La otra final de Copa

360gradospress dio la espalda al partido de fútbol para sumergirse en las carpas de las dos aficiones

F.C., Valencia. Como fenómeno antropológico, la celebración de la final de la Copa del Rey en la ciudad del Turia no tuvo desperdicio. Dos carpas acogieron a las aficiones del Athletic Club de Bilbao y del F.C. Barcelona para que se sintieran como en su tierra, con actuaciones musicales, productos gastronómicos y hasta asistencia sanitaria de sus lugares de origen. Entre el martes, víspera de la final y el día ‘D’, miles de aficionados y de curiosos poblaron ambos espacios y siguieron en directo el partido que dio como vencedores a los culés por un contundente 4-1. Sin embargo, la fiesta que precedió a la disputa de la final dejó a todos con el buen sabor de boca de lo que significa la concepción más festiva del fútbol. 360gradospress compartió con ambas partes de la fiesta la final de Copa, más pendiente de las aficiones que del partido.

“Es la octava final de Copa que presencio. En la primera, en 1966, cuando yo tenía trece años, nos ganó el Zaragoza. He venido con mi hijo Jon porque se lo prometí hace cuatro años cuando el Betis nos eliminó en semifinales; entonces le dije que iríamos fuera como fuera a ver la próxima final que jugásemos. Y aquí estamos; ha costado mucho esfuerzo y dinero, pero una promesa es para cumplirla”. Txema es de Zurdinaga (Bilbao) y a sus 56 años llegó con su hijo de 15 a Valencia para disfrutar de la fiesta. Antes del partido ya estaba satisfecho, “prefiero que ganemos, pero con esta fiesta, casi que da igual, ¿habías visto algo así alguna vez?”. La verdad es que pocas veces un partido de fútbol es capaz de congregar a tantos espectadores foráneos en una misma ciudad, sobre todo a los aficionados del Atlhetic, poco acostumbrados en los últimos tiempos a disputar finales y que disfrutaron más que nadie del desplazamiento a Valencia, convirtiendo en anécdota la derrota final.

La carpa de los aficionados del Athletic se ubicó en el antiguo cauce del río Turia, mientras que la de los seguidores del Barça se instaló en el campus universitario de Tarongers. Allí, y a diferencia de la de los rivales, el día antes de la final no había apenas gente. La mayoría de los espectadores culés llegó a Valencia el mismo día de la final, más acostumbrada a las mieles del éxito que los leones. Con todo, la fiesta blaugrana comenzó a primera hora de la mañana del miércoles, cuando cientos de espectadores tomaron las instalaciones efímeras como prolongación a los que tuvieron la suerte de tener una de las entradas. “Yo no tengo localidad, pero da igual, lo veré aquí en la carpa mejor que en el estadio, lo importante es pasárselo bien y que gane el Barça; tampoco quiero pagar a un reventa”. Aureli fue uno de los miles de espectadores de ambos equipos que llegaron a Valencia sin entrada. Sin embargo, Josema, procedente de Bilbao, unas horas antes del partido aún buscaba una entrada, por la que estaba dispuesto a pagar hasta 250 euros. Cuando el Bilbao ganó su última copa (en 1984) tenía 11 años, “lo vi en Bilbao, fue apoteósico, con la gabarra por la ría; estuve subido a un camión hasta la Basílica de Begoña”.

“La mitad de Vizcaya en Valencia”
Un hospital de campaña y tres ambulancias de una mutua vasca de asistencia en carretera estuvo desde el martes en la carpa de la afición bilbaína. “La mitad de Vizcaya y de nuestros asociados ha venido aquí a Valencia, por eso nos hemos desplazado, nos sale mejor estar aquí con ellos que quedarnos allí, para garantizarles una mejor asistencia”, afirmó Gorka Oginaga, coordinador de este dispositivo sanitario en Valencia, por el que 10 de los trabajadores de la mutua tuvieron que viajar a la capital del Turia. Además, la afición vasca se sintió como en casa al poder degustar txakoli, kalimotxo y hasta ‘bokatas de txuletón’ a 8 euros.

En el otro extremo, en la universidad, mientras los goles caían del lado culé, los aficionados del Barça aumentaron la intensidad de una fiesta que se prolongó hasta altas horas de la madrugada con el deseo de “ganar ahora la Liga y la Champions y hacer el triplete para que aprendan a jugar al fútbol en Madrid”, señaló Francesc Ferrer, procedente de l’Hospitalet de Llobregat.

F.C.

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