El final de ‘Los Lunes al sol’

360gradospress asiste a la botadura del último barco que se construirá en Naval Gijón, el astillero en el que se inspiró Fernando León de Aranoa

G.R., ASTURIAS. Son las cuatro de la tarde. Después de cinco semanas lloviendo sin parar llama la atención que el sol no se haya querido perder este día. Resulta paradójico. Para Gijón es una jornada histórica y triste. No es lunes, es viernes 12 de diciembre de 2008. Se ha esperado a la cota más alta de la pleamar como quien espera la llegada del féretro a la iglesia. El ‘Pictor J’, un portacontenedores de casi 200 metros de eslora, 28 metros de manga y un calado de 8,6 metros sale del dique del astillero de Naval Gijón flanqueado por unas inmensas grúas que son parte del paisaje de la ciudad.

Es el barco número 703 que se construye en Naval Gijón. Es el último. El astillero que inspiró la película ‘Los lunes al sol’, de Fernando León de Aranoa, desaparece. El director vivió de cerca la lucha obrera de una plantilla que hace dos semanas aceptó un expediente de regulación de empleo que contempla prejubilaciones para los 55 trabajadores mayores de 53 años, que cobrarán el 75 por ciento del salario, y despidos para otros 42 con indemnizaciones de 60 días por año de servicio para los que firmen el finiquito antes de que acabe el año. Se acabó.

Naval Gijón comenzó su actividad en 1984 como consecuencia de la fusión entre Dique Felguera y Marítima del Musel. Han sido más de dos décadas de lucha obrera: barricadas, huelgas, sindicalistas detenidos y condenados, manifestaciones… ¡De película!, debió de pensar Fernando León de Aranoa que en 2002 arrasó en la ceremonia de los Goya con sus ‘Lunes al sol’ de la mano de un Javier Bardem que ahora se pasea por Hollywood. El caso es que el final de esa película llegó ahora, seis años después y con el peor desenlace posible.

Enmanuel Camacho

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