Por Javier Montes
La familia Portokalos está preocupada por Toula (Nia Vardalos) quien acaba de cumplir treinta años, sigue soltera, trabaja en el restaurante griego Dancing Zorbas que regentan sus padres en Estados Unidos y se siente fea. Sin embargo, consciente de su situación, lucha por aspirar a algo más y lo consigue a pesar de la oposición del padre de familia. Unas clases de informática, unas lentillas, un cambio de actitud y el apoyo de su madre y de su tía dan un revolcón a su vida. Muy pronto aparece Ian Miller (John Corbett), un joven apuesto, profesor de instituto pero con un grave hándicap, no tiene raíces griegas. Surge el amor y surgen los problemas que provocan que esta comedia romántica vaya en ascenso minuto a minuto. A pesar de la sencillez de la trama, los toques de humor la hacen entretenida y divertida.
El guión de este gran éxito del cine independiente (en 2002 logró más de 240 millones de dólares en taquilla tras permanecer casi ocho meses en el top ten del box office USA por delante de En qué piensan las mujeres, Hitch y Pretty Woman) fue escrito por Nia Vardalos, la mujer que interpreta el personaje principal. Al parecer la película es la adaptación de un monólogo escrito por ella inspirado en sus experiencias como descendiente de una familia griega. La pieza teatral fue vista por Rita Wilson, quien convenció a su marido, Tom Hanks, para que invirtiera en la adaptación cinematográfica a través de su compañía Plytone Pictures. Resultado: un acierto total.
Algún crítico ha tachado la cinta al considerar que se utilizaba la imagen de los inmigrantes para caricaturizarles e incluso ridiculizarles pero a mi juicio esa valoración es incorrecta ya que en alguna que otra pincelada se deja patente la incultura general que rodea a la sociedad estadounidense. No creo que la intención del director Joel Zwick vaya más allá de hacernos pasar un buen rato y, desde luego, lo consigue y de largo.
¡¡¡Ooopppaaaa!!!
Inma Aznar, periodista