A medio camino entre un documental y una película, combinando hechos reales con leyendas urbanas, 24 Hour Party People, rodada en Inglaterra en 2002, retrata el estallido de bandas musicales en el Manchester de los años sesenta y setenta con el amparo de Factory Records bajo la narración de Tony Wilson, periodista de una televisión local, amante de la música y juerguista de vocación.
El primer concierto de los Sex Pistols en el verano de 1976 en Manchester al que únicamente asistieron 42 personas marca el inicio de una carrera sin freno. Tony se centra en la promoción de conciertos en el Club Van Nosh. Es el cazatalentos de la ciudad. Por el escenario de ese local pasan, entre otros, Joy Division, y la sala se convierte en un hervidero adquiriendo fama internacional. Surge entonces Factory Records, una discográfica que tiene grandes esperanzas en Ian Curtis, el malogrado cantante de Joy Division. Su muerte no impide que Tony siga adelante con su idea de popularizar la música y construye su propia discoteca The Hacienda (el club original fue cerrado en 1997 y demolido en 2002 para levantar apartamentos de lujo).
La película, además de hacer un repaso a la historia musical de esos grupos, nos muestra la supervivencia de los personajes. Por ejemplo, Joy Division supera la desaparición de Ian Curtis, pasando a llamarse New Order y grabando ‘Blue Monday‘, un tema que aún a día de hoy se escucha en las emisoras de radio. Tony, a pesar de las millonarias pérdidas de la discográfica y la discoteca, mantiene su espíritu loco por la música dejando a un lado los negocios y las ofertas millonarias.
Alcohol, drogas, música y Manchester. Una entretenida crónica que gustará especialmente a los amantes del rock y su cultura. Habrá quien piense que se trata de un documental sobre Tony Wilson pero a mi juicio simplemente es un actor secundario de su propia historia.