Brillante, apacible, pausada y sencilla comedia checa que nos cuenta la bonita historia de un anciano de espíritu joven que busca en la vida una sonrisa eterna. Bajo el lema ‘para seguir viviendo, a veces hay que volver a empezar’ el oscarizado Jan Sverák firma otra pequeña obra de arte.
Josef (Zdenek Sverák) es un desmotivado profesor de Secundaria que decideabandonar la profesión a los 65 años cuando es consciente de que ya no entiendea sus alumnos y considera que la enseñanza no le aporta las dosis necesariaspara ser feliz. Confiado en que aún tiene muchas cosas que dar a la sociedad-reside en Praga- y en sus habilidades como trabajador, primero busca un puestocomo repartidor-mensajero en bicicleta, hasta que se cae y se rompe una pierna,y después recogiendo envases retornables en un supermercado.
Su educación, el talante sociable deJosef y el contacto con la gente hace que poco a poco vaya recuperando esaestima que antes había perdido y que únicamente se ve limada cuando regresa acasa junto a su mujer Eliska quien le censura una y otra vez que no pasen mástiempo juntos. Josef -el actor parece físicamente la reencarnación de Sean Connery– empieza a actuar comocelestino emparejando a antiguos amigos con clientas solteras y viceversa hastaque algunas situaciones se le van de las manos.
A medida que van pasando los minutosel espectador va adquiriendo cada vez más complicidad con el protagonistaprincipal en esta comedia suave, acogedora, cálida y humana salpicada de unostoques de surrealismo e ingenio que la dotan de una carga de energía perfectapara convertirla en una película adorable.
Ganadora del premio del público en elFestival de Hamburgo de 2007, Sueños de juventud está dirigida por Jan Sverák, ganador del Óscar por laexcelente ‘Kolya’ en 1996. El final del largometraje es un broche de oro a unapelícula de guión ameno y cargada de vitalidad y sencillez que la convierten enuna pequeña obra de arte.