dos álbumes de temas en español, 20 de su propio sello y 5 tradicionales, y otro en francés, aunque las clases siempre van acompañadas por música en directo interpretada por un guitarrista o un teclista y por instrumentos de pequeña percusión que tocan los infantes, como sonajeros, maracas, panderos, castañuelas o triángulos, con los que desarrollan sus habilidades rítmicas.

 

Desarrollo intelectual a golpe de pandereta y con acento inglés

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La música es una habilidad innata que todas las personas poseen, pero que, al igual que el lenguaje, necesita de estímulos externos para ser desarrollada“, expresa la cofundadora de Bilingual Beats. Además del plano psicológico y emocional, la empresaria destaca los beneficios que el aprendizaje melódico supone a nivel intelectual, ya que favorece el desarrollo del razonamiento espacial, de la inteligencia emocional, de la capacidad de expresión y de la creatividad, y ayuda al niño a conocer y a respectar aspectos de otras culturas.

 

Esta disciplina, unida al aprendizaje de lenguas, hace del sistema de Bilingual Beats una apuesta segura para padres, madres y centros de Educación Infantil y un negocio redondo para sus creadoras, que en octubre se lanzan a los medios virtuales con una app para llevar su metodología más fácilmente a los hogares y que ya planean conducir su savoir faire empresarial a otros países como España. Todo un reto para el que se ven dispuestas, con las pilas cargadas y, siempre, poniendo a los niños en el plano principal de sus mejoras y de su crecimiento.

Laura Bellver

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