Cada año se desperdician más de siete millones de toneladas de alimentos en nuestro país. El 80% del malgasto se produce en los hogares y el resto en la industria y en los comercios, que tiran a la basura entre el 2% y el 8% de su producción culinaria diaria. Un problema al que algunas iniciativas españolas están tratando de dar solución con beneficios tanto para el hostelero como para el consumidor.
Más de siete millones de toneladas de alimentos se tiran a la basura en España cada año por factores tan determinantes y que implican a la sociedad y a las industrias alimenticias como fechas de caducidad demasiado cortas en el tiempo, envases demasiado grandes, excedentes en la producción o comprar con los ojos, según el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama).
Ello supone que entre un 30% y un 50% de los comestibles acaben desechados, principalmente, frutas, verduras y pan fresco. El 80% de este desperdicio se produce en los hogares, pero los comercios y establecimientos de hostelería también cometen este malgasto con productos que adquieren y no utilizan o no dan salida a través de sus platos y que representan entre el 2% y el 8% de su producción culinaria diaria.
Pero ¿qué puede hacer el dueño de un comercio cuando quiere ser 100% responsable e intentar no desperdiciar comida? Algunas iniciativas tecnológicas están ayudando a estos hosteleros a encontrar una vía para darle salida a sus excedentes a modo de venta a precio reducido.
Una de las más punteras en nuestro país es la aplicación móvil Tapper, cuyo objetivo en sus dos años de existencia es crear un punto de encuentro entre consumidores y establecimientos para reducir los desperdicios alimenticios.
O We Save Eat, que ha nacido en septiembre de este año y que, al estilo de Wallapop, pero con comida, a modo de intermediario, geolocaliza ofertas que los comercios suben a la app, disponible para Android e iOS, con lotes de productos que ponen cada día a la venta a precios muy económicos antes de que caduquen.
De esta manera, la empresa consigue un extra por ventas que antes no hacía y que iba directo a la basura, genera tráfico hacia su local, adquiere reputación positiva (RSC sin coste) y no tiene riesgo (solo comisión sobre venta, sin logística). Por su parte, los consumidores se ahorran un 50% en la compra y ayudan a reducir los desperdicios.
En sus tres meses de existencia, We Save Eat ya ha conseguido salvar 500 kilogramos de comida. Y siempre dentro de la legalidad, ya que se venden productos del día y el cliente los recoge en el establecimiento dentro de su horario comercial. En 2018 quieren llegar a todos los rincones del país y evitar que se despilfarren 50 kilogramos diarios de alimentos.
David Casas