La diferencia entre un final feliz y uno desafortunado ante una urgencia puede depender de contar con las referencias adecuadas en el momento oportuno. Esta semana en 360 Grados Press descubrimos una iniciativa que gestiona esta condición en los tiempos de una comunicación libre y fugaz.
La provincia de Valencia vivió uno de los peores incendios de las últimas dos décadas a principios del verano de 2012. De hecho, las cenizas provenientes de las localidades afectadas en el interior llegaron a cubrir el cielo de la capital. Las labores de extinción duraron varios días en los que la alarma fue generalizada. Incluso, corrió el rumor de que la central nuclear de Cofrentes fue rodeada por el fuego, aunque ello no era cierto. Justo un año después acontecía el accidente ferroviario de Santiago de Compostela, una tragedia que conmocionó a la sociedad española, la cual se implicó hasta el punto de colapsar los servicios de emergencia al enterarse de que hacía falta sangre. Esta demanda de donaciones, sin embargo, fue un bulo. Y lo mismo sucedió en mayo de 2014, cuando un autobús que transportaba a un equipo juvenil de fútbol en Badajoz sufrió un percance que se cobró la vida de cinco menores. “No siempre hay una mala intención detrás, sino que las propias ganas de colaborar pueden generar dificultades“, explica al respecto Rafael Gálvez Rivas (@GalvezRivas).
Operativos que dependen de la verdad
El entrevistado sabe de lo que habla, pues es el coordinador nacional de los VOST, es decir, de los Equipos de Apoyo de Operaciones Virtuales. Este concepto aún suena un tanto extraño y, seguramente, su labor ha pasado desapercibida para la mayor parte de los ciudadanos. Sin embargo, sus miembros han velado por la buena cobertura de cada una de las catástrofes acontecidas en España desde hace tres años en medios de comunicación y en redes sociales. ¿Su cometido? El propio Rafael lo concreta: “La iniciativa nace de la necesidad de los profesionales de la comunicación y de la emergencia de distinguir aquellas informaciones compartidas con ánimo de colaborar de aquellas otras que son una práctica malintencionada. Su veracidad o no puede alterar la actuación en el terreno. Es muy importante ser conscientes de que lo digital es un mundo paralelo que tiene consecuencias en la realidad“.
Un precedente para una necesidad palpable
Justamente, la campaña de incendios forestales con que arrancaba este artículo fue el germen de lo que actualmente se está configurando como una red nacional. En ese momento, Rafael aunó fuerzas con el analista Javier Blanco (@JaviBlancoF) para crear algo que Luis Serrano (@LuisSerranoR), el entonces jefe de prensa del Centro de Emergencias 112 de Madrid, ya había solicitado en su blog: la formación de unas brigadas online para combatir la divulgación de noticias falsas en este sector. Para ello, tomaron el ejemplo de Jeff Philips, quien había iniciado un proyecto similar en Los Ranchos de Albuquerque (Nuevo México) el pasado 2011. “Nos inspiramos en el modelo de Estados Unidos, aunque luego hemos añadido nuestras peculiaridades. Por ejemplo, allí solo se activan los equipos regionales si son llamados por la administración pública, mientras que nosotros trabajamos las 24 horas. Además, ellos están especializados en determinados riesgos, como los tornados, mientras que nosotros atendemos todo tipo de desastres“, matiza el coordinador nacional de VOST.
La credibilidad como el mayor patrimonio
De esta forma, los VOST de carácter local no han dejado de proliferar desde entonces a lo largo y a lo ancho del país. En todos los casos están formados por voluntarios que compaginan esta actividad con su ocupación laboral diaria y que siguen con diligencia la actualidad para actuar siempre que sea necesario en aras de la verdad. Siguiendo con las palabras de Rafael: “Nuestros miembros son personas con conocimiento sobre el mundo de la emergencia y que han participado en nuestras actividades formativas. Ellos monitorizan las redes sociales continuamente e intensifican este trabajo cuando hay cualquier suceso para detectar informaciones erróneas. Entonces, avisamos a las personas en particular que están compartiendo el bulo y a la administración pública. Nuestras fuentes son tanto los servicios oficiales como los profesionales que tenemos en el terreno. Además, mantenemos una conexión directa con el 112“.
Responsables de un arma con doble filo
Sin excepción, cualquier acontecimiento de naturaleza urgente despierta un interés en masa que genera ansias informativas. Pero las prisas nunca fueron buenas, mucho menos cuando se trata de cuestiones tan sensibles, porque pueden traducirse en enfoques inadecuados. “Las emergencias son un tema muy delicado, por lo que nosotros defendemos una premisa fundamental: el respeto a las víctimas y a sus familiares. Muchas veces se ejerce un maltrato al dolor con informaciones que, en verdad, no aportan nada“, declara Rafael. Garantizar pasa por lidiar con los beneficios y los riesgos de Internet, así como confiar en los plumillas, con quienes colaboran estrechamente. “Las redes sociales tienen la ventaja de la participación ciudadana, de la democratización de la información y de la inmediatez, pero eso mismo genera a veces contenidos incorrectos. Por eso el papel del profesional del periodismo es tan importante, porque es el encargado de contrastar y de compartir en su justa medida“, concluye él mismo.
Marcos García