La vida es fútbol

El fútbol casi siempre ocupa toda la capacidad de raciocinio del jefe de Peláez, incapaz de imaginar que existe algo más que el deporte rey en la vida. Así, sumido en su habitual nebulosa, la semana pasada estaba empeñado en renovar el contrato millonario del humilde periodista pensando que en lugar de eso era un mediapunta de calidad y él presidente de un millonario club de fútbol. Así es este hombre a quien la más profunda tristeza se le quita al oír el sonido de los dados en el cubilete de parchís que desconoce qué es un libro. Eso sí, se muestra dispuesto a reciclar vidrio si eso justifica que se tome tres botellas de whisky antes de la hora de comer.

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Jueves30 de mayo

– Peláez, ¿está usted ahí?
– Sí, jefe, aquí mismo, pasando la mopa.
– Desenchúfela y venga.
– No se puede desenchufar, jefe, no es eléctrica, es unpalo con unos hilos en el extremo.
– Pues tírela al suelo.
– ¡Clack!
– Así me gusta.
– ¿Qué quiere?
– Renovarle el contrato hasta 2016.
– Mi contrato es indefinido, jefe…
– Quiere negociar, ¿eh? Está bien, le daré unaprima si ganamos la Champions League.
– ¿De qué habla?
– La competición continental, la vieja Copa deEuropa.
– Jefe, no soy futbolista.
– ¿Ya estamos con esas? ¿Con el valor que aporta alvestuario? ¿Con el puto factor humano? Está bien, le ofrezco un mllón más altrimestre.
– Jefe, no…
– Vaaaaale… y le pago los Aquarius.
– Jefe, esto no es un club de fútbol.
– ¿Ah no? ¿Y qué coño es según usted?
– Un periódico.
– ¿El Marca?
– No, jefe, un diario de provincias.
– No me fastidie… ¿No soy millonario?
– No que yo sepa…
– Entonces olvide lo que he dicho…
– Aunque los Aquarius…
– No se pase, plumilla…
– Vale, vale…

 

Viernes31 de mayo

– ¡Peláez! ¡A mi despacho!
– Ya estoy en él, jefe.
– No le veo.
– Es que usted está en el baño.
– ¿No es este mi sillón?
– No, jefe, es el bidé.
– Ya decía yo que estaba frío. En fin, hablemos…
– Usted dirá.
– Quiero dar una vuelta de tuerca al periódico.
– ¿Por qué?
– El último mes vendimos ocho ejemplares y aciclistas para bajar puertos.
– Ya nadie lee, jefe.
– Pues eso, pondremos sólo fotos.
– No tenemos fotógrafo.
– Las hará usted, Peláez.
– No tenemos cámara.
– Mierda, ¿por qué me haces esto a mí, Señor? ¿Porqué? ¿Por qué?
– Usted es ateo…
– ¡Joder! No me acordaba…
– Lo siento, jefe.
– Creo que no hay nada que me levante la moral…
– ¡Tucutucutucutucutucutu!
– ¿Y ese ruido?
– ¿Tucutucutucutucutu!
– ¿Es lo que creo que es?
– ¡Tucutucutucutucutu!
– ¿Dados en el interior de un cubilete?
– ¡Tucutucutucutucutu!
– ¿Me reta al parchís, Peláez?
– Le reto, jefe.
– ¡Esto es vida, Pelaéz! ¡Qué feliz soy! ¿De quéestábamos hablando, Peláez?
– De Dios, jefe.
– No me suena, ¿sabe su apellido?

 

Lunes3 de junio

– ¿De nuevo a las andadas, Peláez?
– ¿Qué pasa, jefe?
– ¿Adónde carajo cree que va?
– A Madrid.
– La liga ya ha terminado, pazguato.
– Voy a la feria del libro, jefe.
– ¿Feria de qué?
– Del libro.
– ¿Qué es eso?
– Un conjunto de hojas, jefe.
– ¿Un puto árbol?
– Papel, jefe.
– No tengo, no fumo.
– Quiero decir que un libro son hojas de papel.
– No le entiendo nada.
– Mire, esto es un libro.
– ¿El calzador de la mesa?
– Sí, en realidad se lee su contenido.
– Ni siquiera tiene fotos.
– La literatura no las precisa.
– Pues menuda caca de la vaca.
– Eso piensa usted.
– Claro, yo pienso, usted no.
– En fin, jefe.. me voy, ¿alguna petición?
– Tráigame unos churros con chocolate de San Ginés.
– Llegarán en mal estado, jefe.
– Yo los cuidaré.
– Será goloso.
– Hercúleo, diría yo.
– Goloso, no coloso.
– Cuídese ese catarro.
– Brrr…

 

Martes4 de junio 

– ¿De nuevo a las andadas, Peláez?
– ¿Qué pasa, jefe?
– ¿Adónde carajo cree que va?
– A Madrid.
– La liga ya ha terminado, pazguato.
– Voy a la feria del libro, jefe.
– ¿Feria de qué?
– Del libro.
– ¿Qué es eso?
– Un conjunto de hojas, jefe.
– ¿Un puto árbol?
– Papel, jefe.
– No tengo, no fumo.
– Quiero decir que un libro son hojas de papel.
– No le entiendo nada.
– Mire, esto es un libro.
– ¿El calzador de la mesa?
– Sí, en realidad se lee su contenido.
– Ni siquiera tiene fotos.
– La literatura no las precisa.
– Pues menuda caca de la vaca.
– Eso piensa usted.
– Claro, yo pienso, usted no.
– En fin, jefe.. me voy, ¿alguna petición?
– Tráigame unos churros con chocolate de San Ginés.
– Llegarán en mal estado, jefe.
– Yo los cuidaré.
– Será goloso.
– Hercúleo, diría yo.
– Goloso, no coloso.
– Cuídese ese catarro.
– Brrr…

 

Miércoles5 de junio 

– ¡Peláez! ¿Pero qué dispendio eseste?
– ¿A qué se refiere, jefe?
– ¿Cuatro cubos de basura? ¿Estamos locos?
– Es el reciclado.
– ¿El qué?
– Reciclar, someter a un material a un proceso para quese vuelva a utilizar.
– ¿Volver a utilizar la basura?
– El papel, los envases y el vidrio, jefe.
– ¿Y el cuarto cubo?
– Es lo orgánico.
– Y tan orgánico, se mueve.
– Es Ruipérez, el de sucesos.
– ¿Qué hace ahí?
– Busca información.
– Haga el favor, Peláez.
– De acuerdo lo sacaré y le llevaré a su mesa.
– No, hombre, métalo en el del papel, donde está noencontrará nada.
– Está bien, jefe…
– Bueno, Peláez, voy a reciclar.
– Me alegro, jefe, es lo más ecológico.
– Esta tarde tiraré estas tres botellas de whisky.
– Están llenas, jefe.
– Jejeje… he dicho esta tarde ¡hip!



Los cables de las conversaciones que mantiene Peláez con su jefe (#Pelaezleaks) en la redacción de un periódico de provincias los puedes encontrar a diario en la página oficial en Facebook de 360gradospress.

La foto es de Marga Ferrer.

Adrián Cordellat

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