Crítica constructiva al periodismo deportivo

Me gustan los deportes en general y el fútbol en particular. Consumo partidos televisados, escucho programas de radio, leo crónicas… y desde hace un tiempo llevo detectando que muchos de mis colegas de profesión han caído en uno de los peores vicios que tiene el periodismo: generar uno mismo la noticia cuando no la hay.

 

Hace justo 10 días que el FC Barcelona celebró por todo lo alto la consecución del triplete (Liga, Copa y Champions). Lo hizo con la tradicional rúa por las calles de la ciudad Condal y concluyó en el Camp Nou. Allí Gerard Piqué se acordó del cantante Kevin Roldán (saltó a la fama en España tras la polémica fiesta de cumpleaños de Cristiano Ronaldo). Esas palabras del central blaugrana dieron la vuelta al mundo gracias a que muchos periodistas deportivos se encargaron de darle todo el protagonismo necesario para tener ‘carnaza’ de cara a las áridas semanas que tienen por delante una vez que la liga ha concluido. El fútbol lo manda todo.

 

Tal ha sido la cadena de repetición del citado momento que días más tarde, cuando la Selección EspañolaPiqué incluido- llegó a León, el jugador se encontraba más que señalado. Fue pitado antes, durante y después del partido. Si me apuran, más que el himno de España en la final de la Copa del Rey. Lástima que la reprimenda -captada por una cámara de televisión– de un agente de la Policía a un enfervorecido hincha que no dejó de insultar a Piqué no tuviera la misma repercusión. Quizá más de uno meditara antes su comportamiento (compañeros de profesión incluidos) si ese vídeo hubiera sido emitido en televisión tantas veces como el agradecimiento de Piqué a Kevin Roldán.

 

Hace tiempo que noto que el periodismo deportivo ha derivado en lo que se podría bautizar como nuevo periodismo deportivo del corazón. Quizá los horarios de los partidos incite a los periodistas a tener que hablar de todo para poder rellenar interminables programas de radio. Quizá los espacios deportivos de los informativos televisión -de más de media hora de duración- hagan que haya que desvelar hasta el más nimio de los detalles. No es de extrañar que con esa vigilancia intensiva jugadores, entrenadores y árbitros se tapen la boca cada vez que hablan aunque el balón ni siquiera esté en juego. Se saben vigilados.

 

En uno de los últimos programas de ‘Tiempo de juego’, el programa deportivo del fin de semana de la Cadena Cope, rellenaron una parte del tiempo preguntando a diferentes personalidades a quién le entregarían unos premios que ellos mismos crearon con diferentes etiquetas. El peor lo llamaron ‘Premio Mou’ y creo recordar que únicamente uno de los que participó se acordó de los hechos ocurridos a orillas del Manzanares.

 

Quizá sea mejor no recordar aquello o alguien se escude alegando que eso no es fútbol. Pero las hinchadas, que en la mayoría de los casos son portada cuando unos pocos mal llamados aficionados hacen tropelías, también son parte del negocio. Me da pena que no se hable del hermanamiento vivido entre seguidores del Betis y del Sporting. Jamás había visto a una afición rival salir de un estadio y encontrarse un paseíllo de aficionados locales a quienes el equipo visitante les había endosado una goleada. No es necesario llegar a esos extremos pero ojalá ir a cualquier estadio con cualquier camiseta fuera siempre sinónimo de respeto y compañerismo.

 

Quizá no se cite porque hay sospechas de amaño. ¡Pues que lo digan públicamente! A veces pienso que ese nuevo periodismo deportivo del corazón ha acabado con una de los factores que me empujaron a estudiar la carrera de Periodismo… Y no me digan que la culpa de todo esto que acabo de exponer también es de Tebas


@JavierMontesCas

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