“Olvido pero no perdono”

El jefe de Peláez, ese hombre que por mucho tiempo que pase y muchas páginas que le dediquemos nunca podremos llegar a explicar, no sabe de huelgas y, ante la ausencia de Peláez el 14N, pensaba que a su redactor algo le había sucedido y, para recuperarlo, ofrecía una recompensa: un cucurucho de castañas.

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Porque, aunque pasan juntosdía, tarde y noche, el director del periódico y nuestro querido redactor nologran comunicarse, tal y como sucedió el lunes cuando Peláez acudió a laredacción con un collar víctima de un accidente cuyas interioridades no logróhacer comprender a su superior. Así pasan las semanas, así pasa la vida, de vezen cuando enjuagada, en el caso del jefe, en vino. Ayer mismo llegó con unanotable curda a la redacción porque necesitaba olvidar. ¿El qué? Nadie, ni élmismo, lo sabe. Eso sí, afirmó, en una de sus célebres frases, que él olvida,pero no perdona.

 

Jueves, 15 de noviembre

 

– ¿Qué hace, jefe?
– Hombre, Peláez, usted por aquí…
– Pues claro… ¿Se puede saber por qué clava una foto mía en el corcho?
– Lo creía desaparecido, Peláez, daba una recompensa a quien le encontrara.
– ¿Y qué daba?
– Un cucurucho de castañas.
– Será posible…
– Calientes, eh…

– Es lamentable.
– ¡Es que ayer no vino, Peláez!
– Era la huelga general, jefe, a causa de los recortes de derechos que nos handejado al borde del abismo, de los despidos, los desahucios, los rescatesbancarios…
– Ya, bueno…
– ¿Usted vino, entonces?
– Pues sí, iba a quedarme en casa, pero tengo aquí el whisky, ya sabe…
– Esquirol.
– ¿Esquirol? ¿Quién es ese? ¿El becario catalán?
– Usted jefe.
– Yo soy De Domínguez De Zafra De Martínez De Gañán. No hay ascendenciacatalana en mi familia.
– Le disculpa su estulticia, jefe…
– Perdonada está la tal Estulticia, ¿qué me había hecho?
– Nada, jefe.
– Pues estamos en paz, entonces. Hala, a currar, pordiosero.

 

Viernes, 16 de noviembre

 

– ¡Buenos días,Peláez!
– Buenos días, jefe…
– ¡Peláez! ¿Trabaja usted para la mafia?
– No, jefe…
– ¿Tiene un programa de madrugada en Radio 3?
– Más quisiera…
– ¿Duerme el crítico teatral y no quiere molestarlo?
– Qué va, le despidió hace meses…

– ¿Entonces? ¿Por quéesos susurros sicilianos?
– Catarro, jefe.
– Vaya hombre, tome, dé un trago.
– ¿De la petaca?
– Claro, el whisky es lo mejor para la gripe. Yo lo tomo siempre.
– Usted lo toma aunque no tenga nada, jefe.
– Medicina preventiva, Peláez, ¡hip! Hoy llevo ya varias dosis.
– Gracias, jefe. La verdad es que ntra bien…
– Bueno, bueno, no se pase, que luego se pone sentimental y escribe dramones.
– ¿Y no puedo hacerlo, ¡hip!?
– Claro que no, Peláez, el drama no vende, hay que escribir alegrías, ¡hip!
– Mire alrededor, jefe, la realidad es un drama ¡hip!
– Es cierto, Peláez…qué tristeza… snif… ¡hip!… snif
– Enorme… ¡hip!…snif… deme un abrazo…
– Aquí lo tiene… ¡hip!… snif… Le quiero, mucho ¡hip! Peláez
– Y yo ¡hip! A usted, jefe…

 

Lunes, 19 de noviembre

 

– ¿Va de modernilo,Peláez, con ese collar surfero?
– De surfero nada, jefe, he tenido un accidente.
– ¡Oh, Dios! ¡Quién ha sido que me lo bajo!
– Fue involuntario, jefe, alguien me dio por detrás.
– Esos tugurios en los que anda usted…
– Que no, fue con el coche, en la autopista.
– ¿Pero cómo?
– Es que estaba parado en el arcén

– ¿No llevaba ustedluces?
– De posición.
– ¿Estaba cagando? ¿En mitad de la carretera? ¿En qué pensaba, Peláez?
– Déjelo, jefe.
– Lo dejo, lo dejo… prefiero no saber más de tan truculenta historia… pero,puede escribir ¿no?
– No, jefe, el médico me ha prescrito reposo absoluto.
– El único reposo absoluto que existe es la muerte.
– El caso es que tengo que estar tumbado.
– Le llevaré las noticias a la cama.
– No sé, jefe…
– Le arroparé con la portada…
– Es que…
– Venga, no se hable más, acuéstese, acuéstese…
– Jefe, yo…
– Escribe niño, escribe ya, que vienen los cuervos y nos joderán…
– Uy, qué sueñecito, jefe…
– Bueno, bueno, no se duerma y redacte, redacte…

 

Martes, 20 de noviembre

 

– ¿A qué se debe estesilencio, Peláez?
– A qué va a ser, jefe… A que no queda nadie.
– Ya…
– No olvide que usted los despidió…
– Lo sé, Peláez, pero tenía que decidir entre personas o beneficios.
– Ni me lo cuente…
– Los beneficios no se cogen bajas, Peláez.
– Pero tampoco redactan noticias.

– Para eso estáusted.
– Sí, y para todo lo demás.
– El caso es que necesitamos algo de vida en esta redacción, Peláez.
– ¿Contratará a alguien, jefe?
– Que no, pesao.
– ¿Entonces?
– Tome…
– ¿Cinco euros?
– Compre unas tortugas.
– ¿Tortugas?
– Sí, que se paseen por aquí y me coman los padrastros
– Eso no arreglará nuestros problemas, jefe. Necesitamos periodistas.
– Las tortugas aprenden rápido, Peláez. Usted les enseñará.

 

 

Miércoles, 21 de noviembre

 

– Ese Peláez quequiero y que taaaaanto adorooooo…
– Jefe…
– Ese Peláez de ensueño es unnn tesoroooo…
– ¿Está borracho?
– Me temo que sí, Peláez, bebo para olvidar.
– ¿El qué?
– ¿El qué.. qué?
– ¿Qué quería olvidar?

– ¡Joder! ¡No meacuerdo!
– Entonces ha conseguido lo que se proponía.
– Sí, Peláez, aunque olvido pero no perdono.
– Al revés, jefe.
– Uuuiiiiaaaaggguuufffffiaaaa…
– ¿Pero por qué hace el pino?
– ¿No me ha dicho que al revés, cenutrio?
– Me refería a la frase, es perdono pero no olvido, ponga los pies en el suelo.
– Uf, menos mal, se me subía el vinorro a la cabeza.
– Venga, jefe, lávese un poco la cara, en media hora llegan los cuervos.
– ¿Media hora?
– Sí.
– ¿Está seguro?
– Claro.
– ¡¡¡Secretaria!!!
– No tiene, jefe.
– ¿Cómo que no tengo?
– Le aplicó el ERE.
– Carajo…
– Pero le aseguro que en media hora estarán aquí los cuervos…
– Seguro, ¿no?
– Fijo.
– Pues déjeme dormir quince minutitos…
– ¡Jefe!
– Chissst… baje la persiana, así, así…


Los cables de las conversaciones que mantiene Peláez con su jefe (#Pelaezleaks) en la redacción de un periódico de provincias los puedes encontrar a diario en la página oficial en Facebook de 360gradospress.


La foto es de Marga Ferrer

David Barreiro

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