Polémico, mordaz, inteligente Y el tiempo ha demostrado que, también, eterno. Así es el “padre” del arte pop. La genialidad de su obra, es decir, llegar al público con aquello que muchos nunca hubiesen calificado de arte, puede disfrutarse hasta el próximo 5 de enero en la capital del Turia en la exclusiva exposición Andy Warhol Superstar. En 360 Grados Press hemos aprovechado la ocasión para conocer de cerca su perfil.
“Al final de mi vida, cuando muera, no quierodejar ninguna sobra. Y no quiero ser una sobra“. Estas palabras del artistanorteamericano Andy Warhol abren la exposición que el Centro Cultural Bancajaen Valencia acoge actualmente. Y su voluntad, sin duda alguna, se cumple.Porque lejos de cualquier forma de despojo, aquellos que visitan esta muestratienen la oportunidad de conocer un legado de 63 obras originales de quien esel mayor exponente del arte pop; ese movimiento de mediados del siglo XX que encontró en loselementos de la cultura popular su razón de ser, rompiendo, así, con elelitismo artístico existente.
Procedentesde The Andy Warhol Museum dePittsburg, las piezas seleccionadas para la ocasión representan unaaproximación a la obra y biografía de este polifacético artista entreprincipios de la década de los 60 y hasta un poco antes de su muerte, en 1987.Así, no faltan las míticas latas de sopa Campbell o sus famosos retratos depersonalidades como Marilyn Monroe, Liza Minnelli, Albert Einstein, MichaelJackson, Muhammad Ali o John Wayne. Todo ello, producido por las técnicas defotografía y serigrafía que permitieron el estilo mecánico, seriado eindustrial de Warhol.
Pero másallá de estas obras de referencia que tanto han proliferado entre la sociedad,hasta el punto de poder toparse con reproducciones de las mismas en cualquierlugar, Andy Warhol Superstar presentauna perspectiva más amplia del artista pop. Por ejemplo, recoge su obsesión porel dinero, con la serie $, y por lamuerte, con la silla eléctrica, una representación multiplicada que impactaespecialmente por lo crudo de la temática y el juego de colores planos eintensos tan habitual en Warhol. Asimismo, la exposición comprende tres de susretratos de judíos del pasado siglo, su interpretación de obras maestras de lapintura, como es el caso de El nacimientode Venus de Botticelli, o su despolitización de la hoz y el martillopropios del comunismo.
De estaforma, a lo largo de la muestra se evidencia la importancia de lo icónico enWarhol, pues éste tuvo la capacidad o la osadía, según desde el tiempo o elprisma con que se mire de desmitificar el arte a la par que divinizar labanalidad de la cultura de masas como tal. Este rasgo cobra especialprotagonismo en las creaciones basadas en productos de consumo. El envoltoriode una hamburguesa, la caja de unos cereales, la etiqueta de un precio enoferta o una tarjeta de embarque. Cualquier elemento podía serdescontextualizado y tener sitio en un museo tras pasar por sus manos.
Con todo,Warhol cosechó una gran fama en vida, ya no solo como artista plástico, sinotambién como cineasta, editor de la revista Interviewy manager de The Velvet Underground;facetas que desarrolló durante unos años en TheFactory, un estudio propio que se convirtió en el punto de encuentro porexcelencia de músicos, actores y bohemios de la ciudad de Nueva York. Lalibertad, el sexo y las drogas se entremezclaron con el arte de Warhol, quienaprovechaba la desinhibición de sus invitados para inspirarse e, incluso,filmar. Aquí fue donde, además, llevó a la práctica su frase de “todo el mundo será universalmente famosodurante, por lo menos, 15 minutos“, pues periódicamente elegía a unaestrella a la que promocionar con sus creaciones; una sensación que el CentroCultural Bancaja ha querido trasladar a sus visitantes mediante una recreaciónde este espacio.
A pesar detodo, Warhol no reconocía ningún mérito en su trabajo. “No tengo ningún mensaje concreto. Creo que no hay mejor mensaje que ladiversión, así que intentemos ser divertidos“, afirmó sobre el significadode sus obras. “Solo pinto caras depersonas, pero no ideas“, respondió cuando fue preguntado acerca de suinspiración. “No hay nada detrás. Si loquiere saber todo de Andy Warhol, quédese en la superficie, en la de mispinturas, de mis películas y de mí mismo. Ahí es donde estoy“, concluyórespecto de su existencia. Lo paradójico de su personalidad le costó laadmiración de muchos y las reticencias de otros tantos. Quizá, fue unincomprendido, pues perseguía criticar la frivolidad de la sociedad del momentoy ésta le convirtió en el centro de eso mismo. También puede ser que solo sedejase llevar por la fascinación que sentía hacía su contexto histórico. O, talvez, sencillamente aspiraba a pasárselo bien y encontró en la provocación suforma. Sea como fuere, es indiscutible que Warhol ha sido, es y será unaauténtica superstar.
Javier Montes