La materia prima con la que trabaja Jorge Blass es la ilusión, que no sólo fascina a los espectadores que llenan las butacas en sus shows, sino también al gran mago David Copperfield, quien recientemente se ha fijado en uno de sus trucos. El madrileño es ya un referente internacional en el mundo de la magia.
Tenía seis años cuando el mítico programa de televisión “Magia potagia” le dejó “alucinado”. En aquel momento prendió la chispa para que quisiera pasar de ser espectador a aprender a hacer los trucos. Empezó con los fascículos El mundo mágico de Tamariz, a quien califica como “el maestro”, y compró después sus primeros libros. Ahora, casi tres décadas después, Jorge Blass (@jorgeblass) tiene su propio show, “El arte de la magia” (la próxima cita es el 6 noviembre en Avilés), continúa la gira del espectáculo “Palabra de mago” y dirigirá el VI Festival Internacional de Magia en el Teatro Circo Price, donde también actuará junto a algunos de los mejores ilusionistas del mundo. No sólo eso, este brujo del siglo XXI acaba de enseñar magia al mismísimo David Copperfield.
¿Qué supone que él contactara contigo para que le enseñaras tu truco de ‘teletransportar’ a un amigo desde las redes sociales hasta un escenario?
¡Mucha emoción! Siempre le he admirado, su capacidad de trabajo y la innovación de todos sus espectáculos son un ejemplo para todos los magos. El que se haya fijado en un truco inventado por mí sin duda es un honor. Tuve la ocasión de trabajar con él en Las Vegas y enseñarle todos los detalles del truco. ¡Aún no me lo creo! Ahora tenemos una comunicación fluida y está creando su versión de mi juego.
Magia con redes sociales. ¿Es una manera de adaptarse a los nuevos tiempos y explorar nuevos campos?
Sin duda. Los magos siempre nos hemos fijado en los deseos del público para crear nuestra magia. Yo quería fusionar un truco de magia con las redes sociales y se me ocurrió esta idea loca. Dos años más tarde estaba presentándola en los escenarios y tres años después está perfeccionada y a mi gusto. Han pasado cinco años desde que surgió la primera idea.
Sueles dejarte en casa el conejo y la chistera ¿Por qué?
Son símbolos mágicos tradicionales pero yo no me identifico con ellos. Creo que los magos actuales tenemos que esforzarnos para romper moldes y hacer que el arte avance. Es lo más difícil, presentar al público algo nuevo que nunca antes han visto.
A un público con acceso a multitud de información y acostumbrado a llevar alta tecnología en el bolsillo ¿es más difícil sorprenderlo?
Es difícil, pero no imposible. La magia no sólo se basa en un truco, sino en un montón de sutilezas y técnicas psicológicas muy ingeniosas. Los métodos que usamos los magos se han ido perfeccionando desde hace 4.500 años, por eso es difícil descubrir un truco.
¿Pero un mago puede fallar o siempre guarda un as en la manga?
Muchas veces fallamos, aunque el público no se da cuenta la mayoría de las veces. Cuando es muy grave el fallo, entonces hay que tomárselo con filosofía. Me gusta una frase que decía el gran René Lavand: “El público perdona un error, lo que no perdona es el aburrimiento”.
Has mencionado antes el papel de la psicología. ¿Hasta qué punto es clave?
Es muy importante. El manejo de la psicología es lo que nos permite a los magos crear nuestra magia en la mente del espectador. Hacerle ver y creer cosas que nunca han sucedido en la realidad.
¿Qué opinas de los magos que revelan dónde está el truco?
No me caen bien, creo que no han entendido en qué consiste el arte de la magia.
La imaginación no tiene límites. ¿El ilusionismo sí?
El ilusionismo tampoco tiene límites. Cuando piensas que los tiene siempre surge alguien en el mundo que te demuestra lo contrario.
¿Qué es más difícil: seducir a un niño o a un adulto?
A un niño siempre es más difícil, su atención no es tan fácil de dirigir. Son imprevisibles y no se dejan llevar por las técnicas básicas que usamos los magos.
¿Es necesaria la ilusión en la sociedad?
Para mí es fundamental, la ilusión es nuestro combustible más preciado. Puede hacer que el resultado sea completamente diferente.
Eres miembro de la fundación Abracadabra Magos Solidarios que lleva la ilusión a personas que, por enfermedad u otras razones, presentan un estado emocional difícil. ¿Qué has aprendido de ellos?
Llevamos diez años haciendo magia en hospitales, residencias de ancianos, etc. Para mí es la auténtica MAGIA, con mayúsculas. Cuando puedes hacer que un niño enfermo sonría y tanto él como su familia se divierta y olviden durante un tiempo su enfermedad, eso es mágico. Siempre te dan mucho más ellos de lo que puedas darles tú.
Laura Bellver