Punto de giro

Quizás esta semana hemos encontrado una posible explicación a la hasta ahora inextricable personalidad del jefe de Peláez, un hombre variable como el tiempo en primavera. Y es que el pasado jueves, inicio de la semana para estos dos personajes, descubrimos su adicción a las pastillas –cuarenta y ocho con el desayuno– para tratar de equilibrar un carácter sin duda incorregible de modo natural. Este hombre, director –a su pesar– de un periódico de provincias de abocado a un cierre inminente, quiere ver mundo con una paellera que haga las veces de antena parabólica y considera hacer deporte ver a Rafael Nadal por televisión dando raquetazos. Peláez, a su modo, aguanta a su lado, aunque por primera vez ha mostrado su hartazgo, un punto de giro en esta curiosa relación que no sabemos cómo acabará.

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Jueves, 6de junio

 

– Peláez al habla.
– El desayuno ya.
– Por favor, jefe, por favor.
– No me ruegue, no hace falta.
– Quiero decir que me lo pida por favor.
– Je je je, muy bueno. Venga, tráigamelo grumete.
– Ya estoy aquí jefe.
– Qué rico…
– ¿Qué es eso, jefe?
– Unas pastillas, Peláez, poca cosa.
– Hay cuarenta y ocho.
– Sí, los jueves tomo alguna menos.
– ¿Pero de qué son?
– Esta es pera la tensión alta, esta paraespabilarme cuando baja la tensión, esta para relajarme cuando me espabilo,esta para despertarme cuando me relajo, esta para dormirme cuando me despierto,esta para no tener pesadillas cuando sueño, esta para soñar algo porque si nome aburro… y así hasta la última que es para la memoria.
– ¿Y le va bien?
– ¿El qué?
– Esa pastilla
– ¿Qué pastilla?
– La que tiene ahí
– Ummm… ¿esta? Parece una aspirina, ¿no?
– Es para la memoria.
– ¿Ah sí? No la necesito, entonces.
– Brrrrrrr…
– ¿Eso es su moto?
– No, es un farfullo.
– ¿Un pastel relleno de nata?
– Brrrrr…

 

Viernes, 7de junio

 

– ¿Qué le pasa,jefe?
– ¿Por qué me tiene que pasar algo?
– Lleva cuatro días mirando por la ventana.
– Se ha dado cuenta.
– Tapa todo el sol.
– Quiero ver mundo, Peláez.
– ¿Piensa viajar?
– Demasiado cansado.
– ¿Y entonces?
– Había pensado en una parabólica, canales atutiplén.
– No sé si tendremos dinero para eso.
– Mire.
– Eso es una paellera, jefe.
– Algo se podrá hacer, ¿no?
– Con eso no se coge nada, jefe.
– ¿Ni Portugal?
– Ni Portugal.
– Menuda mierda.
– Lo siento, ¿alguna cosa más?
– Ya que estamos, tome.
– ¿Me la regala?
– Se la presto. Hágame un arroz a banda.
– Soy periodista, jefe.
– Cuéntemelo mientras lo hace.
– Esto no está en el convenio.
– Está bien, me vale con paella.
– Tampoco.
– ¿Arroz caldoso?
– No.
– Mierda de convenio. Traiga esa paellera y deme eldesayuno.
– Jefe…
– ¡Está bien! ¡Bajo al bar! ¡Putos sindicatos!

 

Lunes, 10de junio

 

– Hay que pintarel techo, Peláez.
– Llevo diciéndoselo años, jefe.
– No me había dado cuenta hasta ahora…
– Ya veo que no deja de mirarlo.
– Es que tengo tortícolis.
– ¿Qué le ha pasado?
– El deporte, Peláez, que es muy malo.
– ¿Ha hecho deporte?
– No, lo he visto.
– ¿Cuál?
– Tenis.
– ¿Vio la final?
– Sí, Peláez, y me han destrozado los globitos deNadal.
– Es un gran deportista, jefe.
– Lo será, pero ha jodido el cuello a medio país.
– En fin, jefe, repose…
– zzzzzzzzzzzz
– Pero no se duerma, hombre.
– Me ha dicho que repose, Peláez
– Ya, pero despierto.
– Lo intentaré…
– Bueno, voy a trabajar.
– Sí, pinte el techo de una vez.
– No, jefe, voy a escribir noticias.
– Cualquier excusa con tal de no trabajar.
– Lo que usted diga… Bueno, descanse.
– zzzzzzzzzzzzz
– Brrrrr…

 

Martes, 11de junio

 

– ¡Peláez!
– ¿Qué quiere, jefe?
– Este café está tibio.
– Caliéntelo
– ¿Yo?
– Estoy cansado de hacerle todo.
– Pero Peláez…
– ¡Estoy harto!
– Peláez, haga el favor…
– Ni favor ni nada…
– Tráteme con respecto.
– Respeto
– ¿Qué?
– No lleva ce.
– No me diga.
– Le digo.
– Bueno, ya he aprendido algo.
– Me alegro.
– Es lo correto.
– Jefe…
– No, usted me enseña y yo aprendo.
– Verá…
– Ya he visto, Peláez, he visto la luz.
– Está bien…
– Bien, no, está perfeto.
– mmmmmm

 

Miércoles,12 de junio

 

– ¿Qué es eso deahí, Peláez?
– El sol, jefe.
– Debe chupar mucho, ¿no?
– Es de bajo consumo.
– Cómo se nota que usted no paga las facturas.
– Tampoco usted.
– Bueno, pero las debo.
– Eso sí.
– ¿Y qué va a hacer hoy, ganapán?
– Voy a entrevistar al concejal de festejos.
– ¿Qué fiestas tendremos este verano?
– Van a tirar una cabra desde el campanario.
– Había oído que tiraban a la alcaldesa.
– Sí, también es la alcaldesa.
– Aclarado. ¿Y nada más?
– Saldrá calimocho por los grifos durante el díagrande.
– Eso es cultura, Peláez.
– Si usted lo dice…
– ¿Y qué más?
– Vendrá el circo.
– Consígame entradas.
– Es para niños.
– Buaaaaaa buaaaaaaaa
– Está bien, no se ponga así, le conseguiré unaentrada.
– Gracias, Peláez.
– Tiene que madurar, jefe.
– Maduré hace siglos, Peláez. ¿una oca?
– No, me voy a la entrevista.
– Buaaaaa, buaaaaaa
– Está bien, una y me voy.
– Si pierdo vale revancha.
– Bueeeeeeeeeno…


Los cables de las conversaciones que mantiene Peláez con su jefe (#Pelaezleaks) en la redacción de un periódico de provincias los puedes encontrar a diario en la página oficial en Facebook de 360gradospress.

La foto es de Marga Ferrer.

Mayte Aparisi Cabrera

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El fin

Tarde o temprano tenía que llegar. Lo intuíamos, lo temíamos, lo esperábamos.

Confusión

La semana comenzó el pasado jueves –así son estos dos tipejos– con

Irrepetible

El jefe de Peláez es un hombre inculto pero culto, lelo pero
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