La lección ‘palenquera’ para el mundo

Esta semana en 360 Grados Press viajamos por escrito hasta Colombia para conocer un libro de cocina, el cual es la punta del iceberg de una historia sobre la inherente voluntad de progreso que todo colectivo humano posee.

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Las “ansias de libertad” de Benkos Biohó, originario de Guinea Bissau, fueron más fuertes que el “yugo español” existente en Cartagena en el siglo XVII, por lo que éste logró escapar junto a otros esclavos como él hasta las faldas de los Montes de María, donde fundó San Basilio de Palenque, el que se convertiría en el primer pueblo libre de América en 1713. Como indiferente al paso del tiempo, este corregimiento conserva actualmente muchos de los atributos de esos primeros habitantes, siendo así un espacio cultural tan único que la UNESCO lo ha declarado patrimonio intangible de la humanidad. Sin embargo, los hitos históricos de esta área rural no terminan aquí. Por ejemplo, el pasado mes de diciembre fue reconocido como el territorio colombiano afrodescendiente pionero en erradicar el analfabetismo. Y un año antes, en 2013, el mejor libro de cocina del mundo según los Gourmand Cookbook Awards se editó en sus confines. Curiosamente, aunque suene más superficial, este último logro ha dado mayor visibilidad a los anteriores.

 

Tres ingredientes indisociables para un final insospechado

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Porque ha sido ahora, con motivo de dicha obra, cuando raíces y lengua han confluido para hacer avanzar una zona dedicada en un 90% a la actividad agropecuaria, pero sin perder un ápice de su identidad, sino justo al contrario. Todo ello se debe en gran medida – por no decir en completa – a la Fundación Transformemos y al proyecto Son Ri Tambo – son de tambores –, el cual empezó en 2011 de la mano de un equipo multidisciplinar que perseguía investigar la mediación didáctica para fortalecer la cultura local. Con este objetivo en mente, 543 palenqueros de todas las edades – es decir, un 22,74% de la población – iniciaron clases para aprender a leer y a escribir en palenquero y en español. Casualmente, lo que un día se planteó como un ejercicio académico más pasó a ser el salvavidas de las recetas tradicionales que se estaban perdiendo en la transmisión oral y, a la vez, el trampolín para su potencial comunitario. En palabras de Rodolfo Ardila, el director de desarrollo social de dicha entidad: “Los habitantes de este humilde corregimiento bolivariense no sólo encontraron la posibilidad de estudiar, sino de mostrar al mundo otra de sus ancestrales facetas, como es la gastronomía“.

 

Una iniciativa regional de proyección global

Finalmente, todas las familias de San Basilio de Palenque acabaron implicadas en la edición de un libro que, en principio, sólo aspiraba a recoger sus saberes culinarios para las posteriores generaciones. “Anécdotas desde entonces hay muchas, pero la que más recuerdo es el momento en que docentes y estudiantes nos reunimos para pensar el nombre de la obra. Imagínense como a 500 papás pensando el nombre de su hijo. Después de descartar cientos, se puso en pie el vigilante del colegio Encarnación Padilla y dijo ‘Ese libro debe llamarse Kumina ri palenge pa to paraje’, que traducido significa ‘Cocina palenquera para el mundo’. No nos imaginábamos que estábamos bautizando al mejor libro gastronómico“, relata Rodolfo. Porque, como se adelantaba al inicio del artículo, este trabajo acabó recibiendo el mayor reconocimiento editorial en dicho ámbito a nivel internacional.

 

Más rasgos característicos de una muestra que representa un todo

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La cocina palenquera es única. Retrata la inserción africana en el Caribe mediante la aplicación de su gastronomía ancestral a los productos autóctonos. El resultado es un repertorio cargado de aromas, de sabores y de texturas inusuales en otras partes del mundo“, prosigue el entrevistado. Obviamente, estas singularidades culinarias de la zona vienen recogidas en el libro. Sin embargo, lo más valioso del mismo es que éstas reflejan la riqueza que su sociedad ha acumulado en los últimos siglos. Otra muestra en este sentido sería la inclusión de la música, ya que el nombre del proyecto original – Son Ri Tambo – tampoco es fortuito. “El tambor descendiente de los esclavos africanos fugados que poblaron este lugar es ritualidad, un protagonista que suena en cada esquina. El palenquero respira al cantar y al tocar el tambor, por eso no hubo duda sobre el acompañamiento musical. Dos de las agrupaciones más emblemáticas e importantes, Son Palenque y Sexteto Tabalá, cuyos integrantes son estudiantes nuestros, compusieron la banda sonora del libro que, en realidad, es la banda sonora de Palenque, de todo su imaginario y del misterio de esa región“, contextualiza este miembro de la Fundación Transformemos.

 

La degustación, que no el colofón

Cocina palenquera para el mundo va por su segunda edición y sus ventas se cuentan en 3.000 ejemplares. Sin duda, estas cifras prueban la viabilidad de la iniciativa, pero hay otras que dicen mucho más: gracias al proyecto que ha dado pie al libro, 137 jóvenes y adultos de San Basilio de Palenque están listos para iniciar el segundo y último ciclo de la educación básica primaria, así como 398 se encuentran en la básica secundaria, por lo que “se ha cumplido con el objetivo de brindarles permanencia en el proceso educativo“, como afirma Rodolfo. Y la misión continúa tanto en las aulas como en la promoción del libro. ¿El objetivo? “Que mucha más gente conozca la historia de las incansables luchas que los palenqueros han librado en aras de ser reconocidos como una cultura diferente y única, porque ello es una muestra de lo que es capaz la humanidad cuando tiene la oportunidad de recibir educación de calidad y es por ahí que se alcanza la universalidad de la condición humana“, concluye él mismo.


@LaBellver

Marcos García

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