No te creas lo que te digan. Es el primer error antes de no poder volver atrás. Tú simplemente no te lo creas, porque finalmente no te va a servir de nada. Ni te va a reportar beneficios económicos ni mucho menos sentimentales, que de esos escasean últimamente por estos barrios.
La sociedad española vive bajo complejos de personas más evolucionadas, por no decir independientes. Los protocolos y las hipocresías han pasado a penetrar en una multitud movida por ella misma, cargada de etiquetas que alimentan la envidia de los individuos -por llamarlos de alguna forma-. Aquí se mama el enchufe y se escupe en el plato del que se come. Quizás con unas olimpiadas de eso, oye, igual ganamos algo.
Todos se tendrían que ver sin esa falsa modestia para que esto al menos avanzara un poco. La seguridad en uno mismo esta minusvalorada, prima la humildad mediocre, la palabrería fácil y la modestia populista. Por tanto, no te creas lo que te digan, porque no es real, al menos no tendría que serlo para ti; no caigas en la trampa a la que te someten tus inferiores. Si la envidia tiene un sueño muy liviano, grita. Si tienes talento, muéstralo. Si se ofenden porque te lo crees, dales pañuelos. Porque por aquí nada es gratis, así que no te creas lo que te digan. Ni los pañuelos.
La falta de seguridad de la sociedad española involuciona las generaciones futuras. Porque en la península molesta todo menos molestar, que ya paso yo, “tú, quédate ahí”. Y tú, te lo crees, para variar. También encontramos esta característica “tipical spanish” en el momento de conocer a alguien. Por favor, que no me lo crea tanto. Lo siento, intento suplir tu falta de seguridad, completar tu carencia de autoestima y quitarte los miedos que se ve que te atormentan. Llámame luz. Me tendrías que dar las gracias, cari.
Nadie va a creer por vosotros si no creéis en vosotros. Nadie va a luchar por vosotros si no lucháis vosotros.Nadie va a confiar en vosotros si no lo hacéis vosotros por adelantado. Y, por supuesto, nadie os va a considerar el mejor en lo que hagáis si no os lo creéis de antemano. Porque la falsa modestia es la más decente de todas las mentiras.
Así que no te creas lo que te digan porque probablemente sea eso.
Una mentira.
Óscar Delgado