Por Javier Montes
No es habitual entrar en una sala de cine a ver una película en blanco y negro. Menos aún si además se trata de una película muda. Y más raro todavía si les digo que esa película fue rodada en 2011. ¿Alguien se imagina la cara de los productores cuando cayó en sus manos este guión de Michel Hazanaviciuos?
A pesar de lo arriesgado de la apuesta y quizá, precisamente por eso, The Artist es una maravilla se mire por donde se mire. No le hace falta color ni diálogos para disfrutar durante cien minutos del que a mi juicio es el mejor largometraje rodado en los últimos treinta años.
La cinta nos lleva al Hollywood de la década de los veinte del siglo pasado, justo antes del crack del 29. George Valentin es una gran estrella del cine mundo a quien la vida le sonríe. La llegada del cine sonoro sepulta su carrera y su figura pasa a ser ocupada por Peppy Miller, una joven que comenzó como extra a su lado. Rodríguez Marchante, crítico del diario ABC, escribió que “es la película más luminosa y fascinante de los últimos años (
) Hay tantas escenas inolvidables, tantos momentos de cine puro y grande, que The Artist queda condenada a perpetuidad a ser una de esas obras que te obligan a amar el cine. Muda, si, pero imposible no oírla
, e imperdonable no verla”. Más no se puede decir en menos palabras.
Cinco Óscars (mejor película, director, actor, banda sonora y vestuario), tres globos de oro (mejor película comedia/musical, actor y banda sonora); siete premios BAFTA; seis premios César; premio al mejor actor en el Festival de Cannes; premio del público en el Festival de San Sebastián y Premio Goya a la mejor película europea (¡es francesa!), entre otros muchos. Un palmarés digno de una obra maestra del séptimo arte.
Adrián Cordellat